Por Felipe Mardones | Fotos por Eduardo Pavéz Goye
Con un pie en Chile y otro en Alemania, el músico local Mowat editó el año recién pasado “Anglia”, su primer largaduración después de “EP#1” de 2008. En la antesala del lanzamiento oficial de su nueva placa, Fernando Mujica –nombre original del cantante y productor- cuenta en esta entrevista las motivaciones políticas, personales y artísticas que lo llevaron a grabar un trabajo de pop denso que define como el folclor chileno del futuro.
Estudió música en Alemania, pero nació y vivió en Santiago. Desde el año 2005 que viene colaborando con músicos como Javier Barría, Felipe Cadenasso, Leo Quinteros o Chinoy. De hecho, trabajó como productor en “Los accidentes del futuro” de Quinteros y se encargó de los arreglos del comentado debut del sanantonino. Sin embargo, Mowat (alias de Fernando Mujica) ha mantenido una carrera como solista que se puede rastrear en su debut “EP#1” (2008), un disco breve y sencillo que precedió a “Anglia” (2011), su reciente producción.
Promocionado con el single ‘Librando a la mañana’ –canción que cuenta con video grabado entre las protestas ambientalistas contra HidroAysén y las marchas estudiantiles-, el nuevo disco de Mowat es un trabajo de pop oscuro, marcado por arreglos de cuerdas y en donde se fusionan programaciones, trompeta, piano, flauta, y otros instrumentos grabados en su mayoría por el chileno.
– Tocaste y grabaste la mayoría de los instrumentos que aparecen en el disco. ¿Cómo es trabajar en un disco estando a cargo de casi todo?
– Para mí es natural, porque empecé como músico siendo productor, con Leo Quinteros. La escuela de él es a lo John Lennon: grabar todo tú, hasta lo que podai. Es complicado ciertas veces, porque no sabes cómo seguir y no tienes una segunda opinión. A veces lo que grabas te gusta y en otros momentos no te convence nada. Es difícil, pero estoy acostumbrado.
– A diferencia de tu primer disco, acá se notan muchos instrumentos. ¿Por qué decidiste pasar de lo sencillo a lo orquestado?
– Tuvo que ver con algo natural. Creo que se dio porque cierta escena, o grupo de gente más cercana, como Chinoy, Manuel García o Gepe en un principio, estaban bien interesados en ir a lo mínimo y eso cansa. En mi caso soy muy musical, muy de instrumentos, de expresar ideas a través de la música y no sólo con las letras.
– En cierto sentido, “Anglia” es muy oscuro. ¿Qué cosas estaban pasando en tu cabeza o qué querías transmitir con un disco tan denso?
– En mi caso, el año en que hice el disco, el 2010, fue un período bien complicado, personalmente pasaron hartas cosas en mi familia. No sé si el disco es oscuro, quizás es mucho decir, pero tenía bastante sentimientos de angustia, que a la par tenían que ver con cosas más externas, como pensar la relación con el Gobierno, que es muy cliché, pero que es algo que está en el aire…Traté de expresar todo eso en canciones sutiles, de forma más indirecta, sin recurrir a mostrar todo tan abiertamente.
– Pese a que ahora estás viviendo en Alemania, el disco lo terminaste en Chile. ¿Qué cosas hay de tu regreso a Chile en el disco?
– El disco es súper chileno. Hablo completamente de cómo me siento yo en tanto chileno y cómo fue volver a Chile, que volví a San Bernardo a la casa donde me crié. Eso fue un flash en muchos sentidos, entonces de ahí salieron un montón de cosas. También Piñera había sido elegido como Presidente… Creo que por eso es un disco muy chileno. Es folclor de hoy, del día a día, que es lo que va a ser folclor en cincuenta años más. Un folclor que no es una mezcla de instrumentos como la de Gepe, que la respeto mucho, sino otra, que es más el espíritu chileno, de lo que somos actualmente.
– ¿Qué cosas te chocaron de Chile al volver de Berlín?
– Lo primero: allá no te sientes amenazado, ¿cachai? Andai en la calle y no pensai que te van a asaltar. En San Bernando uno vive pensando que lo van a colgar y uno se acostumbra a eso. Después llegai a Alemania y te acostumbras a otra cosa, que la gente vive más relajada. Esa es la forma de vida que todos deberíamos tener. Y cuando vuelves a Chile te da pena, porque es tu gente y te das cuenta que las cosas están mal. A mí me dio rabia, pero también un poco de miedo. Y a eso súmale que era el primer año de Piñera como Presidente…Todo es chocante. Mira por ejemplo la relación que tiene la derecha con la dictadura, mira a Labbé o mira en YouTube cómo Piñera apoya a Pinochet. Todo da susto, pero también dan ganas de trabajar para que la cosa mejore.
– “Librando a la mañana” es el primer promocional de “Anglia”. ¿Por qué elegiste esa canción para adelantar el disco?
– De las canciones que salieron al principio, “Librando la mañana” era de la que más me gustaba, pero también fue una cosa como de focus group, muchos amigos me la mencionaban como la que podía ser la más asequible, la que mostraba muchas cosas del disco en una sola canción.
