Este fin de semana se desarrollará la primera versión de Sideral Fest, uno de los diversos festivales que abultan la cartelera mes a mes. El sábado 24 de junio en el ex teatro Mundo Mágico, se presentarán Chini and the Technicians, Niños del Cerro, Medio Hermano, Gonzalo García de Planeta No y Carmen Sandiego de Uruguay.
Conversamos con dos de sus organizadores: Omar Díaz y Macarena Aguayo (ex Los Childrens), para saber qué los motiva y también qué tiene que ver el documental de Díaz en la construcción de este espacio.
Sideral Fest, nace precisamente desde La Bitácora del Sur, el documental que Omar Díaz comenzó en enero. “Es un documental que habla sobre el rock indie de Latinoamérica y los primeros dos países que visité en estos meses fue Argentina y Uruguay. A raíz de eso, pensé en una forma de aprovechar ese contacto y poder construir algo en forma paralela. Y la idea del festival fue parte de eso, algo donde pudiéramos traer a estas bandas, que por ahí se contactan a través del documental pero que podemos invitar a Chile y crear una instancia donde se pueda facilitar también la ida de una banda chilena a otro país. Por ejemplo, cuando ahora venga Carmen Sandiego, queremos que conversen y cuenten cuál es la realidad de allá, armar algo así y llevar a alguien de acá a tocar a Montevideo”, explica.
“Yo hice un viaje a Brasil a principios de enero y de ahí tenía pensado venir a Chile pero me fui a Argentina. Yo ya había estado allá, viví cuatro años, estudiando. Fui ahora, a visitar a amigos. Y desde hace tiempo quería hacer este documental, pero en un principio lo iba a enfocar a lo local. Después pensé que era súper interesante también saber lo que estaba pasando allá. Me di cuenta que lo que pasaba en Chile también pasaba de forma paralela en varios países y también vi que para muchas bandas chilenas, sus grandes referentes eran otros grupos latinoamericanos. Eso me hizo pensar que se puede estar creando una identidad latinoamericana en este género musical”, declara Díaz.
—¿Por ejemplo?
Omar: Soy bien amigo de los Animales Extintos y ellos desde que empezaron a tocar me han dicho que uno de sus referentes es El Mató y Niños del Cerro también. Entonces, creo que podría darse harto con el sello Laptra en general.
Maca: Además que cuando se lanzó un teaser del documental, los mismos músicos que ahora invitamos nos decían ‘me gusta ese tema’ ‘¿entrevistaste a Él Mató? me encanta’, entonces se dio algo. Hay una buena onda y ganas de hacer cosas. Como vimos esa buena respuesta, dijimos ‘ya, lancémonos’.
Omar: Nos dimos cuenta que estos lazos y esta comunidad ya existía, sólo que a nivel de músicos que escuchan una canción de otro en Youtube y le envían un mensaje. Entonces, la idea es afianzar esos lazos y poder concretarlo en instancias como festivales, charlas o giras.
—Además de ustedes dos, Maca y Omar ¿quiénes más están trabajando en Sideral?
Maca: veníamos organizando cosas más pequeñas con otro colectivo que se llama Palpitar. La otra persona del equipo es mi hermana gemela, la Pilar. Y la cosa es que cuando el Omar llegó muy revolucionado con su documental, fue como ‘Carmen Sandiego viene en tal fecha ¿hagamos algo?’. Y entremedio nos separamos de Palpitar y le dimos. Y seguimos los tres.
Omar: Somos los tres, principalmente, pero hay muchos colaboradores.
Maca: Sí, como que se contagió el entusiasmo, ja, ja, ja. Son las puras ganas de hacerlo, sin tanta pretensión tampoco.
—¿Qué ha sido lo más difícil hasta ahora?
Omar: Creo que hacer autogestión internacional es súper complejo. Dentro de la misma línea del documental había podido hablar con las bandas sobre lo que significaba, me habían contado historias. Por ejemplo, Niños del Cerro me contó sobre su ida al Lima Popfest, las dificultades que tuvieron. Entonces creo que teníamos esa experiencia a priori de decir ‘ah mira, suelen ocurrir estas cosas, tratemos de evitarlas’. Y ahora estamos en el proceso de enfrentarlas en terreno, pasajes, transporte, logística. Es armar un festival pero con una complicación adicional.
