Conversamos por teléfono con Javiera Mena el día viernes en la tarde, cuando recién llegaba a su hotel después de un ensayo con su banda. La compositora lleva varios meses preparando el show que dará hoy en el Festival de Viña del Mar, alrededor de la una de la madrugada.
La primera pregunta tiene que ver con cómo ha sido la experiencia de ser jurado de la competencia internacional, que es el motivo por el cual fue convocada a participar del certamen. “Es bacán ser jurado igual, es muy televisivo, te tienes que preparar y también estar muy atenta a todas las canciones, porque cada uno da una nota que después va a un promedio. Hay que juzgar ahí un poco de acuerdo al momento, porque igual es difícil calificar canciones para mí, porque soy la principal defensora de que la música no es deporte, que no se compite. Estoy evaluándolo con mi propia escala, que es la que me dice cuál canción me emociona más, si me gusta o no, si es lo que yo pondría en mi casa”.
“Que me inviten de jurado es un reconocimiento de Chilevisión igual. De los músicos que hay en el jurado está Montaner, Ana Torroja, Lucho Jara y yo, entonces me están metiendo en un pack de músicos importantes y eso para mí es un premio a mi trayectoria, y que se me hace en mi país”, declara. “Igual no tengo ratos libres. En los que hay, trato de dormir lo máximo que puedo, porque volvemos al hotel como a las cuatro de la mañana. Es súper bonito poder ver todos los shows. También tenemos actividades de jurado durante el día. La otra vez fuimos a un hogar de ancianos, fue bacán, estuvimos cantando y compartiendo con ellos un desayuno y fuimos a una gala vecinal”.
-Igual sería bacán que la competencia internacional tuviera un poco de Eurovisión ¿o no? Harto pop, algunos ingredientes bizarros, más show.
“Sí, pero todavía estamos en otra, yo creo. Las canciones que se muestran son más latinas. En Latinoamérica el mainstream aún no se atreve tanto al dance, quizás sí más arriba, onda en México, con gente como Paulina Rubio y Thalía, pero también porque se abren a otros mercados como Europa. Pero lo latino, en general, no tiene mucho dance. Eso sería el reggaetón, pero nunca he escuchado reggaetón en una competencia del festival”.
La nueva
El día miércoles 24 de febrero, Javiera subió al escenario a acompañar a Alejandro Sanz en una de sus canciones. Su presentación fue criticada por presentar problemas de afinación y olvidar una frase de la letra. Quien se haya conectado a internet esa noche y los días posteriores, habrá visto todas las críticas y burlas que la música recibió. Ella también pudo leerlas, por supuesto.
“Te voy a ser bien sincera, igual he estado súper triste. Sí, me dio pena ver cómo se me apedreó por redes sociales y se me insultó, mucho. Por eso, para poder concentrarme en mi show, decidí sacar las redes sociales por un tiempito. Como que nadie puede hacer caso omiso de la cantidad de mala onda que se estaba tirando en todos lados ¿cachai? Entonces lo que hice fue desconectar y quedarme con lo que realmente yo sentí después de bajarme del escenario. Fue como “oh, se me olvidó un pedacito pero bueno, la agarramos y la sacamos arriba”. Igual como yo he visto en otros conciertos a artistas equivocarse, como a Dárgelos, que se le olvidó la letra cantando con Julieta Venegas y la gente lo apoyó y dio lo mismo, porque son cosas que pasan todo el tiempo”, explica.
“La diferencia acá es que estamos en un programa de televisión y a mí me llama la atención que siempre hay gente que se dedica a ver tele y comentar por Twitter, entonces, esto se agranda más con el Festival de Viña, que es como el show más visto. Toda esta gente comenzó a decir cosas y se convirtió en una gran lapidación hacia mí, así que decidí cortar, desinstalé todo. Igual he valorado estos días sin redes, porque me he sentido mucho más tranquila, más allá de si estuviera siendo criticada o no, es super rico estar sin redes, para alguien que está todo el dia metido, he podido estar súper en paz”.
