Hace unos días te contamos que Nick Cave usó su foro para revelar un nuevo disco doble para el 4 de octubre, hoy. Llegó el día y estamos frente al sucesor de Skeleton Tree, un trabajo que lleva el nombre Ghosteen, una completa experiencia que viene dividida en dos: por un lado tenemos ocho canciones sobre la infancia, por otro tenemos dos canciones centradas en la adultez.
Algo así como un hijo de ocho partes y un padre más sintetizado, unido por un magnífico y cuidado relato. En internet ya se habla de los sueños lúcidos, una clave que dio Susie Bick en su blog respecto cómo había estado experimentando este estado y las ideas que llegaban a él en estos afiebrados sueños, en forma de canciones.
Por acá no queremos hacer muchas conjeturas. Con varias horas en el cuerpo tras escuchar el trabajo, tratar de rotular Ghosteen parece ser una tarea imposible, un espíritu migrante con todas sus palabras. Un viaje de tintes oníricos y tan crudos como la realidad que se fusionan en ‘Spinning Song’, la canción que funciona como puerta de entrada a drogas más duras: todas las que vienen.
No quiero convertir esto en una reseña poco acertada respecto a todo lo que se esconde en este disco, ni nublarme con la emoción que deja la honestidad del artista, clásico en su composición y lírica, llegando a un punto que sólo parece superable por él. En esta pasada, me parece que no hay palabras que puedan condensar el significado y la calidad de este trabajo. Conmovedor, por lo bajo.