Sobre Chuck Palahniuk sabía muy poco antes de leerme este libro, sólo que había escrito El Club de
Como dice en la en la parte trasera del libro, Monstruos Invisibles es una novela completamente vertiginosa y llena de sorpresas. Cada capítulo no sólo nos va delatando nuevos aspectos sobre los personajes sino que también nos muestra conexiones inesperadas entre ellos. La historia trata de una hermosa modelo que queda desfigurada luego de recibir un disparo en pleno rostro. En el hospital donde se recupera, conoce a un transexual con el que deciden secuestrar al ex novio de la protagonista. Con ello se inicia un viaje desquiciado por Estados Unidos, lleno de drogas y asaltos a casas en ventas.
A primera vista Monstruos Invisibles es una reflexión sobre el excesivo valor que se le atribuye a la belleza física en el mundo actual, sin embargo es mucho más que eso. Es un viaje que por momentos pareciera girar en torno a la búsqueda del yo, pero que al transcurrir de la historia se delata en sentido contrario, hacia la desvinculación del yo. Lo que propone la novela es que el ser humano es un producto al que nada de lo supuestamente suyo le pertenece:
Pasemos a un momento cualquiera, a ninguno en especial, cuando Brandy y yo estamos en la consulta de la logopeda y Brandy me toca la boca por debajo del velo, las conchas y el marfil de mis molares, acaricia el cuero repujado de mi tejido cicatricial, seco y pulido por la fricción continua de mi respiración. Me palpo la saliva seca y viscosa a ambos lados del cuello, y Brandy dice que no me observe desde demasiado cerca.
-Cariño –dice-, en momentos así, ayuda pensar que uno es como un sofá o un periódico, algo fabricado por un montón de gente extraña, pero no para que dure eternamente.
Incluso esa falta de unicidad también estaría dada por aspectos culturales:
-Eres un producto de nuestro lenguaje –dice Brandy- y de cómo son nuestras leyes y de cómo pensamos que nuestro Dios nos quiere. Cada molécula de tu cuerpo ha sido pensada por un millón de personas antes que tú. Todo lo que eres capaz de hacer es aburrido y anticuado y perfectamente válido. Estás a salvo porque estás atrapada en tu propia cultura. Todo lo que puedas concebir está bien porque puedes concebirlo. No puedes imaginar el modo de escapar. No hay salida alguna.
Así los personajes mutan sus cuerpos como si fuesen verdaderos productos, dejando de ser lo que son, transformándose en otras personas o viendo como otros se transforman en ellos mismos. Sin embargo hay algo que queda oculto en ellos y sólo para ellos, un vestigio de unicidad, el vestigio de unos monstruos invisibles.
Palahniuk pone en tela de juicio la manera en que concebimos el mundo, incluso nuestros valores más manoseados: Otra cosa es que, por mucho que creas que quieres a alguien, te echas atrás cuando el charco de su sangre se acerca demasiado.