Se me fue el color que teñía la vida. Se escapó, me dejó aquí pintando los días, ¿irá a volver? No sólo volvió Mantarraya, parece que también las tonalidades que hace una década le dieron vida a uno de los proyectos más llamativos del sur de Chile; una agrupación que, rápido y directo, nos conquistó con la frescura de propuesta e interpretación.
Parece otra vida el final del año 2011, cuando en este mismo sitio hicimos una convocatoria para que tres bandas nos acompañaran en el stand POTQ de la Feria Pulsar. Una escena independiente local que ganaba popularidad y un caluroso viernes 18 de noviembre, sirvieron de escenario para que los oriundos de Concepción nos prendaran con un formato acústico de su buen Mantarraya, el mismo que hoy abandona la primera infancia y cumple diez años.
“Fue nuestra primera salida de Concepción. Viajamos con un tom, una guitarra de palo y un xilófono, ja, ja, ja. Nos acordamos que era así no más, sin amplificación, en una Feria Pulsar -lo cual obvio nos motivó a postular-. Tuvimos que tocar súper fuerte para que se escuchara a dos metros de distancia, mientras los del escenario principal sonaban a todo chancho”, cuentan los músicos haciendo memoria de un primer hito que se transformaría en una de las tantas presentaciones de culto que han ido archivando en su historia.
Todas las experiencias, las complicidades y obstáculos de atreverse a ser una banda en Chile, de esas que tienen la necesidad de tocar en vivo, se conjugan en lo que pasará esta noche la sala principal del Teatro Biobío; un concierto que se transforma en su primer show en casi tres años.
“Nos hemos preocupado que el espectáculo sea lo más orgánico posible musicalmente hablando, y que esto se traduzca en una energía bastante especial que creemos es lo que caracterizó a la banda en las primeras composiciones. El teatro, al ser tan grande y tener tanto material técnico, nos ha dado muchas posibilidades para construir un show hermoso”, adelantan; y es medio inevitable no sentir la nostalgia del paso del tiempo, no volver mentalmente a esos viajes por la ciudad escuchando ‘Vía Láctea’, a ese stand caótico que hoy se transforma en teatro, uno de butacas, buen sonido y anhelo por esos recuerdos que sembraron sus semillas y terminaron por florecer con las tonalidades de los músicos.
Pero antes de florecer hubo que saber dejar caer hojas, seguir regando. ¿Estos años más holgados lograron aliviar las presiones y ansiedades que, a veces, envuelven al ejercicio de crear? Pareciera ser que sí, “sobre todo porque antes necesitábamos estar constantemente activos para ser una ‘banda real’, en una industria independiente que iba creciendo y que ponía sus propias reglas. La verdad es que fue fome tener que preocuparse de todo eso para poder funcionar. Ahora, en este nuevo periodo y ya con todas esas presiones del exitismo atrás, nos sentimos mucho más libres en todo ámbito de la banda”.
Para la fortuna de todos y todas, “en la parte compositiva nunca se coló esa presión y siempre hicimos lo que quisimos”, y el resultado de esa convicción artística son las canciones. Las mismas que hoy nos dan una nueva oportunidad de celebrarlas en el formato que más justicia le hace a Mantarraya.
¿Hay piezas de este corto que hagan sentir especialmente emocionales a los músicos? Creen que todas tienen lo suyo; a Bastián le gusta ‘Gravedad’, a Cocó ‘Pez Espada’ -“canción que jamás terminamos pero que me encanta cómo suena”-. También está ‘Ciencia Natural’, carta de presentación y primer video que realizaron, y hasta la querida ‘Vía Láctea’, que terminó cayendo en el disco Costa Esqueleto “porque sentíamos que la versión del epé no le hacía justicia”, confiesan.
