“quiero ir a bailar, quiero mirar
los chicos y las chicas y los aviones
quiero ir a jugar quiero mirar
los puentes y los trenes y los aviones”
Un grupo de amigos con una banda sonora constante, ocupan la autogestión para poder disfrutar en vivo de esas canciones que tanto tiempo los acompañaron. Cristóbal Araneda es parte de Un Pelo Perdido, un colectivo de Concepción que ha trabajado arduamente por “crear espacios para propuestas nuevas y coherentes en el mundo de la ilustración y la literatura”; hoy dan un nuevo paso a la necesidad de cruzar esta línea con otras áreas, y quisieron partir con la música.
“Nuestra historia con Pérez se remonta al 2016, cuando, por esas casualidades de la vida, varios integrantes del equipo comenzamos a oírlos casi al mismo tiempo. En esa época le dimos como bombo a un disco que hoy por hoy nos resulta fundamental: 17 Canciones para Autopista. Nos sorprendió que Pérez fuese un tanto desconocido en Chile -en especial en medio de la ola independiente argentina que ha llegado últimamente por acá- y más aún, que nunca se hubiesen presentado en nuestro país. Decidimos que este año teníamos que verlos, y más aún, compartirlos”.
Con ese entusiasmo es que empiezan los contactos con la banda que ya lleva diez años de historia. Un tímido comienzo durante el 2008 terminaría explotando con el disco que los chicos de UPP comentan. Un fundamental para todos aquellos que disfrutan de la independencia transandina, que retumbará en Chile durante tres fechas: Santiago, Valparaíso y Concepción.
Antes de la gira conversamos con Ramiro Sagasti, el vocalista del proyecto que se presentará el 29 de junio en Valparaíso junto a Técnicas Manuales y Solución Violeta, el 30 del mismo mes en Rojas Magallanes con la compañía de la ganadora del Pulsar Niña Tormenta, Columpios al Suelo y Mantarraya, y el primero de julio en Casa de Salud de Concepción. En las tocatas, no sólo vas a poder disfrutar del encuentro con la música, también estará disponible un fanzine entorno a este disco y un folletín anti-acoso, que respalda el manifiesto de Un Pelo Perdido.
“las frutas de colores y los aviones
los chicos y las chicas
todos esos pensamientos
me atraviesan como flechas”.
Pérez suena a pionero. Saben desde el comienzo la relación que existe entre la independencia y el barrio de La Plata, bien conocida cuna de bandas populares por estos días, tanto en nuestro país como el propio. Han pasado casi 10 años, y la sensación de Ramiro es que “el nivel musical, compositivo, y de ejecución, subió muchísimo en este último tiempo en nuestro segmento. Todos están preocupados por sonar bien, y si es un sonido más sucio es por una decisión estética”. Las cosas mutan mucho en dos tandas de cinco años. Las computadoras pasan de aliadas a protagonistas y la dignidad del músico sigue siendo un debate eterno, acompañado por nuevas lógicas de comunidad.
Desde el 17 Canciones que Pérez toma la decisión de incorporar unas teclas más maquinadas, y de ahí, se hicieron presente cada vez más en los venideros álbumes: La Hora de los Pájaros y Caracas, del año pasado. Son cuatro discos esenciales en esta historia, partiendo en ese homónimo que ya cumple 8 años. “Las diferencias musicales no son muchas, se mantienen las ideas armónicas similares. Sí se diferencia la incorporación de nuevos ritmos y secuencias, pero hay una idea compositiva que atraviesa toda nuestra discografía: la canción por delante de arreglo, que siempre esté la canción bien clara y que el arreglo ayude a mostrarla”.
En palabras del compositor, Pérez llega como un disco apurado, urgente, “teníamos la necesidad de salir a mostrar lo que estábamos armando”, pero a partir de ahí, aprendieron a tomarse el tiempo para preproducir y grabar el material. No lo sabremos los que esperamos en el arco de tiempo entre 17 Canciones del 2012 y el siguiente, que recién llegó tres años después.
Quizás no es la cartera más amplia de trabajos discográficos, pero Martín Lambert, Matías Zabaljáuregui -en descanso-, Diego Goldszein, Germán Tschudy y Gastón Le, no son unos novatos. Conquistaron todo escenario de Capital Federal con su mezcla tenue y punzante, y pisaron festivales como el Personal Fest, Bafici o Ciudad Alterna. Todos estos años después, y el argentino asegura que la motivación sigue siendo la misma. “Nos sigue motivando tocar juntos, componer y grabar”, disfrutar de ese preciado ritual que es el encuentro musical.
Empezar una historia a los 20 y seguirla a los 30 no es cualquier igual, y la maduración personal y de agrupación es un tema. “Nunca vamos a estar maduros”, cree Ramiro, si hablamos de arte, puesto que toda su carrera sigue siendo el camino brillante para aprender en la marcha. “Lo bueno es que siempre va a haber algo nuevo en lo cual uno no está maduro. Sí, se puede decir que llevamos un buen rato juntos aprendiendo y disfrutando de la música, pero nunca dejamos de sorprendernos. Siempre aparecen bandas nuevas que te dejan pensando ‘cómo no se me ocurrió esto a mí’”. Lo mismo que muchos pensamos escuchando canciones como ‘Chicos’ ¿o no?
“no quiero hacer nada para que se acuerden de mí
quiero mirar
los chicos y las chicas y los aviones”
Ahora es tiempo de re-conocerlos en vivo, poder unirnos en la comunión de cantar las canciones de metro, de fiesta, de cañas. “Estamos súper ansiosos”, nos cuentan desde la banda, y nosotros también. “Es nuestra primera experiencia en Chile. Me encanta toda la movida trap y dreampop que armaron”, aseguran los músicos que entienden la importancia de hitos como ellos atreviéndose a ser banda, de UPP juntando sus fuerzas para cumplir sus sueños musicales. “Lo que se está viviendo con Macri en Argentina es muy duro, y la cultura autogestionada en comunidad es la única herramienta con la que contamos para poder contrarrestar toda la mala onda”. Ya no aguantamos más, queremos ver a los chicos y a las chicas y a los aviones.
¡TENEMOS DOS ENTRADAS DOBLES PARA ROJAS MAGALLANES!
Comenta cuál es tu canción favorita de Pérez, tu correo, y ya estarás participando gracias a los amigos de Un Pelo Perdido.
*Foto por Manuel Cascallar