El 1 de junio de 2008, un gran incendio quemaba buena parte del parque temático de Universal Studios en la ciudad de Hollywood, California, entre ellos la bóveda de Universal Music Group. Por aquellos días, la gente a cargo señalaba que sólo una pequeña fracción había sido consumida por el fuego, ya que en semanas anteriores, todo el material había sido reubicado en otras instalaciones de la multinacional. Ahora, once años después de este lamentable hecho, una investigación de la periodista Jody Rosen, parte del staff del New York Times, sacó a la luz las cifras reales de las pérdidas de aquella ocasión.
Según Randy Aronson, el director senior de las operaciones de bodega de Universal Music, el incendio consumió por completo cerca de 500 mil masters de diversos artistas, correspondientes no sólo al catálogo de UMG, sino que también a los de todos los sellos que la major label había adquirido durante el transcurso de los años, como Decca, Chess, Impulse, MCA, Geffen, ABC, A&M, Interscope, entre muchos otros. Entre las pérdidas destacadas, se encuentran casi todas las grabaciones originales de Buddy Holly, buena parte de los registros de John Coltrane realizadas con Impulse Records, y otros miles de álbumes clásicos.
La lista de artistas afectados se extiende desde Nirvana, hasta Elton John, pasando por Al Green, R.E.M., Aerosmith, The Police, Ray Charles, Nine Inch Nails, entre muchísimos otros nombres de las más variadas escenas musicales, configurando así uno de los mayores desastres en la historia de la industria musical.
Según el reportaje de Rosen, las pérdidas en términos económicos se extienden a más de USD $150 millones, sin embargo, al no estar digitalizadas como se señaló en primera instancia, el daño cultural es incalculable, ya que no hay absolutamente ninguna manera de recuperar los masters quemados en este incendio. Además de lo anterior, y como guinda de la torta, ninguno de los registros que se encontraban guardados en esta bóveda se encontraba correctamente catalogado, por lo que tampoco hay forma de saber cuáles eran masters originales, ni de qué tipo de grabación estamos hablando.
Sin duda, un incidente gravísimo para la historia de la música, del cual tenemos muchas cosas que aprender.