Fotos por Nino Aguilera.
El 14 de junio recién pasado, el Club Chocolate fue escenario para uno de los conciertos con más producción que Pedropiedra ha dado en Chile en el último tiempo. Ahí, un numeroso y heterogéneo público presenció el show que el músico dio secundado por su banda, en una jornada memorable, pero con aires de cierre de ciclo. “La idea misma se sintió como cierre, porque no había tocado como en tres meses y de repente hice una tocata grande, con harta promo y todo. ‘Cripta y Muerte’ fue un semi-cierre porque, si bien voy a seguir tocando, ahora quiero empezar a probar cosas nuevas”, lanza el músico, dejando viva la incertidumbre.
Pero más allá de lo que se vivió esa noche y las interrogantes que quedan para el futuro, aquella fecha dejó algo en evidencia: Pedropiedra ya es un consolidado. Y es que la apuesta en solitario que Pedro Subercaseaux comenzó hace algunos años ha alcanzado madurez, llevándolo a convertirse en uno de los grandes referentes de la exitosa camada de compositores que han salido del país en el último tiempo.
Todo es el resultado de un proceso paulatino, que tuvo su génesis allá por la década del ’80. “En mi familia dicen que yo cantaba cuando chico. No me acuerdo de eso, pero sí de haber tomado la guitarra de mi hermana, que tenía tres cuerdas y que estaba botada en la casa” dice Pedro, recordando el instrumento que lo llevó a interesarse en la música. Con el pasar de los años, Subercaseaux comenzó una intensa carrera, que tuvo a Tropiflaite como su primera apuesta seria. En paralelo y en un corto lapso de tiempo, el músico iniciaría proyectos de renombre, como Hermanos Brothers, CHC y Yaia, todos en compañía del mismo grupo de amigos, integrado por artistas como Vicente Sanfuentes, Sebastián Silva, Nea Ducci y Roberto Espinoza.
Hasta que un viaje cambiaría lo que venía haciendo. Tras lanzar “La Cosa” (2007), el tercer álbum de CHC, Pedro armó maletas y partió a México con el objetivo de mover la placa en ese mercado. “Se me ocurría que era buena idea ir a mover el disco de CHC y tratar de meterme en algún ambiente de compositores. Me fui un par de meses y ahí empecé a conocer gente, me fui embalando y me quedé más tiempo”, recuerda. Estando en el país azteca, su creatividad afloró y casi sin planteárselo, armó suficientes temas para grabar un elepé.
Así fue como nació “Pedropiedra” (2009), su debut en solitario. “Estaba tratando de divertirme haciendo canciones, que es una cuestión que nunca antes había hecho de manera tan independiente. Quería jugar con las palabras del español y con sonidos alegres”, recuerda. Y complementa: “Estaba jugando, así lo sentí yo en ese momento. Y como era primera vez que lo hacía, el ambiente estaba como chispeante”. Pero, tras su lanzamiento, Pedro ya preparaba nuevo material. Casi sin dejar lugar a descansos, entre los conciertos promocionales salían nuevos temas que al cabo de un par de años darían forma a un nuevo trabajo.
“Cripta y Vida”, el segundo esfuerzo solista de Subercaseaux, fue editado en el primer semestre del 2011. Un disco de 10 cortes materializado tras un largo proceso de grabación (a diferencia de su antecesor, que fue registrado en dos meses). “La música de “Cripta y Vida” la grabé un año antes que el disco saliera. Las voces las fui haciendo durante todo ese año y después sólo hice pequeños arreglos, pero el grueso ya estaba grabado”, recuerda.
Tras este álbum, el compositor terminó por potenciar un formato banda para sus presentaciones en vivo. Como en su show en Lollapalloza Chile 2012, donde se vio secundado por figuras como Gepe, Gonzalo Yáñez, Felicia Morales y Fakuta. Esto deja en evidencia las buenas relaciones que existen entre los músicos nacionales, tema para el cual Pedro tiene palabras: “Se siente que están todos remando pal mismo lado y que hay una sana competencia por dar un buen show. Yo veo a todos los cabros enfocados en su cuestión y como súper profesionales. Es como que todos lo pasan bien tocando”.
En ese ámbito, otra muestra del buen momento que vive la escena local son los shows que día a día se dan lugar en clubes de Santiago y regiones. Esta semana, uno de los más llamativos es el Ciclo Neutral de Invierno, evento organizado por Quemasucabeza -el sello que alberga a Pedropiedra- y que tendrá tomadas hasta el sábado las dependencias del Centro Cultural Gabriela Mistral, de la mano de diversos shows entre los que se cuenta el de Subercaseaux. “Voy con un formato que nunca he hecho. Es bajo, batería y guitarra, con unas pistas más trompeta y saxo. Como un combo trío con los bronces. Yo creo que va a estar bien bueno”, dice al respecto.
Pero su agenda no se detiene. Tras la realización de Neutral, Subercaseaux y compañía viajarán a Brasil, lugar en el que estarán por primera vez presentando este proyecto. “Ya estuve una vez en Porto Alegre con Gepe en un festival. Ahora creo que vamos a una situación parecida, pero en Sao Paulo. Es bacán, yo creo que esos son los tentáculos de Quemasucabeza que van llegando más lejos”, reconoce. “Voy con el mismo combo de Neutral, pero sin los bronces. Son dos músicos míos, más las secuencias para apoyar. La idea es ponerle color para que sea más prendido; me da lata ir a vender la hueá del fome y deprimido con la guitarra, es mejor arreglar los temas para que queden arriba. Que sean entretenidos de ver”.
Con tocatas, viajes al extranjero y nuevo disco en el horizonte, el recorrido de Pedropiedra no se frena ni por un segundo. Ya van varios años transitando un camino interesante, pero duro, y del cual ha sabido sacar lo mejor. Inteligencia despierta y pendiente, que sigue buscando el mejor momento para saltar de la cripta a la vida.