La ciudad de Santiago la mayor parte de las veces es un verdadero caos. En contadas ocasiones la capital nos entrega bonitas postales para el recuerdo (la nevazón que nos tocó por ejemplo), pero la apatía e histeria en las calles es pan de cada día. A partir de las entrañas del desagrado propio de vivir en un lugar como este, surge ZAT como una respuesta visceral a toda la mierda que nos rodea.
Formados el año 2009, ZAT originalmente proviene de las siglas del famoso ensayo “Zona Autónoma Temporal” (1991) de Hakim Bey, que básicamente postula sobre cómo las organizaciones anarquistas se arman y desarman de un momento a otro, para que las instituciones o gobiernos no la puedan encontrar. “Al principio ZAT tenía esa concepción, de las siglas y explicar mucho de lo que se trataba el nombre y lanzar comunicados frente a eso. Pero después como en el 2011 lo dejamos de ocupar como sigla y se llamó ZAT, como si fuera una palabra, porque ya creíamos que el nombre de la banda no tenía que ver con nada relacionado a eso, sino que éramos nosotros no más, nos apropiamos de eso”, así lo explica Jorge Ugarte, guitarra y voz del trío que se completa junto a Gaspar Muñoz en bajo y Alonso Bustamante en batería.
Con un par de splits, dos trabajos de estudio y hasta una separación incluida, el conjunto dejó atrás sus demonios internos y los enfrentaron como ellos saben hacerlo, interpretando sus propias rabias en una nueva placa titulada ZAT (2017), nueve canciones que deambulan en densos y estridentes pasajes sonoros. Reunidos alrededor de una rica y hogareña once, conversamos con el trío sobre su más reciente larga duración.
—Este nuevo trabajo es súper oscuro, bien difícil de digerir a la primera. ¿Cuáles fueron las inspiraciones a la hora de componer?
JU: Nosotros mismos y nuestras diferentes formas de relacionarnos, entre nosotros. De hecho, pasaron muchas cosas: yo me iba a devolver a Argentina de nuevo, ZAT había terminado, entonces en muchas de esas composiciones está plasmado el desconcierto de seguir o no y toda esa energía se transformó en eso, finalmente ese es el motor y cuerpo de todo esto. Las letras se basan mucho en un aborrecer a la ciudad y al ciudadano, a todo lo que pasa en la metrópolis y en parte de nuestra cotidianidad: cuando tomamos una micro, cuando Gaspar se va en bicicleta a su trabajo, cuando él (Alonso) no trabaja, por eso es un disco muy oscuro.
GM: Entre eso e igual tiene que ver con hartas situaciones personales medias oscuras que nos pasaron. El Alonso tuvo en ese período el tema de la pega, el Jorge también tuvo problemas de pega.
JU: Entonces pasaron muchas cosas personales que se plasmaron ahí, por eso es un disco con mucho peso para nosotros.
—¿El proceso de la composición cómo lo trabajan, lo hacen separados, uno llega con una idea o se sientan y trabajan todos en algo?
GM: Generalmente, yo creo que va por el lado de la deconstrucción, porque por ejemplo el Jorge llega con una estructura o a veces incluso el Alonso, que de repente llega con bases de batería y sobre eso vamos trabajando. Pero como es improvisación, la tendencia se ha dado a que alguien llega con algo y se destruye completamente.
JU: En la segunda canción, ‘Turistas’, era una canción que ya tenía súper armada pero se transformó en otra wea diferente, siguiendo una línea pero diferente. El Gaspar y el Alonso no son sesionistas, ellos desestructuran y destruyen siempre y eso se agradece demasiado, que destruyan las ideas para transformarse en otra hueá siguiendo ideas que tengo en mi cabeza, con unos toques muy diferentes.
—La canción ‘Amaranto’ la publicaron en el split del 2015 con Campbell Trio y Quiebre, pero ahora en el disco tomó otra forma, se une con otras dos canciones formando una suite. ¿Cómo surgió la idea de unirla junto a ‘Tramadol’ con ‘512’ y no hacerla una sola canción larga?
