Por Jajo y Carlos Mella // Fotos: www.nanostern.com
Cercano, simple y alegre. Estas son algunas de las características con las que podemos definir a Nano Stern, un trotamundos que ha hecho su trayectoria a través de innumerables viajes alrededor del mundo con la intención de cantar y conocer otras culturas.
En una conversación completamente relajada, recorrimos gran parte de la historia de este músico nacional, quien nos habló de sus viajes, su infancia, sus proyectos para el futuro, y sobre todas las cosas, del amor que siente por lo que hace y lo agradecido que se siente al momento de notar la recepción de sus composiciones en sus seguidores que cada día crecen más y más.
“Empecé a tocar violín, por suerte, muy pendejo, y como a los diez años me bajó por tocar guitarra, como que lo veía en todos lados y quería aprender, y de ahí fui tocando otras cosas, bajo, piano, la huea que fuera”, comenta Nano Stern, con un schop en la mano.
“Tuve suerte porque aprendí por un método, que no es el tradicional. Plantea la cosa como un aprendizaje muy maternal. Fue siempre muy gradual, nunca lo pensé así como: tengo que estudiar la huea, fue muy natural”.
Con mochila en mano y de bar en bar
Entre cervezas y más cervezas, el autor de Nube, relata como siendo un cabro chico comenzó su carrera participando, por un corto período, en Mécanica Popular, pero en el año 2005 decide dar uno de los saltos más grandes en la vida de cualquier persona, y con mochila en mano viaja hacia el viejo continente con el propósito de dar a conocer su música.
“Empecé solo cuando me fui a Alemania. Estaba solo allá, entonces comencé a componer, a tocar, y de a poco fue saliendo. Primero toqué en la calle y después en bares chicos, como oscuros. Después en festivales, y ahora, todo el rato, en todas partes”, declara Nano Stern, quien como cualquier músico del Barrio Bellavista, fue ganando adeptos en la bohemia germana, lo que significó instaurar su nombre en diversos festivales de Berlín y Paris.
El homónimo
En el año 2006 nació su primer disco homónimo, y la necesidad de volver a su país para difundirlo. “Grabé la primera mitad en Alemania y de ahí y me fui a vivir a Holanda. Grabé la mitad en un estudio en Alemania, y la otra parte en Holanda, en mi casa. Ahí salio, lo publiqué primero en Ámsterdam y después en Chile lo lancé en noviembre del 2006, con Mecánica, en un concierto doble”.
Sin carteles ni anuncios en la radio, sólo con la difusión del boca en boca, las letras directas y armonías silenciosas de Nano Stern comenzaban a encantar al público nacional, quienes cada vez y en mayor número asistían a distintos bares y plazas capitalinas con el objetivo de ser cautivados con sus composiciones.
Voy y Vuelvo
Entremedio de la conversación, aparece la mejor amiga de Nano, esa curvilínea con un tatuaje rudo de serpiente. Esa que toca y nos entrega las sinfonías más simples y hermosas, que hasta al más hablador deja en silencio. En la terraza del bar donde estamos, saca su guitarra y nos interpreta canciones que van desde Buena Vista, hasta Drexler, a quien teloneó el año pasado aquí en Santiago.
Así nos habla de su segundo disco, Voy y Vuelvo.
Para la creación de este nuevo material, nuevamente viajó. “Voy y vuelvo, es un disco como de bitácoras. Un relato de cosas que me fueron pasando”.
“Este disco al igual que el anterior son completamente producidos por mí, me encanta que me ayuden pero siempre soy yo el que llega con una armonía o idea en la mente”. Nano Stern reconoce que la recepción de este trabajo fue muy superior a la que el esperaba, y a pesar de que esto no se traduce en la venta de sus trabajos, él no tiene ningún problema en darse a conocer a través de Internet.
“Por ejemplo, el fin de semana pasado fui a tocar a Quilpué, y cada una de las canciones, la gente las cantaba entera y no es porque todas esas personas hayan comprado el disco, y la verdad es que no me importa, vale más la pena que puedan tener un acceso más directo y gratuito”.
