Juan Pablo Abalo volvió con Música ambiental. Luego de acercarse al pop sintético de Tocaciones (2015) junto a Los Días Contados y experimentar con Estancia La Mar en Sesiones de Panamá (2016), acaba de publicar un nuevo trabajo como solista, el sucesor del estupendo Como un animal (2014).
Música ambiental, sin embargo, es distinto a todo lo anterior. Es un disco de ocho breves canciones, dominado por el piano, algunos sintetizadores y letras que parecen escritas luego de dar vueltas por las páginas de un diario: las de política, las de crónica policial y las de tendencias (?) o cualquiera donde se escriba sobre las redes sociales. En ese sentido, el de las letras, es más cercano a Canciones de misa (2012), el disco que Abalo publicó en torno a los escándalos que sacudieron a la Iglesia Católica.
Las redes sociales, de hecho, son uno de los temas centrales del disco, que por ahora se puede escuchar en plataformas digitales y descargar gratis acá. “He vuelto al piano muy obsesivamente y de tanto tocarlo, fueron saliendo las canciones. Estaba con un plan de hacer un disco instrumental, pero estas canciones se me cruzaron entre medio, les seguí la cueca y acá estamos, dando explicaciones, je, je”, explica Juan Pablo Abalo, sobre el origen del disco. “No hay un hecho puntual más que componer, tocar, probar cosas. Y cuando me aburro, revisar Facebook o Instagram de puro ocioso. Ahí uno se va encontrando con cosas de todo tipo”.
—Hay entusiastas y reacios a las redes sociales. ¿Cómo te va con eso, considerando además que a través de esas mismas redes se puede difundir la música?
Con Facebook o Instagram me llevo bien, sobre todo con Instagram. Twitter me importa un cuesco. Con las redes sociales me divierto, me aburro, participo, me callo, me avergüenzo (de mí, de otros), me río. Lo normal, supongo.
Sí, estoy consciente de lo crucial que han sido para promover la música o lo que sea. Sin redes sociales, quizás sería imposible a estas alturas dar a conocer cosas o conocer otras nuevas de cualquier parte. Aun así, no estoy seguro de que den más de lo que quitan, tiempo sobre todo.
A pesar de lo anterior, el título Música ambiental es más amplio, ¿no? ‘Gas propano’, por ejemplo, seguramente es una noticia real.
Si, el título es justamente por las conversaciones que hay en general, muchas ellas llevadas a cabo en redes sociales, una alusión al ruido ambiental. ‘Gas propano’ es precisamente un caso real, Sename mediante. ‘Madres a la fuerza’, ni hablar. Creo que las redes concentran conversaciones sobre cosas importantes y frivolidades y es un poco lo que es el disco.
—¿Hay alguna historia en particular que te llevó a escribir Festivales de música’?
Creo que la canción es más clara que lo que yo pueda agregar, supongo que nace por el exceso de información sobre festivales. Hay mucho que pensar sobre el fenómeno. En algo lo encuentro parecido a lo que era la Fisa. Me gustaba la Fisa en todo caso, la parte de la maquinaria agrícola sobre todo.
—¿Y en el caso de ‘La foto’?
‘La foto’ nació de una frase que me dijo un jardinero amigo, mientras conversábamos de música, músicos y redes sociales: “ahora son pura foto, nada de artistas, pura foto, igual que los políticos”. Eso me quedó grabado, me pareció una genialidad y se me ocurrió esa historia.
Es bueno aclarar que yo mismo me he visto en la situación de poner una foto tipo “casual” que nunca fue y me digo a mí mismo, “qué horror”, pero hay quienes son profesionales de eso. Lo aclaro porque el otro día alguien comentó algo así como “tirai mierda con las redes sociales, igual postiai, anda laaar“.
El disco no es una crítica hacia otros, es una radiografía (o intenta serlo, quizás equivocadamente) de lo que veo, yo incluido, de cómo nos relacionamos a partir de todo esto, que es muy loco en verdad, más raro que la cresta.
—Por las letras, este es un disco más emparentado con Canciones de misa, pero ahí hay mucha guitarra y acá es solo piano y sintetizadores, igual que en los trabajos más recientes. ¿Cómo se dan esas elecciones?
La guitarra no es para nada mi fuerte. En Canciones de misa las toqué y grabé, pero nunca me queda muy cómodo hacerlo. En cambio, me gusta mucho tocar piano y componer desde ahí. Como un animal nace de ahí, Tocaciones también. Ahora estoy muy fascinado con mi piano, que es como una Saveiro: pequeño, pero volador.