El sexteto chileno presenta su primer disco, Ahora o Nunca. Fusión de estilos, como buena juventud de internet, también un mapa sobre el crecer en condiciones tan particulares y extremas como una crisis sanitaria global.
La adolescencia suele ser paralisante y, muchas veces, la música es motor y contención. Candelabro, banda chilena compuesta por Matías Ávila (guitarra y voz), Javiera Donoso (voces), Franko Arriagada (batería, percusiones y saxo), Nahuel Alavia (saxo y sintetizadores), Luis Ayala (guitarra lead) y Carlos Muñoz (bajo y piano), estrena su disco debut titulado Ahora o Nunca.
Si la adolescencia es compleja, ¿qué pasó con las juventudes en pandemia? En esta placa hay bastantes respuestas: nerd rock, amistad y autodescubrimiento, lo más tradicional del rock alternativo, pero también con el inevitable ADN artístico de Chile y Latinoamérica. Generaciones hiperconectadas que saben de jazz, baladas am y punk rock, que vienen a cantarle a toda esa juventud que se encontró en exploraciones internas gracias al confinamiento externo.
“Le cantamos a toda la gente más tímida, más retraída o más ñoña, que tiene ganas de hacer cosas, de sentir, de encontrar tranquilidad en la experimentación de nuevas cosas, de averiguar quién uno es”, cuenta el compositor, guitarra y voz, Matías Ávila.
Otro de los nombres de la renovación indie que sale al encuentro cultural tras los años de pandemia que vivimos, que entre juegos de mesa y cigarros de sabor, son la personificación de aquella metáfora que podría ser “ese ligero dolor en los huesos que te da cuando en la adolescencia te pegas el estirón”.