Momentos difíciles está viviendo la gente de Tidal por estos días, ya que el diario noruego Dagens Næringsliv acusó que la la plataforma de streaming estaría inflando sus reproducciones para beneficiar deliberadamente a Kanye West y Beyoncé, pero al mismo tiempo perjudicando a otros artistas más pequeños que también forman parte de este servicio.
La empresa fundada por Jay-Z dijo tener cerca de tres millones de usuarios en 2016, e incluso haber logrado 250 millones de escuchas en el disco The Life Of Pablo de West en sólo diez días, y 350 millones en el álbum Lemonade de Beyoncé en sus primeros quince días. Luego de un año de investigación, en enero de 2017, el medio antes mencionado echó por tierra todas estas cifras al sugerir que los números estaban inflados, información que fue ratificada por la agencia MIDIA, quienes señalaron que la base de usuarios real de la empresa es de un millón de suscriptores.
Ahora, Dagens Næringsliv actualizó estos datos, apuntando fehacientemente que “los números de los oyentes de Beyoncé y Kanye West en Tidal han sido manipulados hasta el punto de varios cientos de millones de reproducciones falsas, lo cual ha generado varios pagos de royalties a expensa de otros artistas”, señala hoy Music Business Worldwide.
La información fue recopilada desde un disco duro obtenido por el medio -el cual, aparentemente, es de propiedad de la marca de Jay-Z-, en el que pudieron obtener datos duros sobre las escuchas reales de los álbumes antes mencionados, las cuales son menores que los informados por el servicio a los respectivos sellos discográficos de los artistas en cuestión. Al mismo tiempo, también se pudieron obtener métricas de comportamiento de los usuarios, quienes aparecían con tracks duplicados y escuchados en lapsos de tiempo extraños, ya que los registros siempre muestran múltiplos de seis en el minutaje exacto de la reproducción histórica.
El caso se encuentra actualmente en plena investigación, no obstante, los abogados defensores de Tidal apuntan a que todo esto se trataría de una completa farsa.
Esta polémica se suma a la larga lista de acusaciones en contra de las plataformas de streaming y en su metodología de reproducciones y pagos, ya que en muchas ocasiones diversos artistas han presentado quejas públicas respecto a estos puntos, incluyendo a nombres como Thom Yorke y Taylor Swift, entre varios otros.