Caminata es la segunda entrega de Rodrigo Santis bajo su proyecto conocido como Caravana. Pero en estricto rigor, es su cuarto trabajo solista. En 1999, Campos de Hielo vio la luz bajo la firma de su nombre; más tarde, en el 2001 se publicó Paranormal, bajo aquel seudónimo y, finalmente, en el 2011 el mundo conocería el primer disco de Caravana, homónimo.
En aquella oportunidad, el guitarrista de Congelador se rodeó de un equipo de músicos avezados como Fernando Milagros, Gepe, Pedropiedra, Felicia Morales y Gretchen Schadebrodt para la grabación del disco. En este trabajo logró un sonido completamente acústico, pero con la virtud de construir canciones con diversas capas, texturas y profundidades. En Caminata, Santis continúa el ejercicio, pero esta vez acompañado de Álvaro Solar (Protistas), Felicia Morales nuevamente y Estefanía Romero-Cors (Fakuta, Congelador).
Una de las principales conclusiones que se pueden sacar de la escucha de Caminata es que el álbum funciona como una continuación del primero. La estampa de Santis aparece plasmada y es posible definirla a la perfección, sobre todo en el uso de su voz. Por otra parte, es un trabajo que continúa en la senda de canciones de estructura pop, en su mayoría acústicas pero con presencia de programaciones que no existieron en el debut del proyecto.
Hace algunos días, algunos fuimos testigos de un show de Brian Wilson celebrando los cincuenta años de Pet Sounds. Y una de las formas que llamó más la atención -para bien- tenía que ver con el uso inteligente y con visión de sus fortalezas y falencias. El compositor de los Beach Boys ha perdido su registro pero aquello no mermó en la calidad de su show. Tenía un cantante encargado de llegar a los lugares a los que su voz no llegaba, pero el intercambio sucedía de forma natural. Nada triste.
Al pensar en la voz de Rodrigo Santis no puedo evitar recordar ese momento. Su registro muy grave y profundo es acotado. Sólo se mueve en esas aguas oscuras. Pero lo que alguien podría calificar como una falencia o, hasta poner en duda si es una decisión o sólo lo posible, es en realidad una fortaleza. Escuchando Caminata esa voz profunda que no canta sino susurra es idéntica a la que se escucha en el álbum homónimo de Caravana y la que cuesta muchas veces descubrir entre el ruido de Congelador. Sin aquella elección -o posibilidad- probablemente, ya no sería Caravana.
Otro motivo para pensar que se repite el ejercicio del álbum anterior es la inclusión de un tema como ‘Quisiera’. Si en el disco del 2011 ‘Naval’ era la pieza eléctrica y más dura dentro de la lista de canciones, el tema que cierra Caminata cumple con sacudir un poco más al oyente, acostumbrado por un buen rato a sonidos plácidos. Pero esto no quiere decir que se trate de una entrega plana, por el contrario, coexisten diferentes propuestas: ‘Fantasía’ se acerca a Los Planetas de los noventa, tanto en música como en fraseos. ‘Amigos’ es la prima chilena de algún tema de La Bien Querida. ‘Fundamental’ ahora la escuchamos con programaciones, mientras que en conciertos fuimos testigos de la versión orgánica. ‘Camino’ con el tempo y bajo que lo marcan podrían fundirse a la perfección con cualquier tema de Tocaciones de Los Días Contados. En esta pasada, Caravana se reconoce a kilómetros de distancia pero sorprende.