“Fundé Burger Records en 2007 con mi amigo Lee Rickard para editar el primer single de nuestra banda Thee Makeout Party. Cuando nos dimos cuenta que en realidad podíamos hacer discos nosotros mismos, empezamos a editar a las bandas de nuestros amigos, como Audacity, The Go, Apache y la banda de Ty Segall en ese entonces, que se llamaba Traditional Fools”.
Así de simple es la génesis de Burger Records en palabras de Sean Bohrman, uno de los impulsores del sello establecido en Fullerton, California, y que en menos de una década ha dado forma a un vasto catálogo, donde brillan grabaciones de Brian Jonestown Massacre, The Black Lips, Mikal Cronin, Thee Oh Sees, La Luz, Summer Twins, The Black Angels, Cassie Ramone (Vivian Girls) The Shit (Ryan Adams) y el mismo Ty Segall en solitario, entre muchos.
“En 2009, renuncié a mi trabajo y gasté cada uno de los dólares que me pagaron para abrir una tienda de discos. Me fui a la casa de mis padres para ahorrar dinero, salí de gira con Thee Makeout Party y cuando volví, mis padres habían vendido la casa y se habían mudado a Nashville, así que no tenía donde vivir y me fui a la tienda. He vivido ahí los últimos seis años. Vivo en la bodega, no hay ducha, no hay cocina. Y sabes, lo único que hago es trabajar”, nos relató en un mano a mano en pleno stand de Burger Records en la reciente edición del festival En Órbita.
Allí, el mismo Sean Bohram se encargaba de regalar adhesivos y chapitas a quienes se acercaran y de repetir lo maravillosa que se veía la cordillera de los Andes por la mañana, antes que la cubrieran las nubes. Entre medio, por cierto, vendía los cassettes y LPs que trajo consigo, apenas un fragmento de la frenética actividad del sello. Desde su creación, no solo han conformado ese enorme catálogo, también crearon la filial Wiener Records, el festival Burgerama, la Burger Revolution –una campaña de expansión internacional de sus bandas- y hasta una caravana que llevó a varios de sus grupos de gira. “Sus grupos”, en este caso, es solo un decir, porque acostumbran no firmar contratos.
¿Cómo se integran entonces las bandas a su catálogo? “Hay varias formas -explica Sean Borham. Escuchamos demos y tenemos amigos que hacen música y nos cuentan de sus amigos que hacen música. El rocanrol es una gran red, todo está conectado, aun cuando no lo sepas. Es como el asunto de Kevin Bacon y los seis grados de separación, aunque probablemente en el rocanrol sean menos. Si nos gusta algo, lo sacamos, aunque sea extraño. Con los cassettes tenemos la posibilidad de sacar cosas más extrañas. Si sacáramos todo en vinilo seguramente estaríamos quebrados, pero los cassettes son más rápidos y baratos”.
https://youtu.be/OZHekl6klRs
Esa es una de las características del sello: fueron uno de los primeros en editar cassettes.
Sí, en 2007 no había muchos sellos sacando cassettes. Nosotros sacamos nuestra grabación en cassette y queríamos tener todos los formatos, porque en la banda teníamos un reproductor de cassette. En realidad, al comienzo, queríamos escuchar así discos como Howl on the haunted beat you ride (2007) de The Go, que es uno de los mejores discos que hemos hecho y probablemente nuestro séptimo u octavo lanzamiento.
En realidad, todo se trata de nosotros amando el rocanrol. Estábamos inspirados por Buddah Records, Kama Sutra Records, los sellos de los 50 y 60 y hasta los de ahora. Todos estábamos inspirados por eso y es lo que nos mantiene activos.
¿Qué piensas del actual revival del cassette?
Si me lo hubieras preguntado en 2007… Cuando estábamos en un estacionamiento, de gira en Kansas City, y dijimos ‘deberíamos sacar en cassette todos estos discos’ y empezamos hacerlo, en ese entonces nadie sacaba cassettes, la gente se hubiera burlado de mí. No había distribuidores, pero eso no nos detuvo, seguimos y seguimos y hemos vendido 400 mil cassettes en los últimos ocho años. Hemos sacado casi 900 cassettes y en ese tiempo empezamos el Cassette Store Day, un evento mundial en torno al cassette. Hemos visto cómo ha crecido todo. Nadie podría haber pensado que eso iba a ocurrir, pero ocurrió y somos afortunados de estar ahí.
