¿Es Las Últimas Composiciones de Violeta Parra el mejor disco hecho en nuestra pequeña pero bulliciosa experiencia musical? Desde POTQ no dudamos en afirmar, una opinión compartida con una larga lista de artistas locales e internacionales. Un álbum fundamental para nuestra historia sonora, también social y política; no se trata sólo de sus últimos registros discográficos, también es la placa que sirve de refugio para piezas como ‘Gracias a la Vida’, ‘Volver a los 17’, ‘Maldigo del Alto Cielo’ o ‘Rin del Angelito’.
El álbum, editado un año antes de la muerte de Violeta, sirvió como puente para seguir en la infinita motivación por difundir su obra. Cien años después de su nacimiento, algunos miembros de la familia quisieron unir creatividades para volver a emocionarse con este clásico. La experiencia de Ángel hijo, junto a su padre y su hermana Javiera, terminó convirtiéndose en un documental que hoy brilla como estreno en la Competencia Nacional del festival IN-EDIT Chile.
No debe ser fácil rendir homenaje y tributo a este legado atemporal que no deja de expandir su potencia. Volver a grabar estos himnos pareciera ser una forma justa de acortar la brecha de los años, acercar aquellas frases y líneas melódicas a nuevas generaciones, refrescar canciones que no necesitan nada más que no ser olvidadas. Así es como Ángel padre desde las ideas, y sus hijos desde la interpretación, convocaron a una serie de nombres para interpretar estas canciones que nos pertenecen a todos y todas en lo simbólico y emocional.
Ser un Parra no debe ser una tarea tan sencilla en la responsabilidad artística que carga el apellido. Si Violeta sonó y suena en muchas de nuestras casas sin existir un vínculo sanguíneo, imaginamos que ser un Parra es oírla, pensarla y recordarla a niveles mucho más continuos. ¿Fue un nuevo nivel de conexión con estas obras el ejercicio realizado durante el 2017, que hoy podemos ver en pantalla grande?
“Nos conectamos con Violeta desde que nacimos pero en una forma muy bizarra, porque el golpe de Estado y la separación de nuestros padres vino a marcar nuestras vidas -junto a Javiera-. Luego tuvimos carreras ligadas al rock pero, a título personal, siempre me puse desafíos relacionados con la obra de mi abuela. El primero fue grabar el disco de las anticuecas cuando tenía 24 años; ahí partió un largo camino de análisis dentro del tiempo que me daban Los Tres y mi grupo de jazz, todo para poder entender a fondo lo que significaba tener esta abuela”, dice Ángel.
En esta misión de vida es que Ángel y Javiera dan con una serie de voces: Manuel García, Álex Anwandter, Roberto Márquez y Álvaro López ofrendan interpretación para reversionar este álbum. Las sesiones de trabajo junto a estos artistas son sólo algunas de las intimidades que logramos ver en Violeta Existe. En los 75 minutos de duración, también nos encontramos con los últimos registros de Ángel Parra antes de su fallecimiento, y apariciones especiales de Gastón Soublette, Raúl Zurita y el ingeniero Luis Torrejón.
“Los músicos invitados son algo orgánico. A Álex Andwandter llegamos por mi hija, que es fanática de él y lo contactó por Facebook. Hay otras personas con las que habíamos compartido escenario como Álvaro López y Manuel García. Fue un proceso hermoso, de mucho desafío para los cantantes, de darles ánimo para atreverse a cantar las canciones. Yo creo que los que aprendieron muchas cosas fueron ellos, en el sentido de entender cómo interpretar a Violeta. No fue fácil. En el estudio la presión era alta”, adelanta sobre lo que podremos ver hoy, jueves 9 de diciembre, en el festival.
Todo lo que significó esta responsabilidad del oficio musical, con la intimidad que significa volver a aquellas canciones que nos aprietan el corazón gracias a la pena, el anhelo, la dulzura y la crudeza, y regalarles un poquito de lo que son cada uno de ellos como artistas, está registrado en este documental a cargo de Rodrigo Avilés, que deja como resultado esta placa interpretada por su nieto y su nieta.
“Es elegido uno de los mejores discos de la historia de Chile o el mejor. A escala de hombre y obrero de la música que soy, decidí hacer este disco para unir a los jóvenes a la música de Violeta. Creo que hay una deuda permanente con su trabajo. El pueblo de Chile la ama, la venera, la canta. Violeta permite sanar heridas en todos los sectores donde hay injusticias y es muy importante que existan personas grabando su música. Cada vez que se me acercan a pedir autorizaciones para cantarla, promuevo y felicito a quienes lo intentan. Nosotros, con Violeta Existe, estamos tratando de hacer eso: promover la obra de nuestra abuela”.