– ¿De dónde viene el juego de palabras entre celda y propiedad que se escucha en la mitad de la canción?
– Esa letra salió como un pequeño poema que lo anexé a la canción. Tiene que ver con lo político que te nombraba antes, que es bien general, pero que se puede aplicar mucho. Quería que se entendiera de forma más poética y no cantado, y no quería salir recitándolo yo. Después salió la idea de computarizarlo, pero es un poema que nació de toda la crisis personal y que al mismo tiempo me hizo sentido con lo que estaba pasando en Chile. Ahora, con el tiempo, me hace sentido en todas partes.
– ¿Y el video? Tú no estás en el video, pero estás a través de los textos que aparecen. ¿Cuál es tu opinión sobre el formato visual que tomó la canción?
– No salgo en el video porque no quería aparecer, como tampoco quería aparecer en el arte del disco. Eso de aparecer es algo extramusical que no me interesa, así que cuando hablamos con Eduardo (Pavéz Goye, director del video), que es un seco, un dramaturgo groso muy amigo, siempre quisimos hacer algo con las protestas de HidroAysén, porque estábamos súper enojados con eso. Justo yo me tuve que venir a Alemania en 2011, y ahí le dije que usara la canción por la causa. Después surgió la idea de grabar a personas que estuvieran en la calle y justo cuando se empezó a rodar el video comenzaron las movilizaciones grandes de los estudiantes. A nosotros nos sorprendió mucho y salió así y me encanta.
– Entiendo la intención, entiendo que no fue buscado, pero coincidió con que otros artistas comenzaron a sacar canciones o videos con las marchas o los estudiantes. El último más popular fue ‘Shock’ de Ana Tijoux. ¿Qué te parece que justo ahora, un sector de la música chilena se comenzara a vincular con lo que estaba pasando en las calles?
– Es raro, sin duda, porque hay un par de personas del hip-hop, por ejemplo, que siempre han hecho cosas más sociales como la Ana Tijoux, pero no deja de parecerme raro que las personas que yo esperaba que estuvieran más arriba de la pelota con este tema no estaban. Muchos de ellos son amigos, cantautores importantes que eran bien banderas de protesta, pero que no estaban. Entonces uno nota cierto…no sé, no sé si llamarlo oportunismo, pero ojalá la misma actitud siga no sólo con videos, sino en tocar con la gente, comprometerse como lo han hecho muchos de ir a tocar a las tomas. Porque esta cuestión no se va a acabar nunca, no basta sólo con arreglar la educación.
– Considerando que estuviste todo el 2011 en Berlín, ¿cuál es tu opinión sobre lo que esta pasando acá en Chile, con el imaginado “paraíso del pop”?
– Es difícil opinar de eso. No sé…me parece que está súper inflado. Personalmente, por ejemplo, me encantó Odisea de Alex Anwandter, que lo escuché y pensé que se había demorado siete años en hacerlo…Pero no sé, lo que hace Javiera Mena no es música que me gusta escuchar. Siempre es choro hablar de alguien que es una revelación, pero cuando leo críticas de Club Fonograma, me pregunto dónde está ese valor de “lo impecable”, me gustaría saber en qué cara se basan. Musicalmente yo no lo veo, no hay riesgo
– ¿Hay una gran falta de riesgo en las cosas que se hacen ahora en Chile?
– Sí y eso que estamos hablando de un sector indie del pop, no de lo que se vende en la televisión. Quizás ellos quieren lograr otras cosas, y las logran, como salir, tocar afuera, y hacen prensa y tienen seguidores, y todo bacán, pero para mí son aburridos. Tampoco se trata de pensar que la música tiene que ser complicada, en otras métricas o algo así, pero sí me parece que la música tiene que cuestionarse.
– También estuviste en la otra cara, en el laboratorio, trabajando como productor. Por eso no puedo dejar de preguntarte: ¿Para ti Chile es el paraíso del pop?
– No, estás loco –sonrie. No, ni loco, eso fue un peo que se tiró un español para hacer la nota más hype. Lo que pasa es que acá en Europa andan buscando lo que no está establecido y miran a Sudamérica porque hablan el mismo idioma y como ya no se puede hablar de Buenos Aires porque se sabe hace mucho tiempo que es cool, quedaba Chile. De ahí sale esa idea del paraíso, porque salen un par de discos que suenan súper europeos, súper al nivel, pero nada más… Para hablar de un paraíso del pop tienen que venir diez años más de discos así. Todo tiene que crecer, no se puede hablar de algo así con dos discos llamativos. A mí me parece que hay un paraíso de otra cosa en Chile, que aunque suene cliché, tiene que ver con Chinoy, Kaskivano, Demian Rodríguez, Lautaro Rodríguez. Ellos son músicos que no están ni ahí con nadie y hablan de lo que está mal. Ellos sí que tienen un grupo de gente súper masivo que los sigue y que no tienen que enterarse de los conciertos de Chinoy por la tele. Esa escena me parece más representativa de Chile.
Escucha “Anglia” de Mowat acá: