A once años desde su creación y luego de estar los últimos dos realizando un ciclo, el sello LeRockPsicophonique prepara su fecha más ambiciosa. Se trata de LeRock Fest, un encuentro que se llevará a cabo el sábado 6 de enero en el Centro de Creación Infante 1415, que tendrá sideshows y también otras sorpresas. Conversamos con Matías Muñoz (MM), periodista de LeRock y Rodrigo Jarque (RJ), uno de sus fundadores y líder de Inverness.
—LeRock es un sello de género, tiene una curatoría específica que hace diez años se movía en un panorama súper diferente.
RJ: Sí, no lo había pensado así. Hace once años, tener una banda así era raro, o sea, en los noventa estaba Sien…hubo buenos exponentes. Cuando saqué el Monstruos, era difícil catalogarlo, de hecho, yo mismo lo catalogaba en mi página de PureVolume como Shoegaze, pero después de un tiempo, claro, esta música que estaba en los noventa empezó a decantar en Chile y a mitad de los dos miles, cuando empezó este revival en Japón o Australia, que hacían shoegaze, inspiradoes Slowdive, Ride o Chapterhouse, empezó a hacer eco acá, de a poco.
Las bandas que surgieron hace cinco años atrás, son bandas de gente súper joven, que tomaron la guitarra y lo hicieron súper bien. Claro, el panorama es súper diferente a cuando nació LeRock. Y creo que ese mismo panorama incierto al principio, o ambiguo, fue el que nos obligó a entender dónde estábamos parados como sello también y para dónde había que apuntar. Creo que fueron cinco años de rodaje, para entender qué teníamos que hacer, cómo hacerlo, cuáles eran las bandas con las que teníamos que trabajar. Ahora es mucho más claro.
—Cuando partieron no tenían claro lo que querían hacer como sello, pero siempre hay antecedentes. Me hablas de Slowdive o Ride, pero ¿cuál sería uno local?
RJ: Creo que nuestro antecedente es Quemasucabeza. A mí, en lo personal, como fundador de LeRock, Quemasucabeza era EL sello. Yo siempre lo asocié a Congelador, que tenía mucho de eso y después mutó hacia el pop, se enfocó más al pop más pulcro y refinado. De hecho, yo en algún minuto le presenté el Monstruos Bajo La Cama a Quemasucabeza, se los ofrecí, les dije que quería ser parte del catálogo porque tenía que ver, pero justo en ese minuto estaban haciendo esa transición hacia el pop y, de hecho, creo que tengo que agradecerles a ellos que, pese a que muy buena onda me distribuyeron ese disco —estuvo hasta en Feria del Disco… el Monstruos, po hueón— el hecho de que me dijeran que no iban a trabajar ese disco a nivel de catálogo, me obligó a hacer un sello y esa génesis es muy especial, porque en el fondo, surge de la necesidad de hacer un espacio.
—El sello tiene once años, pero en los últimos tres ha incluido referencia de bandas muy nuevas, las ha llevado a otros países, han colaborado con proyectos latinoamericanos.
RJ: Sí, ahí tiene que ver mucho la participación de mi socio Javier Hechenleitner y Matías Muñoz. Matías es un periodista joven y él nos mostró mucha música que estaba apareciendo en esa escena de bandas que empezaron a surgir a la par de las que estaban haciendo más pop. Y habían grupos que, a pesar que no eran del mismo estilo, hacían sus cosas de forma independiente, pero estaban ligadas al post rock y eran instrumentales. Yo por ellos conocí a La Ciencia Simple. A los Tortuganónima los conocí antes, porque cuando ellos estaban en el colegio, llevaron a Inverness a tocar. Y de hecho, nunca lo asocié. Hace como un mes le dije a Gerard ‘oye, ¿ustedes no nos llevaron una vez a tocar a su colegio?’. Y me dijo ‘sí po, ¿recién cachaste?’. Y ellos estaban en cuarto medio, organizaron un festival y tocaba Tortuganónima también.
