A medio camino entre el profesionalismo y el amateurismo. Así se describen a sí mismos los integrantes de Carolina Durante, sentados detrás del escenario de Sala Metrónomo, cuando se preparaban para su show del pasado 28 de abril en Santiago. En más de una hora de entrevista, Juan (batería); Martín (Bajo y coros); Diego (voz) y Mario (guitarra), hablaron de todo. Desde los peligros de ser un grupo parodia, las letras frontales, las letras más emocionales, el efecto de la pandemia en la banda e incluso un concierto que dieron para un festival de influencers.
Fotos: Maira Troncoso
A la una de la tarde, y con cervezas servidas, la banda esperaba el arribo de la mesa para hacer la prueba de sonido. Para aprovechar el tiempo los cuatro integrantes se sentaron alrededor de la grabadora de POTQ a responder algunas preguntas. Lo primero que se nota son las ganas de hablar que tienen Diego (gesticula, se sienta derecho, se tira en el sillón y hasta se pone de pie mientras explica sus opiniones) y Martín (reiteradamente se lleva las manos con uñas pintadas de azul marino a la cara en posición pensativa). Juan ofrece cervezas y luego parece disociar un rato. Mario no opina al comienzo, pero tiene cara de estar muy atento a todo lo que dicen sus compañeros.
Están en Chile para presentar su segundo disco de estudio, Cuatro Chavales (2022, – Sonido Muchacho), que traducido al chileno vendría a ser algo así como “cuatro cabros”, una idea que vuelve a jugar con el amateurismo que presentan a primera vista, versus lo efectivas de sus letras directas.
—En muchas entrevistas han dicho que intentaron dejar de lado lo que recordara la pandemia de las letras del último disco. Entonces, pensando en este momento un poco más “post-pandemia” ¿Qué se puede esperar de Carolina Durante?
Diego: Líricamente no vamos a cambiar. Yo solo espero que no nos volvamos aburridos.
Martín: Es que si lo piensas, en cuestión de cantidad de canciones es como si ya tuviéramos tres discos.
—Sí, claro. Y esa es otra pregunta: ¿Les acomoda más el formato single? ¿O prefieren el formato disco?
Martín: A mí me gusta el disco. Porque en un single o EP son máximo tres canciones. El problema es que son demasiados singles. Yo prefiero el disco porque al final tú cuando compones, compones canciones y a veces te gustan pero a veces no sirven de single. De hecho, al principio sacábamos singles porque teníamos seis canciones, escogíamos las tres mejores y las metimos en el primer EP. Luego seguimos haciendo canciones. Y de las siguientes seis seleccionamos las tres mejores para el segundo EP.
—Claro, lo de publicar singles constantemente se está haciendo más dentro de la música urbana.
Diego: Pero de ese tiempo ya teníamos canciones que fueron al primer disco: ‘Nuevas formas de hacer el ridículo’ por ejemplo. Muchas canciones que flipan, que en directo funcionan muy bien, pero no invitan tanto a sacarlas como un sencillo para que la gente descubra un grupo. Para eso está el disco, para esas canciones. El otro día le pasé a una amiga el disco de DILLOM, el último que salió hace un año, que es un chaval de Argentina y ella me dijo “joder, ya se me hace raro que alguien de género urbano haga un disco como un disco”. Y claro, no es una recopilación de singles, y se nota. Y es que es verdad, al final como que se está perdiendo un poco esa cosa del disco, que es un trabajo extenso y cohesionado.
— Entre canciones grabadas y el directo también hay mucha diferencia. Como alguien que no los ha visto en vivo ¿Creen que su fuerte está en las grabaciones o el directo?
Martín: 100% en el directo
Diego: La verdad que cuando nosotros armamos el grupo, una de las cosas que teníamos muy en claro es que fuese un grupo que en directo fuese divertido de ver.
Martín: Lo que pasa es que mi relación con la música en España…yo cuando empiezo a escuchar música española es viendo conciertos. Hay grupos que a veces veía en concierto y por ahí no me gustaban tanto al oírlos en casa, pero de repente veía: “toca nosequién-en-nosedónde” y ¡Pum! Iba a verlos de una.
Diego: A veces te mola el directo de una banda y uno dice “hostia” (pone cara de sorprendido). Es que te puede cambiar la percepción de un grupo. Pero eso no es solo por la música, sino que también por el ambiente, por todo lo que rodea a lo que es el concierto.
Sonamos mejor que ayer: Sobre cómo escriben sus temas
Hablando de lo que rodea a un concierto, el show de Carolina Durante en Sala Metrónomo tuvo contexto que podría resumirse de la siguiente forma: Una mayoría de hombres en la audiencia, una sala con poco más de la mitad de su capacidad, dos piscolas por nueve lucas, problemas con los cables, mucha energía de parte de la banda, un bombo que se rompió en la segunda canción, todos pasándola bien y mucha gente cancelada tanto del ámbito público como del privado.
