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Felipe Salas de CAF: “El momento de grabar es como el del nacimiento de un planeta”

Felipe Salas de CAF: “El momento de grabar es como el del nacimiento de un planeta”

Conversamos con Felipe Salas de Como Asesinar a Felipes. Sobre su último EP, Endlos, las aventuras de la banda en Hamburgo durante 2022, la música como herramienta para encontrar la belleza, el reencuentro del grupo con Marcos Meza y un llanto escuchando a Stravinsky.


Quince años de carrera, diferentes formaciones a lo largo del tiempo con compañeros que se transforman en familia y diez trabajos publicados. Como Asesinar a Felipes es una de las bandas más creativas de la escena local. Su fusión de rap y jazz experimental es reconocible y marca de la casa, pero lejos están de la fórmula: siempre siguen sorprendiendo. Así lo han hecho nuevamente con Endlos, un nuevo EP lanzado a través del sello alemán Clouds Hil, casa discográfica de proyectos como The Mars Volta, Omar Rodríguez-López, Teri Gender Bender (líder de Le Butcherettes). 

“El paso del tiempo, yo creo que como en todo, tiene cosas buenas y cosas malas”, dice Felipe Salas, uno de los fundadores de CAF, sobre la vida del proyecto. “Siento que hay más madurez en nosotros, en la toma de decisiones. Además, con quince años, uno mira para atrás y éramos otras personas, hemos cambiado mucho, hemos viajado mucho, hemos tenido grandes conciertos, hemos hecho discos también, hemos pasado momentos fuertes, tristes. Y seguimos unidos. Es un vínculo diferente al del comienzo ¿quizás menos romántico y más pragmático? Ahora tenemos menos tiempo para vernos, entonces aprovechamos mucho los momentos en los que estamos juntos y los disfrutamos”. 

Para la banda, dice, los discos son una herramienta que congela el tiempo. “Son una Polaroid. Una foto del momento. Sufrimos un cambio fuerte cuando se fue el Seba, el bajista original. Después de la pandemia él decidió irse a vivir a otro país, a cambiar su vida por completo en una aventura familiar. Y llegó Raimundo Santander. Cuando él llegó empezamos a practicar, a componer y claro, Raimundo es un músico súper interesante, un súper guitarrista que llegó a tocar bajo, además. Entonces, para rescatar eso sacamos esta foto, que son cuatro canciones que grabamos en Hamburgo, donde tampoco teníamos tanto tiempo para grabar. Endlos es la fotografía del 2022”, explica.

La grabación de este EP fue muy especial, porque no solo contaban con nuevo integrante sino que también fue un momento de reencuentro con un CAF histórico: el compositor y pianista Marcos Meza. Felipe cuenta que aunque siempre han seguido en contacto y han hecho pequeñas colaboraciones, fue en el 2011 la última vez que estuvieron juntos en un estudio trabajando. Así que, cómo no, el reencuentro también fue muy emocionante. “Como sabíamos con tiempo que íbamos a viajar a Hamburgo y él vive en Berlín, le preguntamos si quería participar en la composición de los temas. Le mandamos maquetas para que él las y presentara ideas. En este disco, más que un invitado, Marcos forma parte esencial de las canciones. Fue súper bonito estar con él, la energía, compartir… Fue increíble. Y creo que el piano se nota harto también en el disco y se nota que es él, más encima. Es como si se hubiese vuelto un poco al sonido original de la banda. Y es un poco como andar en bicicleta. El Marcos y yo compusimos la música de todos los primeros discos de CAF, entonces claro, él y yo teníamos una relación súper estrecha y, musicalmente, una conexión muy mágica, muy profunda. Así que fue fácil retomarlo, porque nos conocemos mucho”. 

Cuando le pregunto por esos días en Hamburgo a Felipe le aparece una sonrisa muy natural en el rostro. La confirmación inconsciente de la plenitud. Y después cuenta que era “increíble, además del trato humano que también era muy bueno. Nos sentimos cómodos desde el comienzo. Estábamos todos ahí felices, pegados”, dice. 

El proceso creativo de CAF, cuenta Felipe, comienza con la composición previa y mucho ensayo antes de entrar al estudio. “Cuando llegamos a grabar ya está todo más o menos decidido, al menos las grandes decisiones. En el estudio vemos si sale algo nuevo, quizás, pero tenemos mucho de pre-producción”, dice. Pero esta vez habían elementos muy nuevos: un nuevo sello, un estudio que visitaban por primera vez, en un país diferente a Chile, con Marcos Meza de vuelta y Raimundo Santander debutando en la discografía del grupo. “Habían muchas novedades esta vez, sí. Y cacha que cuando viajamos a Alemania, además, se nos perdieron los instrumentos en el avión y tuvimos que tocar con otros, los recuperamos después”. 

Aún con todos estos cambios, “la energía al grabar es tanta y la concentración también, eso te hace no pensar tanto y estar muy enfocado. El momento de grabar es como el del nacimiento de un planeta”

CAF en Hamburgo. Foto: Adán Guevara

El estudio de Clouds Hill se encuentra en una zona industrial de Hamburgo. En los departamentos de los primeros pisos del edificio, la banda dormía y podía descansar. “Estábamos muy cómodos con todas las atenciones. Lo único que teníamos que hacer era preocuparnos de la música y que saliera lo mejor posible. Además, como ya somos una banda que tiene sus años y nos conocemos mucho, no sé… La primera vez que grabamos en Estados Unidos yo estaba mucho más nervioso, ansioso y temeroso [la banda fue parte del catálogo de Koolarrow Records, del productor y bajista de Faith No More, Billy Gould]. Pero eso me sirvió de experiencia para que este tipo de situaciones puedan ser manejadas con más madurez. Lo uno un poco a la pregunta que me hiciste al comienzo, sobre el tiempo. La experiencia te va dando eso: tener menos temor y más confianza en uno mismo”. 

