La década de los 70. Cinco hermanas entre 13 y 17 años. Todas blondas, hermosas y reprimidas sexual y socialmente por unos padres en extremo temerosos de Dios. La menor de ellas se suicida, revolucionando el pequeño barrio suburbano de Estados Unidos donde vive esta familia (Gross Point, Michigan). La muerte de la adolescente genera que sus padres represores intensifiquen las medidas para controlar a sus lozanas hijas, generando gran curiosidad en el resto del pueblo por saber qué sucede detrás de las cortinas del hogar de los Lisbon. Los que se sienten más atraídos a las hermanas son el grupo de chicos que viven en la casa frente a ellas, quienes crean una mística alrededor de las vírgenes, obsesionándose con sus cuerpos inmaculados y sus rostros etéreos. Pasan 25 años y estos jóvenes –ya adultos- aún no son capaces de olvidarlas y de entender qué sucedió en la vida de ellas.
Esta historia, basada en un libro que lleva el mismo título, fue la temática que eligió Sofia Coppola (hija del legendario director, Francis Ford Coppola) para escribir y dirigir su primer filme. Y al hacerlo, sin duda buscó la banda sonora perfecta para narrar la vida de las rubias. La buena noticia es que, con la ayuda de Brian Reitzell -que ha colaborado en otros filmes de Coppola-, logró su propósito y musicalizó de manera perfecta la película.
“The Virgin Suicides” cuenta con esta banda sonora oficial, conformada por distintos artistas, y un score original del dúo francés Air. El soundtrack del largometraje fue escogido especialmente para dar más intensidad a las emociones que acarrea cada escena y contextualizar la película en una década tan importante en cuanto a música. Afortunadamente, el filme y la música calzan a la perfección.
La BSO está compuesta sólo por clásicos setenteros, con excepción de ‘Everything you’ve done wrong’ de Sloan (del año 1996) y los dos cortes que aporta Air, aunque ninguno de los tres pierde genialidad ante los otros temas. Da gusto escuchar canciones que parecen lejanas, pero que están sumergidas en el subconsciente y que salen a flote con facilidad tras un par de notas. Es lo que pasa con el hitazo de 10cc, ‘Im not in Love’ (¿quién no conoce esta canción?) o con ‘Alone Again (Naturally)’ de Gilbert O’Sullivan.
La escena donde aparece por primera vez Trip Fontaine, el amor adolescente de Lux, la más desenvuelta de las hermanas, no podría haber sido con otra canción más que ‘Magic Man’, de Heart. La banda de las hermanas Wilson también musicaliza otra escena donde aparecen los jóvenes enamorados con ‘Crazy on You’.
Hay una parte de la película donde la música cobra aun mayor importancia: las chicas están aisladas del resto del mundo y la única forma de comunicarse con sus vecinos es a través del teléfono y su tocadiscos. Con ‘Hello it’s me’ de Todd Rundgren, ‘So Far Away’ de Carole King o ‘Run to Me’ de los Bee Gees, las palabras no son necesarias.
Sofia Coppola tuvo algunos desaciertos en esta película. Al fin y al cabo, era su ópera prima y el peso de llevar su apellido pudo resultar mucha presión. Sin embargo, nada se puede decir en cuanto a la música que eligió para ambientarla, excepto que el soundtrack debería haber sido más extenso.
La BSO de “Las Vírgenes Suicidas” es un viaje al pasado, que logra materializar completamente la atmósfera de deseos reprimidos, secretos y lujuria suicida que viven las rubias hermanas Lisbon y todos los que habitan sus asoleados suburbios perfumados.