“Fue muy duro todo, porque uno ve a esas personas y no tienes idea lo que hacen. Pero es genial que ahora esas cosas se griten y se digan, obviamente estamos en contra de la violencia“, dijo textual Mariana Montenegro a La Tercera en una la entrevista publicada este domingo, en la que se confirma la separación de la banda tras más de diez años de carrera. La frase viene a raíz de Pablo Muñoz, el socio creativo de Milton Mahan en el dúo de producción De Janeiros y frecuente colaborador de Dënver, con quien compartían estudio y grabaron la música del corto Historia de un oso.
El 12 de febrero de este año, la multinstrumentista y compositora, Felicia Morales, utilizó su blog para relatar distintos niveles de violencia que vivió durante su relación con la mitad de De Janeiros. “Cinco años de violencia psicológica grave, dos veces golpes fuertes en la cara, y esta persona está tranquila en su casa con su historia inventada”, se leía en el relato que fue derivó a una denuncia que finalmente se transformó en una causa cerrada.
“Más de 80 páginas con testimonios, pantallazos que demuestran su degeneración sexual online desde el año 2012, mi foto tomada el 2015 que evidencia los golpes recibidos, fotos de él desnudo, de su pene y las conversaciones sexuales con al menos otras 8 niñas que para la justicia no fueron suficientes para acreditar un delito”, escribió la música en sus redes sociales como respuesta a la paupérrima justicia chilena, que poco vela por las violencias que existen dentro de relaciones “informales” para la legalidad, como el pololeo. No es al aire la exigencia de la Ley Antonia.
“Fue muy fuerte lo que pasó y un detonante de un montón de cosas. Muchos nos pidieron una opinión y no sé si ahora pueda darla, porque hay temas legales entre las partes involucradas. No sé si el silencio fue la mejor decisión, pero sí puedo decir que la sociedad con Pablo se disolvió inmediatamente y que ya no tenemos el estudio”. Esas fueron las palabras de Milton a La Tercera, asegurando que no hay un vínculo laboral con Muñoz y apelando a temas legales entre las partes.
A raíz de la publicación, también replicada en este sitio, la cellista expresó en sus distintas redes lo siguiente: “encuentro de una desfachatez sin límite que los integrantes de la banda salgan refiriéndose a mi caso, mintiendo tan descaradamente. Tuvieron meses para referirse a esto y vienen ahora a ponerse la capa de superhéroes, abogando en contra de la violencia cuando su largo silencio dejó en evidencia que tomaron parte por mi agresor”.
“Todo su actuar, tanto antes como después de haber publicado mi testimonio en mi blog, no ha hecho más que demostrar que son personas de un tremendo machismo y que son, conscientemente, encubridores de violencia entre otros y entre ellos mismos. Me parece insólito que los integrantes de la banda insistan en decir que no se habían referido a mi caso debido a temas legales cuando, además de haber estado de parte de mi agresor, la verdad, asumida por ellos mismos, es que no se refirieron a mi situación públicamente por tener un gran tejado de vidrio y prefirieron borrar de todas sus redes sociales cualquier mensaje de apoyo hacia mi”.
Dentro de la publicación, Morales apunta a la inconsecuencia que es “que participen en eventos feministas y que hayan salido diciendo textualmente que los dos están en contra de la violencia cuando ellos mismos son abusadores”. Según el mismo post, es Felicia quien deja claro que hubo una amistad de años entre ella y los integrantes del disuelto proyecto. “Escribí mensajes similares a este en mis cuentas de Twitter e Instagram y recibí decenas de mensajes internos de distintas personas que tienen conocimiento de todo esto, de gente que sabe todo por rumores y de otros que fueron testigos de la forma de relacionarse que tienen, confirmando todo lo que escribí en mis redes sociales”.
El fin de la extensa declaración fue dejar de responder una a una las interpelaciones que vivió por la directa referencia que hizo Dënver hacia el caso, y además es una forma de no ser cómplice en silencio. “Todo esto no hace más que dejar en evidencia el miedo que aún tiene la gente para denunciar estos casos de violencia en otro. Ojalá que esto vaya cambiando con el tiempo y la gente se atreva a enfrentar la realidad. Basta de que todos sepan esto y nadie diga nada. Expongo esta situación porque yo ya no tengo miedo y no me voy a seguir quedando callada”, finaliza, dando por terminado el asunto, no sin antes tangibilizar que “ya no es tiempo de taparse los ojos y oídos ante estas situaciones, seguir de largo y no involucrarse”.