Conversamos con el vocalista de Él mató a un Policía Motorizado sobre su trabajo en la remasterización de Okupas, la serie de culto por excelencia en Argentina. Nos habló de resignificar canciones de la banda, la responsabilidad con los fans y de la serie que lo marcó para siempre.
Entre finales de los noventa y principios del 2000, Argentina atravesaba una de las crisis económicas más brutales de su historia. En este panorama inestable, cuyas consecuencias empezaban a reverberar cada vez más en su ciudadanía, se estrenó en plena televisión pública una miniserie que, sin mayores pretensiones, contaba la historia de un grupo de amigos que se albergaban en una vieja casona de un barrio porteño. En esta casa y en este barrio, los jóvenes amigos vivirían aventuras al borde de la marginalidad, convirtiéndose en los personajes que marcarían una generación rechazada y sin prospectos en un país que estaba a punto de desarmarse. Es la historia de Okupas, la serie creada por Bruno Stagnaro (quien entonces ya había ganado popularidad por el largometraje Pizza, birra, faso) que con solo once episodios ha alcanzado la valoración “de culto”, tanto por sus fans como por la crítica.
Hoy es indudable el quiebre que generó Okupas en la televisión argentina. Su breve pero memorable vida fue suficiente para crear una escuela en la escena audiovisual de la región; no debería sorprender la abundancia de proyectos que trataron de imitar (con más o menos éxito) el realismo estético de Okupas. Al menos esto fue lo primero que llamó la atención de Santiago Barrionuevo, voz y bajo de Él mató a un Policía Motorizado: “Yo cuando la vi por primera vez en el año 2000 estaba con la tele prendida y no sabía si estaba viendo una ficción o un documental, era tan real. Tan realista”.
En el más puro espíritu Okupas, la serie hasta hace poco sólo podía adquirirse en formato ilegal, ya que nunca había sido editada para su distribución fuera de la tevé. Este año, sin embargo, la serie finalmente fue remasterizada para Netflix, en un hito con el que se pretende celebrar los 20 años desde su estreno. Pero para llegar a este instante tan anhelado por los fans históricos de la serie, se debieron realizar algunos cambios.
Una de las razones por las cuales Okupas no estaba disponible en ninguna parte es que cuando se grabó, las regulaciones sobre derechos de autor eran distintas, un vacío legal que en ese momento sirvió para integrar en la banda sonora canciones de bandas extranjeras que calzaban con la onda de la serie. Sin el acceso a estas canciones en la remasterización hubo un vacío importante que llenar (y que los fans no perdonarían tan fácil).
Ahí fue cuando Stagnaro contactó a Santiago, un declarado fan de Okupas.
“No sé si sabía que yo era fan de la serie, yo no sabía que él era fan de Él mató… eso me puso muy feliz. Y ahí cuando hablamos le conté que yo era súper fan, que ya me parecía increíble tener una reunión con él, porque yo era fan de él”, cuenta sobre la única reunión presencial que tuvieron. “Lo vi una sola vez en mi vida. Tenemos una reunión pendiente, supongo ahora cuando llegue el verano y las reuniones sean un poco más fluidas. Tenemos pendiente un asado y charlar. Yo tengo un montón de preguntas de fan ahí acumuladas que le quiero hacer. Así que lo voy a volver loco un poco, me va a odiar pero bueno, yo ya le advertí, le advertí que después de tantos meses sin vernos lo voy a ametrallar a preguntas”.
En esta nueva reorganización de canciones, Stagnaro solicitó a Él mató a un Policía Motorizado siete de sus canciones para que formaran parte de la nueva banda sonora. Así fue como se editó Unas vacaciones raras, el álbum que reúne todas las canciones que la banda incluyó en la serie. En este álbum se incluye además ‘La otra ciudad’, un tema inédito y compuesto exclusivamente para Okupas. Fue en esa instancia que Stagnaro aprovechó de encomendar algo más: “también le quedó un bache de unas 40 piezas musicales, las cuales me convocó a mí para componer. Eso lo hice aparte de Él mató… lo hice en formato solista. Hice unas composiciones de cerca de 50 canciones que aparte de Unas vacaciones raras van a ir saliendo ahora en pocos días”.
—Precisamente como fan, ¿qué es exactamente lo de la historia argentina que se puede ver reflejado ahí y que te gustó tanto en su momento?
Bueno, Okupas plantea algo que fue inédito en su momento, mostrar la marginalidad, mostrar un mundo que no se veía en la televisión, de una manera muy cruda y muy real, con una maestría realmente brillante. A partir de eso se abrió como un canal, un canal quiero decir a nivel estético, donde aparecieron un montón de series que querían emular esto que había planteado Okupas.
—¿No te pasa que hay canciones de Él mató… que pudieron ser influenciadas por Okupas de antes?
Totalmente. Okupas es del año 2000 y Él mató… empieza sus primeros ensayos en el año 2002. Okupas fue pre crisis del 2001, que fue una crisis muy importante en Argentina que realmente quebró al país, y Él mató… nace post crisis, pero todo en un contexto muy similar, la pre crisis, la post crisis, fueron esos años, esos años muy oscuros. Él mató… está muy inspirado, por más que yo no te pueda decir ‘esta frase es de esto o de lo otro de Okupas’ pero sí estéticamente lo que Okupas generó en nosotros y en mí, a la hora de escribir, a la hora de componer, a la hora de pensar estéticamente la parte visual de la banda, tiene mucho eso de Okupas. Esa cosa de la periferia, de lo marginal, de lo rasposo, de lo sucio, de lo desprolijo, incluso está presente en las canciones. Por algo Bruno, cuando elige las canciones para hacer esta nueva etapa, elige canciones más viejas dentro de la discografía de Él mató… más cercanas a aquellos años.