MM: Creo que fue un momento en el que decidimos profesionalizar el trabajo que estábamos haciendo, dejar de ser un sello nominativo a funcionar como un sello establecido, con hartas directrices bien marcadas. Creo que eso también respondió a una necesidad, nos sentamos a diagnosticar y planificar de acuerdo a lo que estábamos observando.
Estaban pasando cosas, habían bandas agrupándose, pero no había algo que tirara la línea, que era lo que queríamos hacer nosotros. Queríamos internacionalizarlo, generar alianzas con lo que veíamos que pasaba afuera, bandas que querían venir porque sabían que había algo pasando acá. Todo responde a eso. Nos insertamos en un momento en el que estaba surgiendo toda la escena con la gente de Piloto, por ejemplo, un sentimiento de agruparse muy importante, también muy de nicho y aunque nos alejamos estilísticamente, era un trabajo muy parecido en las formas. Ha sido bacán ver cómo todas estas bandas nuevas con las que estamos trabajando van creciendo y nosotros también con ellas”.
—Uno piensa en LeRock y sabe con qué se va a encontrar. En esta década han construido una especie de universo.
RJ: Creo que tiene que ver que, dentro de la paleta de colores que hay, por decirlo de alguna manera, tratamos también de ser lo más amplios posibles. Estamos preparando el lanzamiento de un trabajo de Marcos Meza con el Paulo Sapiain, que es súper ambient.
La gente lo puede tomar como un pequeño mundo al que puede acceder, que tiene ciertas reglas internas, coherencia entre las bandas, trabajar juntos, ser amigos, respetar a todas las personas que están involucradas. Creo que la idea tan clara que teníamos al principio se materializó de manera súper coherente, eso es lo que yo creo que también se ve desde afuera. Igual, sobre todo después de Pulsar, nos llegaron varios discos de bandas nuevas y cuando los escuchamos, algunos, quedaba súper claro que ni siquiera se habían metido a la página web del sello para cachar qué era, ja, ja, ja, ja.
—Se nota también en el cartel de no se trata de un festival de género. Es amplio. Por ejemplo, va a tocar Kinética.
RJ: Y claro, ella no es post rock o shoegaze, pero sí tiene elementos de búsqueda que están muy en sintonía con lo que trabajamos en el sello y esa búsqueda es súper importante.
MM: Me gusta mucho el concepto, que lo dice el Javier, que más que encerrarnos en géneros marcados, hay que plantearse el concepto de música de vanguardia. Porque es algo que también incluye a muchas otras cosas. Tenemos una relación directa con el mundo audiovisual, con la música de cine. No es post rock, no es shoegaze, pero hay una línea.
—Cuando yo pienso en un universo de LeRock, pienso en estructuras libres, en piezas con varias capas, canciones largas, a eso voy, no a estilos definidos.
RJ: Sí, eso es, eso es. En Pulsar se nos acercó un diseñador y nos preguntó quién hacía el arte de los discos. Y le dije que las bandas, que cada uno dependía de cada banda. Y él pensaba que los había hecho la misma persona, porque había una línea muy similar. Y eso es bacán. Creo que hay un conjunto de cosas que hacen que el sello sea lo que es y hay algo que une a todas las bandas, pese a todas las diferencias que puedan tener, hasta lo visual los une, como Sub Pop, Sacred Bones o Fat Cat, todos tienen una línea dentro de su diversidad.
—En esta década de trabajo, el catálogo de LeRock Psicophonique se ha abultado con títulos de Inverness, Baikonur o Jovenabuelo, pero también han aparecido otros nombres nuevos Munn desde Ecuador y también Tortuganónima y La Ciencia Simple, en Chile.