También un montón de buenos temas. El grupo comenzó con mucha energía pero notoriamente preocupada por la cantidad de público asistente. Los problemas con el sonido (algo que también pasó en el concierto de Cariño, semanas antes) no hicieron más fácil que los chavales se sintieran cómodos. Afortunadamente, después de la quinta canción ya estaban en total control y sonando como deberían haber sonado desde el comienzo.
Las dos primeras canciones que sonaron en el escenario fueron novedades de su último disco.. La que abrió los fuego fue ‘Aaaaaa#$!&’ (traducida como ‘Hostias’), mientras que la segunda fue ‘Granja escuela’. Dos temas que apuntan a lados distintos: mientras la primera es más una expresión de frustración y emoción muy masculina (“Pero de qué mala hostia/ me puse en un segundo/ Y al final rompí algo”), la segunda es una sátira sobre los vicios y el gusto de la juventud por las apuestas (“Juan es buen chaval, es un buen chico, solo le pondría un pero, pierde la cabeza con el juego”). Una muestra de los dos tipos de letras que escriben.
—Podríamos decir que Carolina Durante tiene dos tipos de letras: las más paródicas y graciosas y luego están las que son más emocionales o dramáticas ¿Cómo nivelan eso y evitan convertirse en un grupo parodia o solamente emocional?
Martín: Bueno, eso viene mucho de que hay varias bandas en España que juegan con letras entre lo cómico y lo dramático.
Diego: La banda más clara en hacer eso son Los Punsetes.
Martín: Los Punsetes son la banda más cínica. Pero además tienes sus otras canciones que son muy dramáticas, mucho más planetarias. Y luego tienes la tradición del punk rock ochentero español. Bandas como Siniestro Total. Los Nikis también tenían ese riesgo. Muy coñero. En nuestra música se ve un poco ambas partes. Desde Los Nikis hasta cosas más Triángulo de Amor Bizarro, que son puro sentimiento y guitarras. Por suerte ambas partes coinciden en eso de que la música es muy directa.
—¿Cómo hacen las canciones? ¿Todos colaboran con las letras?
Diego: En este disco sí que hay un par de canciones en que Mario hizo la letra y luego yo le puse un estribillo. Hay otra en que Martín escribe una especie de letra.
Martín: Más como un poema.
Diego: Yo tomé la voz e hice un Frankenstein, añadí un par de cosas, le di forma y ya estaba lista.
—¿Cuál canción es de Mario y cuál de Martin?
Diego: Mario hizo ‘Colores’ y Martín ‘Granja Escuela’.
—Una de las cosas que más me llaman la atención de Carolina Durante es que muchas veces los bajos son muy simples y otras veces va y hace una hueá completamente distinta. Como un riff de bajo.
Martín: Es que no los hace Mario pero yo sí que hago riffs, cabrón.
(Todos ríen. Juan se pone a chiflar al fondo. Claramente hay un tema con esto de los riffs y las guitarras de Mario).
Mario: Se nota mucho cuál es el origen de la canción.
Martín: Se nota mucho cuando una canción la hago yo porque tiene una línea de bajo. Entonces es Mario que hace cosas diferentes encima.
—¿Entonces la canción ‘El año’ es de Martín?
Diego: De hecho justamente ‘El año’ sale de una línea de bajo de Martín.
Martín: Sí. ‘El año’, ‘Niña de hielo’, ‘La planta que muere en la esquina’, todas son canciones que vienen de riffs de bajo. Entonces Mario improvisa encima.
Diego: Cuando no tienen riffs de bajo, es cuando vienen de una melodía mía, de una guitarra de Mario, o de algo que hemos hecho juntos.
Martín: Yo soy muy de dos registros ¿no? O New Order o Pixies. No sé, esos bajos me flipan. Los bajos de Pixies no tienen riffs, no tienen nada, y son bastante chulos. Pero luego también está el rollo New Order-Joy Division o Peter Hook, que sí, que hace mucho riff de bajo y muy chulos. Son como esas dos referencias, o yo qué sé, también me he fijado en los Drums (se pone a cantar el riff de bajo de ‘Money’ de The Drums).
—Pero pensando en ‘La planta que muere en la esquina’, si bien se puede decir que nace del bajo. Igual la canción tiene también un riff de guitarra.
Mario: A ver a ver. Sí, sí. Quiero aclarar que yo sí hago riffs.
Martín: Sí, pero como guitarrista, tu personalidad…
Diego: No eres riffero.
Martín:…eres más como de acordes raros, como más melódico.
Diego: Es más. Rara vez tú vienes con un riff claro, como de tararear. Eso es así.
Mario (Se detiene a pensar un momento): Discrepo.
(Más risas)
Diego (Mirando a Mario): Venga, tararea una canción de Carolina Durante solo con el riff de guitarra.
(Mario comienza a tararear ‘Moreno de Contrabando’).
Diego: El único riff que has tocado.
Mario: ¿A ver qué más?
(Comienza a tararear ‘Granja Escuela’)
Diego: ¡Pero definitorio de la canción!
Martín: Por ejemplo, ‘Reptilia’ tu sabes que es: (Comienza a tararear la guitarra de ‘Reptilia’). O tienes ‘El año’ (Tararea el bajo de ‘El año’).