—Es como un ciclo que se cumple…
Yo feliz de eso. Feliz de que se haya dado sin plantearlo, sin forzarlo. Se dio naturalmente y eso a mí me encanta, me fascina. Me gustó volver a abordarlas, obviamente respetó mucho el formato original, porque por algo Bruno las había elegido en su formato original, pero a eso le agregamos una producción sonora más parecida al presente de la banda. Entonces, en ese equilibrio entre esos dos momentos yo creo que encontramos un punto que disfruté mucho, y también me gusta mucho la idea de traer esas canciones más al presente no sólo porque forman parte de Okupas, también porque mucho público llegó a la banda más con los últimos discos, con La Dinastía Scorpio, La Síntesis O’konor, y se perdió un poco esa etapa de Él mató… Entonces ahora traerlas al presente está generando muchas cosas; un acercamiento a canciones que nosotros queremos mucho pero que se quedaron medias perdidas en el tiempo.
—¿Qué te pareció en general la idea de musicalizar una serie?
Me encantó. Yo la única experiencia que tenía previo a Okupas fue trabajar en una película que se llama La muerte no existe y el amor tampoco, era la única cosa que había hecho por el estilo, y la verdad es que fue algo muy lindo y que me ayudó mucho en este proceso de Okupas, que fue un poco más complejo, de más trabajo, de más canciones, de más momentos musicales, porque lo de Él mató… fue diferente, fue solo regrabar esas canciones. Pero aparte de lo que hicimos con Él mató… y que lo mostramos en Unas vacaciones raras, para mí está el otro trabajo de estas casi 50 piezas musicales que hice casi solo, con la ayuda de Felipe Quinta, que es un productor e ingeniero de grabación. Y eso sí fue musicalizar pensando directamente en las escenas, en los planos, en darle esa nueva vida a cada momento visual de la serie. Fue un trabajo largo, fue intenso pero lo disfruté mucho, me divertí mucho. Abordé géneros nuevos como la cumbia, el folklore, el tango, tuve que hacer un tango al cual invité a cantar a Melingo y ahora saqué una cumbia que se llama ‘Tonto corazón’, en la cual canté junto a Vicentico.
—Es como el sueño del fan un poco.
Sí, total. Soy muy fan de los Fabulosos Cadillacs, desde chico, desde sus primeros discos que son de los ochenta y era mi época de infancia así que crecí escuchándolo a Vicentico, es mi cantante favorito y de repente estar con él, se mezcla todo. No puedo pedir más. Es un momento único que estoy disfrutando mucho y que en algún momento extrañaré.
—¿No hay un poco de responsabilidad en esa labor?
Sí, la verdad es que estar a la altura de algo tan genial y sobre todo algo que ya estaba terminado, algo que ya estaba presentado de cierta manera… hubo que reemplazar cosas y muchos seguidores de la vieja escuela de cuando se estrenó la serie estaban muy nerviosos y enojados, diciendo “por qué van a cambiar esto que ya estaba bien”. Los entiendo perfectamente porque yo soy parte de ellos, soy de esa tribuna exigente. Pero bueno, era un problema a resolver que tenía la serie en el tema de derechos. Era esto o nada. La verdad es que hubo que hacerlo y yo lo hice con mucho cariño, con esa responsabilidad, con esa presión también, pero con la tranquilidad que con las devoluciones de Bruno que es el creador, escritor y director de la serie es el que más sabe de esto, quiero creer, siempre me dio su aprobación. Entonces eso me mantenía tranquilo y yo estaba tranquilo también porque conozco la serie muy a la perfección, entonces entendía bien a qué iba, entendía bien el cuidado que había que tener en cada momento. Y mi plan era pasar desapercibido en esos momentos musicales donde son momentos muy breves que están de fondo, que el que ya la vio, yo creo que la mayoría… hubo 60 reemplazos y creo que la mayoría se dio cuenta en 10, como mucho. Porque significa que los otros acompañaron de manera armoniosa todo lo que significa Okupas a nivel estético musical.
—¿Te gustaría volver a hacer algo así? Tal vez con algo más original…
Sí, me gustaría, me encantaría. Ojalá que esto de Okupas sea el inicio de otras propuestas que llegan. Ya me llegó para hacer de una película una canción, ahora estoy medio enloquecido con esto porque estoy en los lanzamientos y todo eso, pero es algo que me gustaría abordar y me gustaría desarrollar más porque es algo muy divertido. Es algo que es un trabajo en equipo, siempre es un trabajo en equipo: el arte, la música. Pero acá a nivel creativo, a nivel compositivo, uno compone para acompañar una escena, no compone solo por el hecho de componer y mostrar una canción y querer narrar algo que sale de adentro, compone en función de una escena y hay un director que es el que tiene la decisión final. Es algo que me divierte mucho también, es en algún punto relajo por ese lado pero a la vez profundizo a la hora de qué es lo que necesita esta escena, que es lo que yo tengo para aportar musicalmente a una actuación, a un diálogo o a un momento visual. Eso para mí es algo soñado como cinéfilo, como músico. Se combinan pasiones que llevo con mucho amor dentro mío.
—Si te dijeran que puedes musicalizar algo que ya existe, cualquier cosa, ¿qué podría ser?
Me encantaría hacer algo con Star Wars, que soy muy fan. No tocar las originales, obviamente, no quiero faltarle el respeto a John Williams, pero sí con todas estas nuevas cosas que están saliendo, series, nuevas películas, me encantaría componer alguna melodía. Obviamente ya es un sueño un poco lejano pero bueno, si estamos para jugar…