Maca: Es una producción más grande de lo que habíamos hecho hasta ahora entonces fue tirarse a la piscina. Desde lo de buscar pasajes, cuáles eran más cómodos, las escalas… hasta dónde se van a quedar, ya, en la casa del Omar, qué comen, si son veganos o no. Todos los detalles.
Omar: Y además me siento muy feliz, porque cuando yo fui a Uruguay yo me quedé en la casa de ellos, me sacaron a pasear, me presentaron a la gente. Entonces ahora siento que les puedo devolver esa mano.
—¿Cómo caracterizarían ustedes al público que van a ir al festival?
Omar: Yo creo que un factor que define al público y que define lo que está pasando, es que es gente que se siente muy conectada con las bandas y los sellos. Como se nota que en todo hay autogestión, se dan cuenta que sus propios amigos son los que están armando lo que está sucediendo. Es por eso que lo hacen propio. Capaz vieron a la banda diez veces, pero quieren seguir siendo parte de ese momento.
Maca: Hay una visión de clan. Yo que voy a muchas tocatas ya conozco gente y quizás no sabemos nuestros nombres, pero nos saludamos porque nos vemos siempre en las tocatas.
—Cuando se empezaron a hacer estos conciertos, a gente que no estaba dentro más cercano, le empezó a llamar la atención que se hicieran tocatas en los patios o lugares diferentes a los que se usan frecuentemente. Y se le cargó una serie de expectativas -de las que también se hicieron parte muchos de los músicos- sobre que iban a ir para otro lado, a romper con algunas estructuras de lo que ya existía, por necesidad pero también por visión. Pero ya hemos visto que ese mismo circuito comienza a tocar en Bar Loreto o toca en producciones de Fauna. ¿De verdad se trataba de algo diferente o van a seguir los mismos pasos que todo lo que venía antes y ya estaba construido?.
Omar: Yo creo que sí va a haber un tope. También creo que eso se define por lo que hagan los mismos gestores. Aún se está construyendo, entonces, las decisiones que se tomen hoy en día van a ser realmente significativas, porque de alguna forma forjan lo que va a ser todo esto en unos años más.
—Claro, porque en un principio se hizo énfasis -incluso desde las propias bandas- que esto era diferente a lo anterior, pero poco a poco ves que se están usando las mismas formas, los mismos lugares. Hablo en términos de estructuras, no de música. Una banda que partió llevando veinte personas a una tocata y ahora lleva a 200 o 300, va a tocar en otro lugar. Va a querer sonar mejor, técnicamente. Entonces, las decisiones que se toman, también serán moldeadas por la estructura que existe.
Maca: Claro, es que entre los 18 y 25, hay una renovación. Quizás sí, va a llegar un momento en que van a ser full Loreto o El Clan y van a tener que salir de Santiago, ir a otras regiones.
Omar: Hay tocatas en casa, espacios nuevos.
—Me interesaba preguntárselo a ustedes, porque están creando un espacio nuevo dentro de todo esto.
Maca: Esto también va de la mano de otras artes. Yo llevo tocando muchos años y ahora esto se junta con ferias de diseño, comida… es una cosa más integral.
Omar: También creo que son valiosas las organizaciones detrás de esto, más que los espacios físicos. Por ejemplo, me gusta lo que pude conversar con Laptra. Cuando hablé con Santiago. Él me decía que Laptra se funda con el disco de ellos y con 107 Faunos. Y de alguna forma, ellos ganaron reconocimiento, pero hasta el día de hoy siguen siendo Laptra. Y sí van a tocar en Niceto o Konex, pero lo que realmente importa, es que detrás de eso está Laptra y que siguen dando espacio a bandas nuevas.
—¿Existe acá ese concepto de comunidad?
Omar: Yo creo que sí, pero hay que tener mucho ojo para de verdad construir en base a eso. Por ejemplo, cuando hablaba con amigos, comparaba lo que pasaba con Un Policía Motorizado y las bandas nuevas y hacíamos un paralelo con lo que pasó con Gepe. No existe tanto esa conexión, porque tal vez en esa época sí fue más de músicos estando solos. Entonces, para que no pase eso, hay que estar súper conscientes de que cuando las bandas empiecen a crecer, lo hagan con conciencia de comunidad. Que la comunidad hace que todo sea más fuerte y que así se puede cambiar lo que está mal en la música.