RJ: Son una inyección de energía, es bacán ver las cosas nuevas que traen. Yo llevo en este bote diez años y después de diez años de estar mirando solo agua, de repente estar en el bote con más gente que empiece a remar y que le ponga ganas, es muy motivante. La forma de trabajo tiene que ver con el ensayo y el error, desde cómo comunicamos lo que hacemos, qué mostrar, etc. Es una retroalimentación todo el rato. La energía de bandas como Tortuganónima o La Ciencia Simple, que son súper mateos, es bacán. Cuando tocan juntos se ayudan, uno le hace las luces al otro o el sonido. Con Inverness igual. Es bacán.
Esa relación te da una especie de experticia también a la hora de saber qué cosas son importantes a la hora de montar un show, una gira o de grabar un disco incluso. Creo que lo principal es la energía que inyectan. Eso también nos llevó a ser capaces de implementar también este intercambio con el Dunk! Festival en Bélgica. El sello desde afuera se ve muy bien posicionado ¿cachai? Me da el respaldo de ir a poder negociar con el programador del Dunk! Y eso es gracias a las bandas, porque sin ser una gran estructura, con mucha plata, un programador se mete a la página web, escucha a las bandas y nos dice ‘oye, tenís bandas la raja’, entonces, eso es muy importante.
MM: Están pasando cosas importantes con el género. Vino Explosions in the sky, Mogwai y hemos sabido posicionar bandas con representantes afuera y acá también. Como lo que pasó con La Ciencia Simple y Tortoise, lo que va a pasar ahora con Tortuganónima y TOE y quizás siga pasando.
—¿Con LeRock Fest quieren celebrar esta década de trabajo? ¿Cuáles son los otros objetivos?
RJ: Sí. También tiene que ver con dar a luz algo más grande que lo que veníamos haciendo. Durante los últimos dos años estábamos haciendo el ciclo LeRock, que eran instancias que se desarrollaron súper bien, había una buena respuesta del público y como decía el Matías antes, sentimos que el público existe en Chile para este tipo de música. Yo diría que ni siquiera es tan nicho, porque viene un grupo y se llena. Lo que tenemos que hacer ahora es que la gente se entere de que hay una escena organizada con exponentes buenos y jóvenes, que están haciendo las cosas bien.
También queríamos que funcionara con ese espíritu de las ferias que tienen invitados de honor, bueno, en este caso, invitamos al sello Ladrido, nuevo, que también tiene una línea como LeRock. Tienen a Animales Exóticos Desamparados, Lerdo. Ellos serán nuestros invitados y estarán presentes con tres bandas de su catálogo. Queremos celebrar y mostrar que hay bandas muy buenas en Chile.
—Bueno, en el festival van a haber diferentes proyectos que no son del sello ni tampoco del invitado de honor, como Kinética.
RJ: Ese es un tema que me gustaría tocar. Queremos que sea representativo de lo que está pasando también con otros músicos que hacen cosas muy buenas. Ahora estamos en condiciones de hacerlo, entonces, queremos abrirlo, no solo mostrar a las bandas de nuestro sello. Hicimos una búsqueda.
En esta oportunidad, para nosotros era súper importante, quizás me estoy metiendo en un terreno peliagudo, ja, ja, pero hay súper pocas mujeres en estas escenas de música y quisimos hacer esa búsqueda, nos tiramos de cabeza, lo conversamos muchas veces en reuniones: ¿dónde están las banda con mujeres?. Me encantaría ver, por ejemplo, una banda de shoegazing que sean solo mujeres, en Chile. Lo hemos hablado con las bandas, que nos ayuden a ver qué está pasando al interior de este estilo. Serán puros hombres pasaos a coleta en una sala de ensayo, ¿por qué no vemos mujeres?, ¿por qué hay más mujeres en el pop? ¿Cuál es el problema? ¿Es el estereotipo del rock? ¿Es tan difícil de sortear para que ellas se puedan incorporar?
