Es increíble pensar que una canción que vio la luz por primera vez en 1978 siga tan vigente y en tantos sentidos, hoy por los dosmiles. Su tiempo de éxito corresponde a finales de los 70’s y comienzos de los 80’s, siendo himno de la comunidad homosexual underground de entonces, porque mucha vida LGBTTIQ al aire libre no había, debido a las fuertes represiones y miedos a los que debía enfrentar la comunidad. No poder salir a la calle sin ser hostigados, golpeados, asesinados por su orientación; podían ser arrestados por comportamientos inmorales, incluso. Pero aún así, en los clubes y discos, los colitas iban a bailar esta canción a modo de contestación a los actos de represión antes mencionados.
Si bien su letra de habla más que nada de una ruptura amorosa, esto no impidió que los reprimidos, vale decir LGBTTIQ, población afroamericana y también las mujeres, la utilizaran como lema para decirle al Estado represor y a la sociedad que sobreviviremos. Sobreviviremos a sus golpes, a sus asesinatos, a sus represiones.
La canción nunca ha pasado de moda. Hace poco la escuché en una disco con mis amigas colas y creo que provoca el mismo sentimiento dentro de una. Cuando la escuchas se te viene inmediatamente a la cabeza todos los aspectos represores que están presentes en la sociedad actual, como el machismo, el patriarcado, la heteronorma o la homofobia. Cuando la escuchas te das fuerzas, te dices que sobrevivirás no importa qué, no importando las piedras que te tiren, los gritos que escuches en la calle, las injusticias que vives, los derechos que te han quitado. Vas a sobrevivir y vas a luchar, siempre y cuando sientas ese amor dentro tuyo.
El modo en que empieza la canción: “Al principio tenía miedo, estaba petrificada” creo que refleja completamente las situaciones que afectan principalmente a las mujeres, a la población afroamericana, a la gente cuyo cuerpo no se ajusta al canon de belleza que impone la sociedad, a la comunidad LGBTTIQ y a la población pobre. Refleja a los excluidos, a los marginados, a todos los que hemos sentido ese miedo. Ese que sentimos cuando todo se nos viene encima y pensamos que es imposible luchar contra la sociedad y contra el macho-burgués-opresor. Pero a medida que avanza la canción se ve la evolución y progreso del sujeto -de el o la protagonista- al darse cuenta que tiene que tomar fuerzas para seguir luchando, para sobrevivir y que no importa que tan fuerte sea el golpe, porque no la va a derribar.
Por eso esta canción es tan potente. Porque siempre nos hemos sentido así: con rabia, abatidos, perdidos, pero siempre agarramos fuerza de nosotras mismas y salimos a luchar, a vivir nuestra vida. A tratar de cambiar y destruir el patriarcado y también la heteronorma. Y el mensaje es importante: sobreviviremos. Aunque nos maten cada día, sobreviviremos. Aunque miles de mujeres mueran día a día, aunque maten a las y los trans, aunque maten a 50 personas en una disco en Orlando, sobreviviremos. Esto solo nos dará más fuerza para ser más feministas y disidentes que nunca. Nos dará más rabia para luchar hasta el final y ponerle fin a esta mierda que nos tiene tan enrabiadas. La mierda que no vamos a permitir más.
AUTOR
Matías Suárez Godoy (20 años, Santiago de Chile)
Estudiante de Pedagogía en Castellano en UMCE. Activista feminista y disidente. Religión: Hija de Perra y Pedro Lemebel. Espera destruir el patriarcado y la heteronorma antes de morir. Amante de todo lo relacionado al travestismo y al género. Durante el día es una pobre y triste cola, durante la noche una rabiosa Sailor Scout.