Hay discos y bandas cuya pronta desaparición generan una mística que hace muy difícil separarla de la valoración de su propia obra. Proyectos musicales que dejan un disco de estudio (aunque luego se explotan demos, directos, rarezas, el caso más conocido es el de los Sex Pistols), y que con eso parecen haber dicho todo lo que tenían que aportar. Casos como el de Young Marble Giants, Lauryn Hill -que nos visitará pronto- Jeff Buckley (en su caso, una carrera truncada por la muerte), The Postal Service o, en español, Family y su único disco. Evidentemente, no es sólo propio de la música, autores de una sola película como Charles Laughton y The Night of the Hunter o Julián Ayesta y su única novela Helena o el Mar de Verano, pertenecerían a esa curiosa categoría de obras singulares.
En lo últimos años, algunos grupos rompieron su silencio para volver, tras muchos años, y ofrecer una continuación a su mítico debut. El caso más sonado es el de Avalanches que en 2016, más de quince años después, regresaron con Wildflower, en general con buenas críticas pero sin que aportase demasiado a su legado. ¿Mereció la pena?. Imaginamos que lo que cobraron por los conciertos y DJ set que hicieron con la excusa de ese disco, les compensó.
Un caso parecido es el de American Football, una de las piezas clave del sonido emo de finales del siglo pasado. En 1999, publicaron su disco homónimo que sucedía a un EP también con el mismo nombre de la banda. Ese disco se convirtió en un fetiche y casi un epitafio para la escena emo que ya agonizaba, con la desaparición de muchas de sus bandas claves, y con la etiqueta convertida en otra cosa poco después vía MTV y revistas de tendencias.
Mucha de la mística de ese disco la tuvo también su carácter único. Muy influyente por su sonido, intenso y emocional, en diferentes bandas, incluso nuevas y hasta locales (El Cómodo Silencio de los que Hablan Poco parece una banda de covers de ese disco, por momentos), American Football consiguió trascender y eso tan complicado de crecer a lo largo de los años, ayudado por la seguridad de que no se volvería a repetir. Pero, en 2014, se anunciaron una serie de conciertos que luego se transformarían en 2016 en otro disco homónimo (conocido como LP II, para distinguirlo del primero). Sin ser un mal disco, no aportó demasiado a su legado, pero les permitió seguir girando y recogiendo los frutos que en su momento no tuvieron.
Ahora se anuncia un nuevo disco de la banda para 2019, también llamado como el grupo y parece que será algo diferente, o al menos eso se puede intuir de las anunciadas colaboraciones que contendrá como Hayley Williams de Paramore, Elizabeth Powell de Land of Talk y Rachel Goswell de Slowdive, que puede dar clases de cómo volver tras más de 20 años y hacer un disco magistral como fue el de la banda británica del pasado año.
De momento se puede escuchar la primera canción de ese trabajo, ‘Silhouettes’, una larga e intensa canción, muy reconocible para los seguidores del grupo. El disco, que consta de ocho canciones, como todos los otros de su discografía, se editará en Polyvinyl. Si es un acierto o un error la vuelta, lo sabremos pronto.
1. “Silhouettes” 7:21
2. “Every Wave to Ever Rise” 5:54
3. “Uncomfortably Numb” 4:10
4. “Heir Apparent” 5:53
5. “Doom in Full Bloom” 7:48
6. “I Can’t Feel You” 4:47
7. “Mine to Miss” 5:23
8. “Life Support” 5:57