A continuación les dejamos la interesante entrevista a la banda penquista Frankie Page. FP es un dúo con el que nos hemos contactado ya hace un buen tiempo incluso una vez los vimos en La Batuta y son realmente power en vivo. Desde esa vez en que tuvimos una pequeña conversación es que hemos tenido re buena onda y quisimos hacerles esta entrevista para apoyarlos y ver si se animan a volver a Santiago. Ojo con ellos que son rockeros y en vivo son una masa.
POTQ.cl: ¿Por qué el nombre Frankie Page?
Frankie Page: Hay quienes piensan que el nombre es así por alusiones a personajes de la historia del rock, como Jimmy Page o Frank Zappa, pero la verdad es que se trata sólo de coincidencia. “Frankie Page” surgió de la convicción de que esta vez tenía que tratarse de un nombre natural, de una persona cualquiera. La primera etapa fue muy racional, pensando primero en una frase, como “Hablan por la espalda” o “Matar al presidente”, pero luego nos dimos cuenta de que nos gustaría el juego de hablar de Frankie Page como alguien más dentro de la banda. La segunda etapa fue mucho más emocional: pensamos en usar el nombre de un artista conocido, como el cantante estadounidense de los cuarenta Frankie Laine o Frankie Valli, pero nos dimos cuenta de que sería confuso y complicado de difundir. Pero nos gustó lo de “Frankie” y un día se nos apareció Frankie Paige, el personaje de una película que todavía pasan a veces por el cable. Le sacamos la i al apellido porque nos gustó más así. Y al poco tiempo ya nos sonaba muy natural hablar de Frankie Page como de alguien más.
POTQ: La serie Twin Peaks dirigida por David Lynch gira en torno a la intriga del asesinato de Laura Palmer. Curiosamente su primer disco se llama Frakie Page Mató a Laura Palmer, y la pregunta pertinente es la siguiente ¿por qué Frankie Page mató a Laura Palmer?
FP: Fue parecido a lo que pasó con el nombre del disco (parece que en FP los procesos se dan así: sabemos qué es lo que queremos, pero no lo identificamos sino hasta que lo vemos u oímos). También pensando en las referencias a la cultura pop que nos gusta quisimos emular a algunos discos en que se incluye al sujeto (pensamos en The Rise and Fall of Ziggy Stardust and the Spiders from Mars) o en títulos de películas y televisión que vimos de niños (como Eres un buen chico, Charlie Brown o Ernesto salva la navidad). Y así llegamos a Twin Peaks, que vimos cuando éramos muy, muy niños para entender. Que la hayamos matado de vuelta es una vuelta de mano: ella nos mató primero, cuando la vimos sin entender y sin saber que se convertiría en un referente para nuestra generación. En el fondo es una alusión a toda la carga de cultura pop pre-internet que se nota en todo lo que decimos, conversamos, escribimos y obviamente en la música que hacemos. Se trata de un proceso natural: el demo que habíamos grabado antes se llamaba Wookiee, y habíamos inventado el nombre de un sello “Disparaustedisparoyo”. Muy ochentas, y con la referencia a Laura Palmer avanzamos a los noventas. El próximo disco tendría que llevar un título de la siguiente década.
POTQ: ¿Bajo qué estilo o estilos definirían a la banda?
FP: En las plataformas digitales, a la hora de rellenar el casillero de estilo ponemos indie rock porque no hay muchas otras alternativas. Pero la verdad es que no podríamos definirlo a ciencia cierta, no porque no nos guste encasillarnos, sino porque en Chile no hay estilos definidos, a menos que se trate de Punk o Metal. El ejemplo está en que cada cierto tiempo aparecen bandas que se autocatalogan como “post rock intrauterino” o “psicodelia transitiva incendiaria”. Eso no tiene nada de malo, por supuesto, pero refleja la necesidad de diferenciarse, y lo que FP quiere reflejar es la necesidad de hacer música. En sitios, revistas, diarios y blogs nos han dicho que sonamos indie, pop beatlesco, psicodelia y hasta stoner. Claramente hay rock; el resto nace de ahí al momento de ensayar.
