Amparada (o destrozada) por la vorágine de los medios, Amy Winehouse se convierte de un día para otro de ser una sleeper encantadora a la quintaesencia de la divina decadencia que lleva más de diez millones de discos vendidos. Una de esas escasas ocasiones en las que crítica especializada, coolhunter y gran público coinciden completamente. Para todos aquellos que se han acercado más tarde a la figura que encarna la renovación del soul, Island decidió reeditar una lujosa edición de “Back To Black” y meses después ha hecho lo propio con “Frank”, el disco con el que Amy Winehouse debutará en esto de la música en 2003. Notable álbum que contó con una aceptable acogida por parte de la crítica británica y con un inconfesable pasotismo por parte de la prensa internacional. Menos accesible y perfecto formalmente que el vanagloriado “Back To Black”, este “Frank” muestra a una Amy más pura, menos interesada en la nueva vertiente pop del Jazz que tanto explota Mark Ronson y más centrada en el rhytm & blues, gracias en parte a la producción de Salaam Remi (con el que volvería a contar en su segundo LP en temas como “Tears Dry On Their Own”). Temas como “Stronger Than Me” o “Fuck Me Pumps” nos muestran a una Amy menos sobria de lo habitual, más imperfecta y dada a las virguerías vocales y por eso más espontánea y ajena a todo tipo de corsés comerciañes. La bella “You Sent Me Flying” se convierte en uno de los temas más contundentes y admirables del repertorio de la cantante; así como “In My Bed” supone una notable vuelta de tuerca de
Amy Winehouse "Stronger Than Me" (live @ Later with Jools Holland)