“It’s not gay, it’s music!” Con semejante argumento, un usuario de YouTube justifica su devoción por el videoclip de ‘Take On Me’. Simplemente, la originalidad del mismo debería echar por tierra esta defensa tan homofóbica como estúpida e innecesaria. ¿Acaso existe alguien que no haya caído rendido en alguna ocasión al encanto ochentero del clip de Steve Barron? En cuanto comienzan los primeros beats del tema, cualquier pista de baile se convierte en un hervidero. Peras y manzanas juntas.
Rhino Records sigue con la moda imperante y saca -veinticinco años después de su lanzamiento- una edición doble remasterizada del debut de a-ha. Treinta y siete temas que suponen una excelente radiografía de uno de los discos más exitosos de los ochenta. Este Hunting High and Low deja bien claro que los noruegos no fueron una banda de una sola canción como se afirma (comprueben su menospreciado Analogue de 2005). Puede que su epicidad vía synthpop pueda sonar trasnochada hoy en día, pero no es una sensación muy diferente a la de escuchar un disco de la primera etapa (y algún que otro tema actual) de Depeche Mode. Peter Hook y Bernard Summer hubiesen firmado de buena gana la autoría de ‘The Sun Always Shines on T.V.’ (posiblemente el mejor tema de la banda); mientras que Bono o Chris Martin matarían hoy por hoy por componer algo parecido a ‘Train of Thought’, ‘I Dream Myself Alive’ o ‘Here I Stand and Face the Rain’.
Una de las mayores curiosidades que existen en esta reedición es la posibilidad de observar el proceso creativo de ‘Take On Me’. Desde ese primeriza y zoofílica versión de 1982 llamada ‘Lesson One’ hasta la demo original, sin olvidar el fallido primer asalto al éxito con la versión de 1984. Tres etapas del proceso en las que la voz de Morten Harket suena perfecta, pero que nos demuestran que debemos conceder parte del éxito a la presencia de Alan Tarney en la producción final. A él y al citado clip de Barron. It’s music, enjoy it!