Vídeo: Frankie Page – Las Hojas Negras (En vivo @ Piloto Programa Contracorriente)
POTQ: La banda está conformada por guitarra, voz y batería ¿qué de diferente entrega una formación con tan pocos instrumentos? y ¿cómo se trabaja la potencia sonora de la banda desde esa supuesta “precariedad”?
FP: La principal diferencia es la facilidad de movimiento, de ponerse de acuerdo. Cuando se trata de dos no hay votaciones o decisiones democráticas; todo es muy instintivo y de común acuerdo. Además se tiene menos espacio para moverse en la música (a diferencia de lo que ocurre en el escenario), por lo que es muy importante conocer los límites propios y con el otro, lo que se consigue con muchos ensayos y tocatas en vivo. En la música, al comienzo nos preocupábamos mucho de evitar sonar “vacíos”, y nos preocupamos por eso de la parte técnica del sonido. Se trató de explorar qué distorsión usar, qué afinación de la batería, qué otro efecto, e inevitablemente miramos a otras bandas que se encuentran en la misma situación (de guitarra, voz y batería) y que lo han solucionado, como los White Stripes, Yeah yeah yeahs, The Black keys o Blood red shoes. Y ahí nos percatamos de que grabando se solucionaba fácil con post producción, pero que el énfasis tenía que estar en el espectáculo en vivo. Por suerte, en este aspecto tocar fuerte y con ganas es algo que se nos da en forma natural y no se trata de una pose, porque cuando te presentas sólo con guitarra y batería tienes que eliminar dudas con respecto a que se trata de un error o de que el bajista no llegó; tienes que aprovechar los espacios muertos, con y sin música y dejar bien claro que así te sientes cómodo en el escenario. Y obviamente tocar muy bien.
POTQ: ¿Cuáles son sus principales influencias?
FP: Son las bandas que escuchamos y que con y sin querer emulamos en las canciones. No se trata tanto de seguir un estilo particular (un pequeño error que cometimos en bandas anteriores), sino de tomar recursos que te gustan, que te llamaron la atención en una canción y ponerlos en práctica hasta que son tuyos: el paso de la estrofa al coro, la manera de cantar ciertos fraseos, el juego entre batería y guitarra, cosas así. Claro que hay bandas que siempre están ahí, porque con ellas conocimos y nos terminó de gustar lo que era la música, como los Beatles o Los Tres, así como pasamos por un hecho generacional por todo el movimiento grunge de la primera mitad de los noventa y el rock alternativo de la segunda, con Radiohead muy fuerte. O sea, algo así como un rock británico sesentero alternativo con toques de grunge. Y de ahí para adelante poco pero bueno y muy dosificado. (Eso pareció referirse más al estilo que a las influencias).
POTQ: Al ser un grupo compuesto por dos integrantes me imagino que el proceso compositivo debe ser bastante íntimo ¿qué hay de cierto en eso? y ¿cómo se da ese proceso?
FP: Es cierto que es más íntimo, en primer lugar por un asunto matemático, porque al ser menos resulta más fácil completar los proceso o perfeccionar las canciones en la marcha de un ensayo o al tocarla muchas veces. Pero esto también es algo que te da tocar mucho con alguien, o sea, ser una banda y conocer la forma de tocar de esa banda. Al comienzo el proceso se daba mucho con una idea que llevaba relativamente armada (Nicolás) y que completábamos en el ensayo. Para este disco ya habíamos pasado a componer mucho a partir de improvisaciones, lo que también es mucho más sencillo al ser dos: yo no me tengo que poner de acuerdo en notas o tonos con alguien más ni Christian necesita coordinarse con un tercer instrumento. Esto que habla de una evolución natural y de sentirse cómodo con la otra mitad de la banda. El esquema tiende a partir de ideas que llevo y que completamos ensayando y tocando en vivo. Es la mejor manera de probar y pulir canciones.