Y es que para Nano la oportunidad que brindan las nuevas tecnologías son importantes. “Yo nunca tuve celular y nunca tuve Facebook, y al final dije, bueno, hay una huea que esta pasando y es interesante, aunque lo maneja la gente del sello, pero es muy bonito que a través de una huea que tiene tan poco filtro y que es tan uno a uno con la gente que va a los conciertos, que después te digan me pareció esto, tanto como cuando dicen que es bacán o como el culo, es increíble”.
Patiperro
Es imposible no preguntar acerca de sus viajes, y como estos están relacionados con su creación. La música de Nano ha recorrido calles, bares, parques, casas y hasta cárceles. “En algunos momentos tuve que tocar en cárceles y en otros, en la intimidad de una casa, para no mas de 25 personas”, relata, reconociendo que estuvo más nervioso en esta presentación, que cuando se paró frente a miles de personas en la Cumbre del Rock Chileno. “Es muy la raja tocar ante 30 o 40 mil personas, pero no puedo negar mi preferencia por lugares más pequeños en donde se puede conseguir una mayor sincronía con la gente”.
Un lugar que lo marcó mucho, fue la India. “Me sobrecogió. Opte por llevarme experiencias en vez de cosas. Fue un viaje increíble. Es difícil hablar de eso, porque fue una experiencia intensa, pero aprendí mucho, porque la mayoría de los días que estuve ahí me quedé en casa de gente, de amigos músicos, entonces conocí otro lado”, relata.
Difusión radial
Respecto a esto, reconoce la poca difusión radial que tiene su música. “Porque las radios juegan a ganador po. Y lo entiendo, si es su negocio. Las radios no son corporaciones de beneficencia. Son empresas privadas. La música que hago requiere un poco de silencio interno. No se po, estos últimos días he escuchado sin querer al Beto Cuevas cachai, es como una huea tan digerida y masticada que te entra por osmosis. Es distinto si te ponen a Chinoy, es como más complejo de digerir”.
Los espejos del Futuro
Entre canción y canción, nos asegura que su tercer disco, que lanzará el 31 de mayo en el Teatro Oriente viene distinto. Es una evolución, un cambio natural. “No es casualidad que se llame Los Espejos, y tiene que ver mucho con reflexiones, y con proyecciones, y distorsiones de esas proyecciones, que es justamente lo que yo creo que hacen los espejos”.
“Yo proyecto cosas y las veo reflejadas, pero en el medio hay una cierta distorsión que hace que esas cosas no sean las mismas. Entonces por un lado las temáticas son bien internas, pero al mismo tiempo, yo te digo, mírate en esta huea, qué es lo que tu ves”, relata.
Además, recalca que en este trabajo hay más espacio dedicado a la sonoridad que ha ido incorporando en sus viajes. No como un patrón para mezclar sonidos, si no, como un aprendizaje y asimilación de las armonías de otras culturas. “Para mi sería muy triste hacer un disco después de estar cinco años viajando y que no aprendiera nada. No es como por repetir un patrón, si no que aprender de las hueas que han entrado por mis oídos, que se han ido mezclando y salen”.
Después de una conversación muy agradable, cervezas y guitarreos, nos despedimos, y nos damos cuenta que Nano Stern podría ser ese amigo que todos tienen, ese que puede llenarte el alma abriéndote la suya.
Nano Stern se presentó el pasado 4 de febrero en la sala Espaciocal, con su banda amiga, demostrando una vez más, que lo bello está en lo simple. Durante esta presentación invitó a su amigo y talentoso músico Alejandro Soto, quien presentó temas de su disco que, a propósito, está excelente. POTQ.cl estuvo presente y pudo, a pesar de la iluminación de ese día, rescatar algunas imágenes.
Si deseas ver más de Nano, te contamos que se estará presentando el 14 de febrero en Espaciocal junto a Lisandro Aristimuño, a las 21.00 horas.
Nano Stern en vivo
Alejandro Soto Lacoste (http://www.myspace.com/alejandrosotolacoste)