Javiera Mena se presenta en vivo, al menos, desde el año 2001. Sola, con banda, con su antiguo proyecto Televisa, junto a Francisca Villela; también con otros artistas como Rosario Bléfari, María Fernanda Aldana, Gepe y la lista podría continuar. Sólo si se piensa en su discografía, son diez años “oficiales” de carrera. Los Prisioneros se separaron a los nueve años, igual que Mecano. Dos bandas que han marcado influencias, cada una bajo sus contextos y han dejado una huella.
La -también productora de su propia música- ha sembrado influencias a través de su trabajo en la última década, abriendo una puerta al electro pop en Chile en tiempos de internet, descargas y sellos independientes. Durante estos días, las críticas han venido de sectores que conocen su trabajo desde hace años y también desde quienes la conocen por ser jurado del festival ¿cómo se enfrenta la cantante a este momento?
“Para mucha gente soy nueva. Los Prisioneros podían llevar nueve años, pero ellos fueron agarrados por la industria desde sus inicios. En mi caso, yo llevaba una carrera independiente y las carreras independientes se caracterizan por moverse en los nichos. Yo me he estado moviendo en los nichos por muchos lados, tengo un público grande en España o México, pero no es el público de productos que salen en la tele. Como artista latina independiente, me mantengo en otro tipo de festivales, que también tienen mucho valor, pero quizás no la vitrina televisiva del Festival de Viña, entonces, para la gente que se topa ahora conmigo soy una artista nueva. Igual me gusta, es como un desafío, como volver a presentarme a la gente después de mucho tiempo, como algo nuevo y tiene su gracia eso”.
-Bajo esa lógica, cuando se te presenta la oportunidad del festival ¿valoraste también eso que me estás diciendo? Que es un escenario diferente a los que te presentas generalmente y, por otro lado, que las voces que están en este certamen son siempre muy homogéneas, que dentro de esto lo tuyo varía?
“Sí, de todas maneras. Yo me siento muy diferente al panorama musical que uno puede encontrar en el festival. Y lo respeto mucho, a mí me gusta un montón la balada, el reggaetón, lo mas clásico. Mi música tiene mucho que ver con la vanguardia, lo moderno, la electrónica y festivales como Sónar o Coachella. En el mercado anglo lo que hago yo es súper común, pero en el latino no, el pop un poco más arriesgado aún no tiene esa misma cabida. Creo que eso es cosa de tiempo. Hay bandas como Miranda! que ya han demostrado que pueden ser grandes y estuvieron en Viña y yo creo que voy más o menos por ese lado, pero tiene que ver con que en Chile esto igual es reciente, es nuevo y si hay pocos espacios para la música chilena, menos va a haber para la música con otros tonos. Igual, yo vengo muy consciente de eso, que lo que voy a hacer va a ser muy distinto a todo, que tiene que ver con todo pero a la vez no. Tiene que ver con influencias, pero mi modo, mi política y mi manera de ser van por otro lado”.
-¿Crees que lo que pasó el otro día va a condicionar el primer momento con el público en tu presentación?
“No lo sé, podría especular y tener insomnio pensando en lo que va a pasar ese día, porque pueden pasar muchas cosas. Esa gente que se dedica a ver la televisión y a comentar por Twitter, por supuesto va a estar con un ojo crítico esperando el error. Eso va a pasar obviamente, pero en la Quinta eso es diferente. Es como lo que pasa con la competencia. Los que la ven por la tele, se paran y se van a hacer un sanguchito, en cambio los que están en el Festival, se comprometen con lo que están viendo y hasta se sienten responsables. Cuando calificamos de alguna forma que a la gente no le gusta, se manifiestan y tienen a sus favoritos. En ese momento se forma algo como de comunión, lo que pasa en esa concha acústica no se refleja en la tele, entonces yo estoy súper concentrada en elevar al público ese día, el que está en la Quinta, e intentar que eso se vea a través de la televisión o lo que venga después. Esa comunión no tiene que ver con un tweet o con un estado, tiene que ver con el momento, con la presencia”.