—Creo que tiene que ver con los modelos de representación. Una niña a la que le gusta la música, si no se ve reflejada, quizás tenga un acercamiento mucho más lento o difícil que un niño, que tiene un millón de ejemplos. Quizás en otros géneros hay una mayor representación y eso es también algo que invita a las generaciones nuevas. Lo mismo pasa con las productoras. Hay muchas mujeres músicas que se producen a sí mismas, pero pocas producen a otras bandas. La Vicky Cordero lo hace y su trabajo es impecable.
MM: Claro, mencionas a la Vicky, que es bacán. Y Slowkiss es una banda súper buena y yo creo que tienen todo para seguir creciendo, pero quizás han sido víctimas del prejuicio por la música que hacía antes la Elisa en Supernova. Yo creo que también va por ahí. Y es una banda muy bacán, pero hay prejuicio desde la escena, que son puras bandas de hombres. Y así, no desconocemos que deben haber muchas mujeres músicas bacanes, pero queremos buscarlas y abrir esto.
RJ: Cuando nos fuimos de gira a México el año pasado, conocimos a una banda de tres chicas mexicanas, muy secas. Mint Field. Yo quedé hipnotizado. Todas las bandas tocaban súper fuerte, nosotros tocamos más piola. Ellas tocaron a la mitad del volumen que nosotros y te juro que bajaron los decibeles de toda la gente y eran de verdad muy bacanes. Queríamos invitarlas ahora pero no hemos tenido respuesta. Han tocado en el SXSW, las tocaban en la Radio 1 de la BBC, están haciendo las cosas muy bien. Me gustaría conocer a más mujeres haciendo este tipo de música, porque creo que tienen un approach muy diferente al hacerla. Creo que solo podría enriquecer.
—¿Qué crees tú que es lo diferente?
RJ: Creo que es otra sensibilidad, las temáticas y la aproximación al instrumento. La relación de una mujer con la música es diferente. Te lo digo porque soy profesor en el Carmela Carvajal y estoy armando una banda de rock allá. Y es increíble ver tocar a las chicas. Pasarles la guitarra eléctrica y ver que su manera de tocarla es una cosa diferente a cuando le pasai la guitarra a un pendex. Ellas son mucho más intuitivas, preocupadas de los matices, no sé, creo que hay algo inexplorado en Chile que tiene que ver con este tipo de música hecha por mujeres. Me encantaría poder desde LeRock ser un aporte para eso. Tiene que haber presencia, no puede ser que tengamos un festival donde arriba del escenario estén puros hombres.
MM: Es una hueá estructural, transversal. Si no tienen representación, no van a ir las alumnas de Jarque que tienen una banda y se van a desmotivar viendo a puros hombres. Eso responde a una hueá cultural, a que el rock ha sido secuestrado por el hombre, con una actitud rockera, estereotipada, una hueá súper absurda.
RJ: Y también otra cosa, qué onda. ¿Qué pasa con la comunidad gay? ¿Por qué no está representada? ¿Acaso no escucha este tipo de música? Inverness tiene caleta de seguidores gay pero ¿y los músicos? Es un tema que da para mucho, pero queremos apuntar a descubrir dónde están esas representaciones en este tipo de música.
MM: Creo también que es un momento de rearmar la escena. Están pasando hueás, han pasado hueás, los reportajes que publicaste. Hay que rearmar los espacios, saber que uno está trabajando por algo transversal, acorde a los momentos, que hay que tener una postura, que hay que armar redes de apoyo.
RJ: Desde mi experiencia como profe que trabaja con mujeres y con chicos, porque tengo alumnos transgénero, sé que la gente con otra visión de las cosas, no hetero, no condicionada por parámetros tradicionales, tiene una visión muy diferente que puede ser muy enriquecedora. En la medida que podamos abrir estos espacios, se va a enriquecer todo. Estoy todo el día con mujeres, trabajé también con refugiados enseñándoles español y mi experiencia de vida me ha enseñado que a mayor diversidad, las cosas se vuelven más ricas.