POTQ: Mucha gente está de acuerdo en que uno de los grandes problemas del rock en español está precisamente en las letras ¿cómo trabajan ustedes ese aspecto? ¿Podrían hablar de alguna influencia en cuanto a letras?
FP: Es un hecho que el 84% de las palabras en inglés son monosilábicas, o algo así. Lo importante es que son muchas y se nota en la facilidad de expresar ideas con peso en tres o cuatro sílabas. Por eso, en el idioma inglés encontramos a compositores de rock que valen por lo que dicen y por las historias que cuentan más que por lo que tocan o cantan, como Dylan; en español, si eres así estás entre los trovadores o la canción social de protesta. Y en casos de extrema gravedad, entre autores románticos que hablan de amor y desamor. Yo trabajo las letras (Nicolás) pensando en que no me dé verguenza cantarlas más tarde. Creo que me costaría mucho pronunciar palabras como jamón o frases como “no puedo vivir sin ti”. Generalmente descifro de qué tratan tiempo después, porque responden mucho más a la necesidad pura de expresarse que a la de acusar o apuntar con el dedo, como las canciones del demo Wookiee, que escuchándolas después de grabarlas me percaté que se trataban todas acerca de la amistad; por eso no son demasiado literales. Y en esto, por un asunto generacional, tengo la influencia innegable del Álvaro Henríquez del primer Los Tres, que tenía la habilidad de camuflar las ideas en juegos palabras y frases comunes y corrientes (véase Traje desastre, para entender mejor), que es lo que trato un poco de hacer, e incluso de contar historias sin caer en sentimentalismo ni en lugares comunes. Sin embargo, un año después de escritas, con más experiencia, las letras siempre dan un poco de verguenza.
POTQ: ¿Sienten que encontraron el sonido definitivo del grupo o eso está en camino?
FP: Nunca vamos a encontrar un sonido definitivo. El problema es que nos aburrimos rápido de lo que hacemos y queremos llevarlo más allá, probar otro sonido, buscar otras formas de hacerlo. Por eso el disco parece tan variado, porque está compuesto en distintos momentos. De hecho, antes de lanzarnos a componer canciones cortas y rápidas, tipo “un balazo en la cabeza” en Frankie Page, veníamos de una banda en que las canciones eran largas, con mucho adorno, tipo “muerte por inanición”. Acostumbrarse es lo mismo que estar muerto. Y en el caso de las bandas, la que lo dice todo es la que está muerta, y la que afirma haber encontrado un sonido probablemente se repetirá para siempre, si es que no se disuelve antes. Las grandes y las buenas bandas pasan por este mismo cuestionamiento y en el momento de crisis deciden avanzar, como los Beatles, como Radiohead, o como Café Tacuba.
POTQ: Hace un tiempo lanzaron su disco en Concepción y tengo entendido que pronto esperan hacer lo mismo en Santiago ¿esperan algo distinto de la capital en cuanto a la recepción del disco?
FP: Tuvimos la oportunidad de mostrar las canciones en Santiago y nos gustó la recepción, sobre todo porque sentimos que se entendió la idea de mostrarnos como una banda viva, en vivo. Y una vez que empecemos a mostrarlas con mayor frecuencia y sistemáticamente esperamos, primero, llegar a más gente por un asunto estadístico, y por la misma razón, encontrar a mucha gente a la que le guste nuestra música. Por eso, entre nuestros planes está el concentrar los esfuerzos en Santiago. En otros lugares, como Estados Unidos, los sellos pequeños te buscan en cualquier ciudad; acá en Chile tú tienes que salir a buscar, y nos parece que tienes que hacerlo en Santiago.
POTQ: A largo plazo ¿cuáles son las proyecciones de la banda?
FP: Eso es fácil de responder: tocar y seguir tocando. Hacemos esto porque nos gusta y queremos seguir haciéndolo por lo mismo. Y por la misma razón es que pensamos en Santiago, donde guste o no existen muchos más lugares para tocar. Y para seguir tocando claro que queremos que la gente conozca nuestra música, que le guste tal como es. Mal que mal, Frankie Page es ante todo una desafiante expresión de individualidad.