AB: Eso lo hice yo. Para mí siempre la idea de las presentaciones, de cualquier banda en la que toco, es que el show en vivo debe ser una canción larga y que en las pausas siempre tiene que haber algo sonando, siempre tiene que existir como una atmósfera dentro de los shows. Y al momento de hacer los setlist, pensábamos que canción puede unirse con esa y en ese momento no existía ‘512’ pero sí ‘Tramadol’, como sube mucho y terminaba como en algo muy post hardcore, algo muy loco, así que la tomamos y la agregamos al tiro a ‘Amaranto’. Después sacamos ‘512’, unimos el final de ‘Tramadol’ a ‘512’ y yo me quedaba pegado en el timbal y les daba el pase para entrar.
—A partir de lo que ustedes proponen como banda, siendo contestatarios y todo eso, ¿cómo funciona para ustedes hacer música en Santiago?
GM: Desde lo logístico, en lo últimos años ha sido más complejo en ese sentido, el tema del límite en los espacios y de darle cabida a todo lo que tiene que ver con ZAT en un espacio con el que tu estés de acuerdo, porque en el fondo es donde estás tu tocando, donde te estás moviendo y con quién te estás relacionando. Por ejemplo, sería súper difícil, no lo veo improbable, que ZAT tocara en algún espacio que sea fuera de los que tocamos siempre, nos relacionamos mucho con la gente de CFT, que era la gente que estaba haciendo cosas, ahora estamos haciendo cosas en Euskadi, no me acuerdo de otros espacios en específicos, pero me refiero a que las formas de relación o las formas en que se abren estos espacios son súper horizontales. Generalmente nosotros, por ejemplo, movemos las mismas cosas, nos relacionamos de una forma súper abierta con la gente que organiza las fechas o terminamos organizándolas nosotros. Al final es eso lo que buscamos, tener el “control” de lo que estay haciendo sin tampoco caer en el cliché del “do it yourself”, sino que tratando de llevarlo dentro de lo que estamos haciendo a lo más simple y más ético.
—¿Por ejemplo ustedes tocarían en Loreto?
JU: Yo creo que en algún momento va a pasar y vamos a tocar. Hemos tocado en lugares más desagradables aún, con auspiciadores de mierda, ¿cachai?, entonces no creo que sea un problema.
AB: Más allá del espacio, yo creo que es lo que tú haces en el espacio. Sí nos han invitado a tocar en hueás con auspiciadores, hemos ido, pero hemos sido lo más fiel a lo que somos nosotros mismos, que también es tirarle mierda a la gente que nos está invitando y no tenemos miedo a eso tampoco.
JU: Hacer música en Santiago es súper desagradable y es un lugar súper apático. Y de hecho se demuestra en las canciones del disco, hablan de eso, de la apatía con todo, de la relación con los lugares, con las mismas bandas que tienen sus lógicas que no tienen que ver con nosotros. Pero ante esa apatía y todo eso, nos relacionamos igual, porque nuestra política pasa por otro lado, no por el “no tocaremos ahí porque hay un logo de Coca-Cola”, pasa por el tocar igual ahí y pasarnos por la raja igual eso y hacer las weas que queramos donde sea.
El más reciente trabajo de ZAT fue grabado en vivo en los estudios Gitano Recs de Juan José Sánchez (Asamblea Internacional del Fuego, Tenemos Explosivos) y lo puedes descargar gratuitamente desde su bandcamp. Además el trío presentará su nuevo disco este sábado 5 de agosto, a las 19:30 horas, en Sala Master junto a la banda Tortuganónima.
CONCURSO: Si no te quieres perder la presentación oficial del larga duración, cuéntanos en los comentarios cuál es tu canción favorita de ZAT y estarás participando por una invitación al evento. Recuerda hacerlo con tu nombre completo y correo electrónico.