¿Cómo se dio la invitación a Chile?
En realidad, es nuestra primera vez en Sudamérica. Conocí a Álvaro Gómez de Algorecords en South By Southwest. Empezamos a escribirnos por correo y me dijo que debería venir a este festival porque quería que estuviera Dead Meadow y nosotros sacamos su cassette. Yo nunca me encontré con los chicos de Dead Meadow, pero terminamos presentándolos en este festival. Me pagaron mis pasajes y hotel, así que no podía decir que no. Mi chica está de cumpleaños mañana (el pasado domingo) y estaba muy molesta… o no estaba molesta, pero no quería que viniera, pero quién sabe cuándo tendría otra oportunidad de venir a Chile, así que tenía que hacerlo.
https://youtu.be/3UfvBOkIhxU
¿Planean trabajar con Burger Records en Chile o Sudamérica?
Bueno, cuando visitamos lugares usualmente conocemos a otras bandas. Por ejemplo, conocí a esta banda… tú tendrás que pronunciarlo por mí.
Trementina.
Sí, ellos son muy buenos. También me gustó mucho The Holydrug Couple. Magaly Fields sacaron un cassette con nuestra filial, Wiener Records, así que ya estaba familiarizado con ellos antes de venir acá.
Tengo que hablar con Álvaro sobre esto, probablemente hagamos alguna compilación con bandas de Chile. El año pasado fui a Japón e hicimos un compilado allá (Hits! Of Burger Records). Lee, el amigo con el que inicié el sello, fue a Holanda y estamos sacando un compilado de bandas de allá (Burger World Netherlands, de 2015). Queremos expandirnos internacionalmente y la mejor forma de tener varias bandas son los compilados.
Entonces van a editar bandas de acá.
Sí, probablemente hagamos algo con Trementina. Quién sabe, quizás nos gusta algo más.
¿Planean también traer bandas de Burger Records a Chile?
Me encantaría. Nuestro sueño es hacer giras de Burger Records en Europa, en Sudamérica, en Japón, en Asia, en Australia. Realmente es una cosa global, somos de Fullerton, en el sur de California, pero no es una cosa de California, es a nivel mundial.
Cuéntanos sobre la escena musical de allá.
Siempre hay cosas pasando. Cuando comenzamos con Thee Makeout Party, nadie venía a nuestros shows. Tocábamos tres veces a la semana para nadie y no hacíamos nada de dinero. Eso fue cuando partimos con Burger hace siete años, después comenzamos a conseguir dinero para las bandas.
La música es como sicodélica, gente como Bell Gardens, que hacen una música que nadie más está haciendo. Hay una escena psicodélica allá, así como está ocurriendo también acá en Chile, con muchas bandas de psicodelia y shoegaze.
¿Y ahora sí es un buen negocio?
Ahora lo es, pero todo lo obtengo porque no hago otra cosa que trabajar. Burger es mi vida entera. Cuando no estoy trabajando en Burger, me siento culpable. Si no trabajáramos así de duro, no estaría acá en Chile ni haríamos todas las cosas que hacemos. Me rompo el culo cada día, desde las once hasta las cinco de la mañana, probablemente en los últimos cuatro años. Hemos crecido en este tiempo porque no duermo, solo trabajo, trabajo y trabajo. A veces, son las cinco de la mañana y digo “mierda, no quiero irme a la cama”, pero tengo que hacerlo. Es duro, porque soy un trabajólico.
¿El sello siguen siendo dos amigos?
Sí, Lee vivió en la tienda conmigo en los últimos cuatro años, pero se acaba de cambiar. Fundamentalmente, el sello somos los dos, es loco. Es chistoso, porque hemos tenido reuniones en Warner Brothers o en Universal y tienen edificios llenos de gente en sus computadores; nosotros tenemos un escritorio y un computador y medio, porque hay uno que tiene perdida las teclas E y la W. Cada dólar que hacemos con Burger, lo reinvertimos en Burger. Lo hemos estado haciendo los últimos ocho años así que no hemos hecho nada de dinero con el sello. Es todo por amor.