Un Quijote diferente
Pareciera que una de las historias que más le ha costado adaptar al cine es la de Don Quijote, y es que da la impresión de que se ha recaído en el error de resaltar el carácter ridículo y caricaturesco de los personajes, por sobre la profunda humanidad que poseen. También hay casos como el de Terry Gilliam (“12 Monos”, “Pánico y Locura en Las Vegas”) que vivieron una verdadera maldición al intentar filmar el Quijote, de lo que terminó saliendo un documental del rodaje.
Honor de Caballería (Honor de Cavalleria) parece saldar esa deuda. Albert Sarra, su director y guionista, se atreve con una versión libre de la historia, mostrándonos a personajes reales, de carne y hueso, más próximos a su verdadero trasfondo que a su caricatura. Se trata de una película silenciosa y contemplativa, que puede darse ese lujo gracias a que nos enfrentamos a personajes ampliamente conocidos, de quienes podemos vislumbrar lo que pasa por sus cabezas sin la necesidad de ver el componente fantástico. Por eso mismo, la cámara se sitúa como una especie de cámara testigo que sigue desde cerca a los personajes en su deambular. En otras palabras se trata de una cámara objetiva (más cercana a Sancho que al Quijote en su modo de ver la realidad) que perfectamente nos puede situar en el punto de vista de un tercero, o mejor dicho, de cómo habría visto los hechos un tercero.
Sarra nos muestra a un Don Quijote viejo y cansado, desvariando más en su interior que en su exterior. Jamás lo vemos peleando contra molinos de viento o defendiendo el nombre de su amada dulcinea, sólo vemos gestos de su rostro que nos muestran la superficie de un personaje que todos conocemos, pero que ahora se nos aparece contenido, aunque de vez en cuando lanza al aire un par de improperios a caballeros que no vemos. Por su parte, Sancho es más tímido y silencioso que en la novela, y aunque se muestra dubitativo y cansado, algo en lo profundo de su alma cree firmemente en Don Quijote, de ahí que se mantenga a su lado, a pesar, incluso, de sí mismo. Y esa fuerza, la que mantiene a Sancho cerca de su amo, es la misma que Sarra le impone al espectador de su película.
Vídeo: Trailer "Honor de Caballería"