¿Qué ocurre cuando un joven y talentoso músico pasa demasiadas horas viendo películas de zombies, preocupado de los más ínfimos detalles sonoros y, quizás, consumiendo una que otra sustancia ilícita? La respuesta es Evangelicals y el personaje en cuestión se llama Josh Jones. Él, junto a a tres secuaces algo más discretos, es el motor que hace funcionar a ésta: una de las bandas más destacables de su generación.
Con apenas dos discos bajo el brazo, pero cosechando excelentes críticas a su paso, Evangelicals ha vuelto a darle a la sicodelia el lugar que se merece. El cuarteto, proveniente de Oklahoma, ha sido comparado hasta la saciedad con sus coterráneos de Flaming Lips y el paralelismo no es gratuito, aunque en realidad el grupo suena como si Arcade Fire fueran adictos al ácido. Y ojo, que no estamos exagerando.
En realidad, ponerse a hablar sobre el sonido de la banda sería un cuento de nunca acabar. A veces, las palabras del gran Frank Zappa, quien dijo que "hablar sobre música es como bailar de arquitectura", pesan más que cualquier descripción. Lo mejor que podemos hacer es invitarlos a bajar conseguir sus dos álbumes. Eso sí, aquí una recomendación previa: tengan bien digerido So Gone (2006) antes de escuchar The Evening Descends (2008). El primero es una gran obra, pero el segundo es sencillamente enorme.
Para que empiecen a tentarse, este es el video del single Midnight Vignette. Una delicia visual para quienes amen el cine clase B.