Esos días en Hamburgo estaban marcados por el frío. Y la rutina consistía en conversar por la mañana, almorzar, grabar juntos. “Hay un barrio que se llama Reeperbahn que es increíble. Ahí estaban los Beatles cuando vivieron en Hamburgo. Aprovechamos de conocer un poco la ciudad y compartir con la gente del sello. Un día, con Raimundo, fuimos a ver La Sagrada Primavera de Stravinsky a la Filarmónica del Elba, que es un teatro que queda al lado del río, un edificio increíble. Y estábamos ahí, viendo esa música y yo llorando… Fueron diez días muy intensos y después viajamos a Rumania a tocar”, cuenta.  

Felipe dice que durante esos días, al momento de grabar, nunca hacían muchas tantas tomas. “Es como lo que hablábamos de la foto. Nos gusta rescatar el momento, no repetimos las cosas mil veces hasta lograr algo que sea perfecto. No es un desapego, sino entender que es un retrato. Después, en la noche, salíamos a conocer la ciudad”. 

—Lo de no repetir las tomas me hace mucho sentido si pienso en la impronta jazz del grupo. ¿Qué tan importante sigue siendo para ustedes la improvisación? 

Me atrevo a decir, de hecho, que este disco podría ser uno de los discos que tiene más espacio para improvisar. El Raimundo y el Gallardo, que son dos monstruos de la improvisación, jugaron mucho. Con Marcos Meza, cuando componíamos, era todo más estructurado, nos gustaba mucho eso, el detalle de la notita aquí, lo otro que pasa por acá… Después, cuando hicimos el disco con el Gabo Pillao, el pianista de la Brígida, sí, ahí también hubo harto espacio para improvisación, porque el Gabo también venía de esa escuela. Pero esta vez teníamos al Raimundo y al Gallardo, entonces como que mucha impro. Y es bacán porque ahí todas las tomas son distintas. Depende el momento, de lo que esté pasando y de escucharse mucho y es muy entretenido de hacer. La improvisación la hacemos sobre todo en vivo. Nos gusta que pase. Hay cosas que van a ser una vez nomás en la vida.

CAF en Hamburgo. Foto: Adán Guevara

La nota de prensa que acompañaba la salida de Endlos incluía una declaración de Raimundo Santander sobre el disco. “Este álbum es un viaje a través de emociones oscuras, una oportunidad para enfrentar la violencia de la sociedad de una manera auténtica y creativa. Nos inspiramos en artistas como Víctor Jara, quienes tomaron realidades feas y las transformaron en belleza a través de la música. ‘ENDLOS’ es nuestra contribución a esta tradición”, decía. 

“Yo creo que se refería mucho a la realidad social que estamos viviendo desde el estallido. Lo político, o sea, hay que ver lo que está pasando en Argentina ahora. La realidad no es muy motivante. Tampoco lo que está pasando con la música actual, un poco. La superficialidad no es muy inspiradora. Justo cuando estábamos componiendo este disco, yo tomé clases con un maestro que se llama Toni Ramírez, un maestro de maestros, Yo estudié con él cuando estudié música, pero ahora tomé unas clases particulares y ahí él me habló de un término que se llama eufonía y que yo no conocía. Después fui a investigarlo y aprendí que es la belleza de la música. Es justo lo que estamos hablando, que no tiene que ver con ser música bonita, a que tenga acordes bonitos o que no sea estridente, sino que es la belleza del lenguaje musical. Y en este disco yo rayaba con eso de eufonía y lo se lo transmitía a los chiquillos también. Empezamos a hablar mucho de eso. Más allá de que tenga partes de locura, partes estridentes, fuerza, etcétera, se trata de la belleza del lenguaje musical. De transmitir algo, sensaciones a través de sonidos”, explica.

—Sin duda la composición musical en CAF encuentra esa belleza, pero también las letras de Koala lo hacen, aún cuando puedan ser duras.

A veces puede parecer muy oscuro, pero él siempre recalca en nuestras conversaciones y cuando va a entrevistas que, finalmente, igual sus textos tienen un fin esperanzador. Por cosas muy oscuras que esté hablando, por cosas muy internas o cosas muy densas, lo que sea, él igual tiene la esperanza presente al escribir. Hay una frase de ‘La puerta no se abre sola’ que lo resume bien: tu música dolorosa que nos obliga a pensar cosas. 


Y con la salida de Endlos, también están las próximas presentaciones. Este fin de semana con dos shows: el viernes 24 de noviembre en Pulso Lírico, el sábado en el festival Fauna Primavera y el 16 de diciembre en Festival Frontera. Además, está programada una serie de presentaciones junto a Tenemos Explosivos, comenzando con una actuación en el Bar Trotamundos de Quilpué el 22 de diciembre. ¿Mejor idea o mejor idea?