Luego de la sorpresa que significó su tercera placa, “Humbug” (Domino, 2009) en materia sónica, Arctic Monkeys se encerraron en Los Angeles, USA, y grabaron, nuevamente bajo las órdenes de James Ford (Simian Mobile Disco, Klaxons, Crocodiles) lo que es “Suck It And See”, su flamante nuevo disco.
Escudriñando los doce cortes que aloja la obra, nos encontramos con una banda cuya madurez viene de la mano con sus logros en la ejecución y también en su toma de decisiones para adoptar sus direcciones musicales. Y si bien es cierto que no se sumerge en la oscuridad como su lúgubre antecesor, tampoco hay algo que nos pueda retrotraer a sus inicios, asomando un balance que refleja la madurez de los británicos.
Su movida inicial, ‘She’s Thunderstorms’, es clara al confirmarnos que el pasado debe dejarse donde pertenece. Alex Turner y su voz casi susurrante profundiza en esta faceta que lo acerca más a tipos como Richard Hawley (‘Reckless Serenade’, ‘Love Is A Laserquest’). El cuarteto continúa amalgamando influencias, que los pueden transportar desde la vereda de Queens Of The Stone Age (‘All My Own Stunts’, con Josh Homme de invitado) hasta la de The Kinks (‘The Hellcat Spangled Shalalala’), destacando el cuidado trabajo de Matt Helders en batería y el juego de guitarras de Turner y Jamie Cook en todas las canciones.
“Suck It And See” es un trabajo impecable a todas luces, un progreso en las pretensiones de crecimiento de la banda. Aunque las opiniones distan mucho de ser unánimes en los fans huérfanos de canciones aplastantes como ‘Brianstorm’, o de locas historias como ‘Fake Tales Of San Francisco’, que son los mismos viudos que vieron en el grupo de Sheffield a los nuevos Libertines, hace un lustro atrás, Arctic Monkeys no están para hacerse cargo de esas conjeturas. Lo suyo es la música. elaborando lo que ellos quieren hacer. El “deberían”, que siga a cargo de los demás.