A pocos días de presentar oficialmente el disco “Llorar en la Calle” (2012), Javier Barría comenta sobre el aprendizaje que fue producir esta placa, una de las más complejas de su carrera, y sobre las referencias que tuvo que buscar para darle el sonido que hoy se conoce.
Lugar: Café Cocteau (Miraflores #622, Parque Forestal, Stgo. Centro)
Recién vienes llegando de una nueva gira por Argentina. ¿Qué tal estuvo la visita?
Visité Mendoza y ciudades cercanas. Es una zona con la que siento familiaridad, más que con Buenos Aires. En el caso de Mendoza tengo unos músicos que me acompañan, ha crecido el público y el interés en lo que yo hago. No iba hace más de un año, fue un buen reencuentro. El motivo puntual de esa visita fue una paleteada a Alejandro y María Laura; ellos querían pasar por Mendoza antes de llegar a Santiago, venían de Buenos Aires. Entonces, les armé esa fecha. Y por mi parte sumé shows por San Luis y Villa Mercedes. Ya me conocen harto, suena mi nombre entre los músicos, me tienen bien considerado.
Con el dúo peruano Alejandro y María Laura ya tienes un trabajo que incluye una colaboración en su próximo álbum. ¿Cómo fue esa experiencia?
Estuve en Buenos Aires a mitad de julio. En esa estadía toqué con ellos y aproveché de grabar algunas voces para el nuevo disco que preparan. El lazo con los chicos es de mucho tiempo y ha sido de hermandad.
Desde que sacaste tu último trabajo, “Llorar en la Calle”, ya han pasado más de 10 meses. Hasta ahora, ¿cómo ha sido la percepción del público?
Buena. He notado que ha llegado más gente con este disco, nuevas personas que han comenzado a conocer mi música y eso se debe a que lo he promocionado mucho. No puedo pretender que todas las canciones sean coreadas y pedidas en el concierto, pero siempre aparecen muchas que piden, lo que es bacán. Agranda más el repertorio. Ahora estoy a la espera de cerrar el ciclo con estos conciertos, pretendo hacer en regiones lo mismo que haré en la presentación del 29 de agosto, aún estoy viendo. El cierre lo quiero hacer con casi toda la interpretación de “Llorar en la Calle”, dejando un par de canciones afuera, y quiero que suene lo más parecido a como se escucha en el original.
Has mencionado que fue un álbum difícil de sacar. ¿A qué se debe eso?
En cuanto a sonido y producción es lo más ambicioso que he hecho. Es un disco de sonido grande, desde los ambientes que simula. Son los mismos recursos que ocupo siempre, las habitaciones en que estuve el año pasado y una casa en la playa, junto con mi equipo de home studio. El desafío fue simular una gran producción, con un sonido de banda, como si estuviera grabado en un gran estudio. Eso fue lo más complicado. Siempre me he preocupado de eso y he aprendido mucho sobre grabar y mezclar. Tomé el tiempo necesario hasta tener los conocimientos para poder hacer la idea que tenía; si no hubiera demorado los tres años, no sonaría como lo que es ahora. Por eso tardé mucho. Fue un momento de aprendizaje duro y complicado, y no fue hasta el año pasado pasado que encontré el punto para trabajar bien mi idea, y así pude terminar.
Hubo un tiempo en que, según tus palabras, el disco no tenía una dirección. ¿En qué momento determinaste ese norte que hoy podemos escuchar en “Llorar en la Calle”?
El disco estuvo en estado de demo por harto tiempo, hasta fines del 2011. Sonaba bastante precario, grabado con una guitarra de 100 lucas, por ejemplo. Fue en el verano del 2012 que realicé la grabación definitiva, con buen instrumento y equipos, e incluí las voces definitivas. Desde ahí se me aclaró el panorama y se acercó al sonido que quería.
¿Buscaste alguna referencia para generar una idea?
Todo el aprendizaje de grabación y producción fue de otros discos, vi hartos documentales musicales. Mi idea, hace cuatro años, fue más cruda. Como “The Bends” (1995), de Radiohead: algo de banda, más sencillo, sin mucho efecto. Pero a medida que se fueron sumando las canciones, tomó otro rumbo. Con un carácter más espacial, con un sonido más grande. En ese sentido fue importante el “Strange Mercy” (2011) de St. Vincent. Lo escuché a mitad de procesos y me dio mucho en cuanto a sonido. También está el “Songs of Faith and Devotion” de Depeche Mode, de esencia rockera pero electrónico. Fue la gran dicotomía que tenía: hacer algo de espíritu rockero con recursos caseros y técnicas electrónicas, y fue muy útil conocer esa experiencia. Vi hasta el documental donde explicaban sus dificultades y cómo lograron sacar ese álbum. Y hay un productor que me gusta mucho, Danger Mouse. Ha trabajado con Beck y Norah Jones, entre otros. Es un tipo que programa increíble la batería y para mí es una referencia de estética vintage. Mucho de lo que hago viene con eso, pero en este caso se trataba de hacer un disco rockero, con espíritu de banda. Juntar ambos mundos fue un problema que se solucionó el 2012.
“Llorar en la Calle” tiene otra particularidad: han pasado diez meses desde su salida hasta el lanzamiento oficial, este 29 de agosto.
Este concierto lo tenía planeado desde el 2011. Tenía pensado incluso el repertorio, y había pensado hacerlo en mayo del 2012. Pero, como el disco se atrasó en salir, se tuvo que ir postergando. Además, el año pasado toqué poco con banda y casi no estaba en Santiago. A la hora de sacar el disco no tenía el tiempo, la estadía o los acompañantes para hacerlo. A comienzos de este año me pasó algo similar. Recién me instalé en mayo, y decidí hacer este lanzamiento el 29 de agosto porque necesitaba tiempo para ensayar con la banda. Una presentación más formal, con sonido en grande, como lo imaginé en un principio, en un escenario más grande. Corresponde, para cerrar el ciclo de “Llorar en la Calle”, y lo merece por la gran respuesta del público. Ya está agotándose su primera edición, cosa que no me había ocurrido en tan poco tiempo. Pero también es un pretexto para hacer algo más grande en capacidad y convocatoria. Es una oportunidad para celebrar mis años dedicados a la música. Tiene ese espíritu.
Además, ya has anunciado que tendrás músicos invitados. Está confirmada la participación de Natisú, por ejemplo.
Tengo a otro músico invitado: el cantante de Portugal, Mariano Hernández. Es un adelanto exclusivo que estoy dando. Con él cantaremos algunos temas míos y uno de su banda, que admiro mucho. Siento mucha afinidad con ellos. Natisú también estará invitada como si fuera parte de la banda. Aún estoy viendo otros invitados. Hasta ahora hay un repertorio de alrededor de veinte canciones. Sólo espero que lleguen hartas personas y las disfruten.
“Llorar en la Calle” está disponible para descarga gratuita a través de Bandcamp, y su lanzamiento se celebrará este jueves 29 de agosto en el Anfiteatro Bellas Artes Viajeinmóvil. Puedes encontrar toda la información en este enlace.