“Soy Cristian Aldana. Llevo más de 2 semanas de huelga de hambre y no estoy teniendo un juicio justo”. Siete casos de abuso sexual es lo que tienen a Cristian Aldana en la cárcel, desde donde ha dado diversas entrevistas y ha expresado su molestia con el procedimiento judicial, los feminismos, y lo que se le cruce.
Ahora sus declaraciones vienen desde un comunicado que apareció en su página de Facebook. “Vuelvo a declarar que quieren usar mi causa como trofeo dentro de una guerra sexista desquiciada”, dice el hombre que fue apuntado por una serie de fanáticas -muchas menores de edad- por conductas sexuales violentas. No son palabras que no haya dicho antes: que es inocente, que esto es una guerra, que es persecución; lo que llama la atención en esta nueva carta, es ver cómo Aldana sigue tratando de ocupar el lugar de la víctima, llevando su discurso a niveles, por lo bajo, peculiares.
“Hoy la escena Musical Independiente de Argentina sufre una persecución inimaginable. Yo no soy un violador, ni un abusador, ni un golpeador. Entré al penal de Marcos Paz el 24 de diciembre del 2016 y desde ese momento veo como El Otro Yo, Salta la Banca, La Mississippi, Boom Boom Kid, Jauría, El Mató y ahora Onda Vaga – grupos políticamente incorrectos que no se dejan dominar por patrones comerciantes esclavizantes de la industria musical, y que por lo tanto, somos un mal ejemplo para una idea de sistema capitalista y oligarca- quieren desprestigiar la elección exitosa de ser un grupo musical independiente. Hoy somos perseguidos, desprestigiados, vulnerados y estigmatizados. Les pido a mis colegas que no tengan miedo. Salgan a hablar. Defiéndanse. No dejen que nos roben y pisoteen nuestros ideales”.
Cristian Aldana, que dice ser víctima de una ola mediática, es el mismo que ocupó su popularidad para involucrarse con niñas de 13 y 14 años como si nada, pero en su cabeza es un díscolo que el mundo persigue. De pasar de decirle a sus fanáticas que tenían que ser “re putas y servirle a los hombres”, a ser el salvador de la comunidad indie, que tan incómoda pone a las políticas de mercado y que está usando a las feministas para mantener el status quo del capital. ¿Un poco rebuscado o no? El vocalista de El Otro Yo pregunta sin pudor ¿quién sigue en la lista? y la respuesta es simple: el que siga abusando.