Si no ha escuchado el Pet Sounds, escúchelo ahora.
Si no ha escuchado Good Vibrations, escúchela.
Si quiere escuchar una reconstrucción preciosa del SMiLE con casi puras grabaciones originales de los Beach Boys, bájeselo y escúchelo.
Pet Sounds es de esos discos que suceden una vez por década. No es mi intención dar la lata con otra revisión del álbum. Abundan. Sobran. En resumen, Pet Sounds es una especie de ruptura dentro del modelo industrial del pop en términos formales y de producción. Sonoramente es riquísimo y es difícil para cualquier artista hacer siquiera la mitad de lo que se hizo en ese disco. Probablemente en dos décadas más estemos hablando de un disco de los ’90 en los mismos términos, por ejemplo, el OK Computer de Radiohead va para allá.
Tal es la influencia del álbum que, dentro de otras cosas, inspiró al Sgt. Pepper’s de los Beatles.
Si tampoco lo ha escuchado, escúchelo también, le va a hacer bien.
Con los dos discos anteriormente mencionados comienza una corta carrera entre dos colosos musicales. Carrera que apenas duró un disco, pero cuyas repercusiones aún perduran. De lo que les voy a hablar es de la respuesta al Sgt. Pepper’s por parte de Brian Wilson, el cerebro creativo de los Beach Boys.
SMiLE es una historia que lo tiene todo para ser grandiosa e increíble: fue un proyecto carísimo que hundió e hizo perder la razón a un genio (adjetivo no gratuito, pues escribió la canción que McCartney considera "La canción pop más hermosa jamás escrita", God Only Knows), el cual de paso destruyendo la banda, y el detalle sabroso: el álbum nunca se terminó como tal.
El proyecto prometía alcanzar un nivel de perfección nunca antes visto en la historia de la industria musical; sólo el single Good Vibrations costó 50,000 dólares, 90 horas y diecisiete sesiones de grabación en diferentes estudios. El sencillo llegó a número 1 y auguró un futuro prometedor para el grupo.
Imagínense cómo sería el resto del disco (sí, lo sé, los LPs son, generalmente, un par de singles y mucha basura; Spector solía decirlo, pero Pet Sounds ya había roto el esquema, y del SMiLE se podía esperar lo mismo).
Todo el mundo estaba expectante frente al trabajo de Wilson, que ya había hablado, quizás demasiado, del trabajo: que sería un canto a la historia de Estados Unidos, que los métodos de grabación serían una innovación total, y un montón de otras cosas. Y pasó que la presión de esa expectación comenzó a aplastarlo de a poco, como ese crescendo de al final de "A Day in The Life", que termina abruptamente con un Mi larguísimo. Sí, así sería el desenlace de la historia.
La excentricidad de Brian Wilson iba en escalada, no sólo por la presión. Escuchó el single Penny Lane / Strawberry Fields de los Beatles y espetó un escueto "Llegaron ahí primero", lo que le desencadenó problemas mentales de esos que todos los genios locos tienen. Se transformó en un sicótico peligroso, que alegaba la autoría de diferentes incendios alrededor de la zona, consecuencia en sus palabras, de que grababa una parte del disco que representaba el fuego. Intentó quemar los masters de la grabación y obligó a todos los técnicos, músicos y Beach Boys a usar cascos de bomberos de juguete. Quizás cuánta cosa más hizo. Si me contasen que quiso grabar el sonido de una aguja arrastrándose por una alfombra específica que sólo está en un estudio de grabación al otro lado del país, no me extrañaría.
Ante las constantes demoras para entregar un corte final y el comportamiento errático de Brian Wilson, Capitol deciió quitarle el presupuesto para SMiLE a los Beach Boys, dar la orden de detener el trabajo en el proyecto y de comenzar inmediatamente a trabajar en otro disco, con fecha de entrega impuesta. La odisea SMiLE había terminado. Los Beach Boys sacaban un débil Smiley Smile con algunas de las canciones planeadas para el SMiLE que fue un desastre en ventas; los Beatles sacaban su ‘White Album’ alejándose de la parafernalia pop y acercándose a la música de avanzada: no sólo con un disco doble sin ningún single sacado del mismo disco. El pop se había muerto. Los ’70 se acercaban implacables.
Y aunque el proyecto y Brian Wilson estaban destrozados, las canciones del SMiLE fueron saliendo de a poco, en diferentes discos, re-mezcladas, acortadas, castradas. Con todos los fragmentos era posible hacerse una idea de cómo hubiese sido el disco, pero no era lo mismo que tener el disco armado, mezclado y acabado.
Gracias a Internet, hoy día, mis estimados, puedo hacerles llegar a sus manos una reconstrucción de cómo hubiese sonado el disco completo. Usando el tracklist del disco que grabó un Brian Wilson anciano (pero aún seco) el 2004, las canciones originales ya archimezcladas, las pistas, los bootlegs, demos y por qué no, fragmentos de las grabaciones del 2004, alguien (Purple Chick, conocido en el mundo de los Bootlegs) decidió hacer una reconstrucción del SMiLE y ponerle bonus tracks.
Ud. lo puede descargar haciendo click acá. Es un link de Mediafire porque la fuente original no trae el arte del disco cortado para ponerle la carátula en el reproductor de música y las canciones no venían etiquetadas, así que yo lo hice, porque los quiero mucho.
Disfrútenlo, e imagínense qué hubiese pasado con la industria musical si el ’67 hubiese salido este disco. A lo mejor hoy valdría la pena comprar las placas nuevas originales.
(Para los puristas: Brian Wilson dijo que el Tracklist del SMiLE no estuvo nunca definido hasta el 2004, cuando tuvo que decidir un tracklist. Y el bootleg viene en stereo, pero trae versiones en mono de algunas canciones, para que nadie alegue).