El homónimo envejeció bien, cada día mejor, y no sólo en opinión personal, también en palabras de la banda. “Siendo nuestro show en vivo la mejor versión de nosotros mismos, mientras más tocamos esos temas mejor suenan”. Quizás por eso mismo llega de forma tan significativa la idea de regalarnos las versiones 2021 de cada track.
Luego de un par de años parados como grupo, Mantarraya cayó en cuenta de lo cerca que estaba el aniversario. “Fue súper natural armarlo”, explican sobre la recién estrenada versión deluxe y la sesión en vivo que acompaña toda esta fiesta. “Ya sabíamos qué canciones de esa época habían quedado fuera, por suerte las maquetas las teníamos en Soundcloud y en algunos computadores, y con la ayuda del productor ejecutivo, Emilio Hernández, le dimos forma a la sesión en vivo que completaría el disco con las canciones del epé grabadas de nuevo. Salió súper rápido, y tuvimos claridad de inmediato sobre que queríamos lograr, lo cual fue super lindo”.
La indagación musical que significó este recopilado terminó en la inclusión de ‘UFO’ y ‘Glaciares’. “La primera la tocamos un par de veces -muy pocas- en vivo, no alcanzó a quedar en el epé sólo por tiempo. Probablemente la armamos un poquito después de entrar al estudio, entonces era una parte escondida del corto. A los diez años había que hacerle una versión más oficial. ‘Glaciares’ la incluimos porque sentíamos que tenía una energía similar y queda súper bien en la sesión, además que tampoco la tocábamos tanto en vivo. Queríamos mostrar sorpresas y rarezas y creo que lo logramos”.
Ahora, con la perspectiva que entrega los años, Mantarraya revisita sus obras con la creencia de que como banda han tenido claridad en cuánto a lo que los define -“al menos desde el Costa Esqueleto“-. No les gusta repetirse y disfrutan saliendo de su propia zona de confort, por eso no es sorpresa que este hito de aniversario venga tan lleno de la magia que se siente cuando abres ventanas hacia el pasado.
Cinco artistas que no han dejado de estimularse entre sí, con corrientes sonoras que poco tienen que ver entre ellas. “El crecimiento musical que hemos vivido tiene mucho que ver con el momento que estamos viviendo como personas cuando nos sentamos a componer, y siempre es diferente. Si en el epé escuchábamos harta música alternativa, para Costa Esqueleto nos pegamos obsesionadamente con bandas de math rock; en Frío hubo un cambio luego de una pausa entonces fue todo súper chico e íntimo, y ya en el Pornografía hasta Bruno Mars estuvo metido durísimo en nuestras playlist”.
Intenciones musicales que sobreviven una y otra vez. Cuando corría el 2010 no llegaron a proyectar diez años de Mantarraya. “Todo comenzó vertiginosamente rápido. Tocamos una vez, entramos a un sello, el epé lo grabamos sólo porque teníamos que tener material grabado, no fue algo que pensáramos, entonces la proyección jamás se dio”, relatan en contraposición a lo que se vive ahora. Diez años más tarde, con las ganas de rescatar demos, montar sesiones en vivo y llenar un teatro. Con revolución social y pandemia entremedio.
“Nos habíamos separado y ver todo lo que pasaba en el país nos dio una energía especial. Lo bueno es que nunca dejamos de hablar en todos estos años, de hecho hablamos casi todos los días. Nos juntamos en un momento a armar cosas que por la pandemia no pudimos terminar. A pesar de que todo fue súper abrumador, creo que el periodo que nos dio la pandemia para mirarnos hacia adentro y entendernos mejor, a la larga es algo bueno para la creatividad”.
Y ahora están de regreso, prometiendo sorpresas para el en vivo y saldo de pendientes para los próximos meses. Por el momento, antes de seguir con la nueva vida, tenemos un portal al pasado que, probablemente, cerrará su acceso con la mítica ‘Matemáticas’, aquella que se transformó en el hasta pronto que hoy se hace real: “la mejor carta de presentación -y cierre- para la banda”.