Porque nunca es tarde para recomendar a una buena banda, nuestros elegidos de esta semana en POTQ Escucha son Bombyx Mori. Una agrupación nacional cuyo último disco, El Desvelo, cobra más sentido que nunca con la inminente baja en los termómetros. El álbum, lanzado a fines del año pasado por el sello Infanta Terrible, es una ensoñación sureña de fusión y glitch. Clicks y cortes que invocan a la lluvia, al frío y a las exhalaciones con vapor. Es el producto de una década de trabajo y de contar con la experiencia de dos elepés previamente editados: su placa homónima e independiente del 2002 y Jardines Sintéticos, lanzada el 2005 con ayuda del Fondart.
El Desvelo es un ejercicio de estilo, pericia y autonomía. El combo, de núcleo gestado en la Escuela Moderna de Música, no se casa con ningún género en particular. Tampoco le teme a jugar con los formatos: de las siete pistas del disco, sólo una dura menos de cinco minutos. El resto son canciones aletargadas que no siguen la fórmula ortodoxa al pie de la letra, pero que sí conservan una estructura fácil de reconocer y disfrutar. Además, tienen como virtud el hallazgo del frágil equilibrio entre la nobleza de lo orgánico (guitarra, bajo, batería, saxo, flauta, acordeón) y el sostén electrónico de las omnipresentes programaciones. Bombyx Mori es uno de los argumentos más persuasivos para abrazar gustosamente la llegada del invierno.