Domingo 14 de abril de 2013, Estadio Nacional, Santiago
Foto por Felipe Fontecilla
Atrás quedaron más de dos décadas de espera, confundidas a ratos con una deuda que, en rigor, jamás existió. The Cure llenó el Estadio Nacional el pasado domingo, hipnotizando a su complacida audiencia con 42 canciones por casi tres horas y media.
El público, con una calma que bien pudo deberse al cansancio de un concierto largo o, quizás, sólo fue parte de un acto de perplejidad y sincronía con la banda, disfrutó de una muestra del variado y extenso catálogo de los ingleses. La primera parte del concierto fue una escena digna de película de acción: balazo tras balazo, hit tras hit. No terminaban de aplaudir una cuando comenzaba la otra y se escuchaban los gritos. Así pasó con ‘Lovesong’, ‘Push’, ‘Inbetween Days’, ‘Just Like Heaven’, ‘From the Edge of the Deep Green Sea’, ‘Pictures of You’ y ‘Lullaby’, interpretadas a la perfección y cantadas como si el tiempo no pasara. Tocadas en ese orden. En ese gran orden.
La primera parte del show terminó con ‘End’ y esos 25 temas dieron paso a un encore más oscuro, intrincado y difícil para quien no fuera un verdadero fan. Desfilaron ‘Shake Dog Shake’, ‘Charlotte Sometimes’, ‘A Strange Day’ y ‘The Hanging Garden’, una de las más memorables de la jornada. Y cuando la mayor parte de la audiencia sentía que el cansancio funcionaba de chaperón, The Cure volvió a escena de la mano de ‘Dressing Up’, sin dar tregua a quienes esperaron por tanto tiempo este día. El tercer bloque fue creciendo con hits como ‘The Lovecats’, ‘The Caterpillar’, ‘Close to Me’ y ‘Boys Don’t Cry’, cerrando una jornada magistal con ‘Killing an Arab’.
Lo poderoso del show vino de la génesis misma de las composiciones, además de la maestría en vivo y el innegable valor de melodías que han marcado a diferentes generaciones. Ésta es una banda que ha sido capaz de crear letras íntimas, tan íntimas que se vuelven universales y hacen que su público no se avergüence de cantar, llorar, maldecir, sentir que todos se vuelven extraños y luego enamorarse. Aquí fue posible gritar todo eso y que se lo llevara el aire.
Pero este proceso fue comunión porque Robert Smith se paseó por la misma lógica. De pocas palabras, incluso torpe al intervenir, lo que (lejos de importar) terminó encantando. Porque fue capaz de dejar todo claro al cantar. Esa noche, el vocalista pudo mirar al público y explicarse a través de 42 canciones, sudando, tocando la guitarra y bailando como si disfrutara de su pena. Como si su sabiduría ya le hubiese hecho comprender que todas esas palabras que tira como puñales son también lo que hay que disfrutar de la vida. Y al mismo tiempo, y de forma contradictoria, abstrayéndose tanto del lugar físico que parecía que estaba frente a ti, gritándote todo lo que no te atreves a decir, cantando contigo. Entendiendo.
Quienes sentían que The Cure vino a saldar una deuda recibieron su cita de lujo y pudieron salir satisfechos con un sonido impecable y una voz imperecedera. Aunque el concepto que se utiliza quizás es errado, importa poco cómo se califique aquella espera: los planetas se alinearon y, por fin, llegó este concierto que funcionó como un exorcismo de demonios, pasados y de hoy.
SETLIST
1. Open
2. High
3. The End of the World
4. Lovesong
5. Push
6. Inbetween Days
7. Just Like Heaven
8. From the Edge of the Deep Green Sea
9. Pictures of You
10. Lullaby
11. Fascination Street
12. Sleep When I’m Dead
13. Play for Today
14. A Forest
15. Bananafishbones
16. The Walk
17. Mint Car
18. Friday I’m in Love
19. Doing the Unstuck
20. Trust
21. Want
22. The Hungry Ghost
23. Wrong Number
24. One Hundred Years
25. End
Encore
26. The Same Deep Water as You
27. Shake Dog Shake
28. Charlotte Sometimes
29. Primary
30. Cold
31. A Strange Day
32. The Hanging Garden
Encore 2
33. Dressing Up
34. The Lovecats
35. The Caterpillar
36. Close to Me
37. Hot Hot Hot!!!
38. Let’s Go to Bed
39. Why Can’t I Be You?
40. Boys Don’t Cry
41. 10:15 Saturday Night
42. Killing an Arab
Revisa en este enlace nuestro álbum de fotos del show de The Cure en Chile.