Maca: Yo lo veo de forma súper positiva. Yo tocaba en el 2008, no había esta sensación de comunidad.
—Bueno, tú estabas en Armatoste, Maca.
Maca: Sí. Yo llegué a la cola. Hace una semana me salí de Los Childrens. alcancé a estar en una tocata de Armatoste y si bien estábamos todos colaborando, después esas bandas no tocaban juntas. Yo conseguía tocatas y era como ‘ya y ¿a quién llamamos?, pucha no sé’. Y tratábamos de buscar a otras bandas, porque las mismas no pescaban o no tocaban tanto. No había tanto ese interés, entonces, también pasan esas cosas y ves cómo los grupos mismos hacen que todo se estanque un poco.
—Claro, tú tienes otra experiencia, de otro momento.
Maca: El año pasado en verano se hizo otro festival de Armatoste, el Caimán en el Teatro Huemul. Y ahí todos colaboramos, pusimos lucas, ganas. Cada uno era el roadie de otro, pero nos fuimos para atrás con la plata y fue como ‘ya, mejor paremos’. Después se hicieron otras tocatas pequeñas y por problemas de plata, de nuevo, se acabó Caimán.
—Y ¿eso no tendrá que ver con que esas personas también son mayores? Es gente que vive sola, trabaja y muchas veces no se puede permitir perder plata. En cambio, hay músicos nuevos que pueden aprovechar que aún son estudiantes o que viven con sus padres para poder arriesgarse más ¿O no?
Maca: Yo creo que sí, tiene que ver la edad. Pero también sentía que estas bandas, Caimán o de Armatoste…
—Es que es otra generación, onda, estamos hablando de gente que iba a Club Mist.
Maca: ¡Ja, ja, ja, ja! Sí po, ¡el Club Mist! Alcancé a ver a varias bandas en el Club Mist. Tenís toda la razón. Cuando armábamos cosas con Palpitar incluso, le decía a los chiquillos, ‘vayan a ver tocatas, vamos’. Y nada. Yo sentía que esa mentalidad Club Mist no funcionaba. Y terminó por no funcionar. Tienen eso de tocar solo en bares.
—Y en algunos casos esos tratos son muy malos.
Maca: Totalmente. El año pasado, después de meses de negociación, onda, en serio, meses, logré una fecha en Onaciú. Y cuando me dijeron que sí, me pasaron un contrato. Tuve que leer un papeleo enorme que decía un montón de cosas. ‘No puedes entrar no se qué, esta cosa es así’…
—¿Ese contrato tenía preventa?
Maca: Sí, tenía preventa y te cortaban la cola. De tal hora a tal hora te cortamos la cola de las entradas. Y si ganaste esto, la realidad es que te entregamos esto otro, que es mucho menos. Ja, ja, ja. Entonces, te desanimas como músico. A veces es bacán tocar en bares. Hay un sonidista, tocas más relajado, pero también hay contras. Entonces la mano es buscar otros espacios. El otro día fuimos a Pasaje Piola, de Palmera Litoral. Era en un patio chiquito, hacía frío, pero entrabas a un cuarto y tocaba el Mico de Medio Hermano. Había gente vendiendo chelitas, navegado…
—Yo no sé por qué Becker no auspicia tocatas. Llevamos años tomando eso, todos los fines de semana.
Omar: Ja, ja, ja. Sí, somos el público objetivo por excelencia.
—O la del Osito, Bear Beer.
Maca: O esa que compran ustedes, Omar.
Omar: Ah sí, es que llevamos un tiempo con un amigo haciendo un cine casero. Invitamos a bandas a tocar en formato acústico también. Se llama Cine Pirata. Creamos un formato en el que invitamos a una banda a tocar y la película es elegida por la banda. Vemos la película y después la banda explica por qué la eligió y después tocan.
—Y ¿qué cerveza tienen ahí?
Omar: Ehhh, Bear Beer, ja, ja, ja, ja.