Mario: (Responde mientras piensa) Te digo, los hay.
Diego: Yo no estoy diciendo que no los haya.
Mario: Piensa que hasta su novia (apunta a Diego) me decía que hiciera riffs. ¡“Y a ti que te importa!”.
(Aún más risas)
Salvaje pasión: Covers y colaboraciones
Durante el show tocaron algunas de las colaboraciones que tienen con otros músicos. ‘La canción que creo que te mereces’ (con Jota, de Los Planetas), ‘Espacio vacío’ (un cover de la banda El Séptimo Sello, que grabaron junto a Él Mató a un Policía Motorizado) y ‘Perdona (Ahora sí que sí)’ (un cover de Marcelo Criminal que grabaron junto a Amaia). Hace una semana habían lanzado otro cover: el de ‘Salvaje pasión’ de Los Nikis, pero lamentablemente esa no sonó en su show.
—Han colaborado varias veces con gente que les gusta, pero me interesa saber con quién les gustaría colaborar. Y aquí viene la trampa: Vivo o muerto.
(Desde el fondo de la habitación se escucha la voz de Andrés, el tour manager de la banda)
Andrés: Liam Gallagher, cabrón.
Martín: Eso sería bueno.
Diego (Saca su celular): A ver voy a buscar músicos muertos. Bueno, con Eduardo [Benavente] de Parálisis Permanente.
Juan: Con Germán Coppini.
Martín: Ese mola. A mí me mola como canta.
Diego: No sé. Estamos intentando como salir un poco de nuestro círculo de bandas y demás. Nos molaría colaborar con gente que es un poco fuera de lo que es la música de guitarras. Hacer una colaboración es más complicado, pero también propone un reto.
Martín: Eso es lo que más mola, hacerlo con alguien que te guste. Es muy sencillo hacer una colaboración que no aporte tanto. Por ejemplo, la colaboración que tenemos con la banda Mujeres. Realmente no aporta tanto. Lo mismo pasa con Jota de Los Planetas. Más allá de la ilusión que nos hace a nosotros esa canción.
—¿Qué me dicen del cover del Séptimo Sello que tienen? Son bandas que aquí no sonaron.
Juan: No sonaron ni en España.
Diego: Claro, en Madrid sonaron un poquito.
—¿Cómo llegaron a hacer ese cover del Séptimo Sello junto a Él Mató a un Policía Motorizado?
Mario: Pues esa canción ya teníamos en la cabeza la idea de algún día hacer una versión. Ese grupo tenía una canción que se llamaba ‘Todos los paletos fuera de Madrid’ y luego sacaron un disco y no hicieron nada más. La de ‘Espacio vacío’ siempre nos pareció un temazo.
Martín: Es que es un tema que está súper oculto. Cuando lo descubrimos tenía 11 mil reproducciones en Spotify. Es de un grupo de los ochenta, y la canción estaba completamente olvidada. Queríamos mostrarla y cuando quedamos con Él Mató realmente fue de un día para otro, porque ellos estaban de gira, entonces tampoco tenían mucho tiempo. Estábamos en el estudio diez o quince personas y grabamos todo en un solo día.
Mario: Yo dormí fatal. Porque claro, de repente los nervios de mañana grabar con Él Mató. No dormí nada. Pero esa fue la canción perfecta para esa colaboración.
—¿Y el cover que sacaron recientemente de los Nikis?
Diego: Eso es de coña, no le hemos dado ni medio bombo.
(Traducción: es en hueveo, apenas la pescamos).
Martín: Nosotros fuimos a un programa en la televisión en España y cantamos esa versión (…) sorpresivamente quedó muy bien grabada. Se hizo una mezcla y fue como ‘tío, esto mola mucho’. Se sacó en Amazon que por contrato tenían exclusividad por unos meses y luego había que sacarla en Spotify.
Diego: Nos dijeron tanto que la sacaramos que dijimos ‘joder, bueno, la sacamos’.
Juan (Entre risas): ¡La portada es una foto!
Profesionalmente amateurs: Sobre conciertos extraños y palmarla en pandemia
—Algunas bandas dicen que a veces sus canciones más antiguas van cambiando su significado con el tiempo. “Yo la escribí pensando en esto y ahora es otra cosa”.
Diego: Lo que pasa es que sí es verdad que, por ejemplo, cuando hago canciones, las escribo pensando en esto o lo otro, y luego llega la gente la hacen suya y piensan que se trata de otra cosa. Pero para mí esa es la gracia de la música y del arte en general.
Martín: ¿Y sabes a qué me suena eso? A que muchos músicos no tienen ni puta idea sobre lo que escriben. Cantan tan en abstracto o lugares tan comunes, que realmente no tienen ni puta idea sobre lo que están hablando. Les parece que es una cosa y después les parece que es otra. Cuando escribo es sobre algo en concreto. No divagas.
Diego: Nuestras canciones son muy claras. Son bastante directas. Esa gente que es: “No, no, esta canción antes creía que iba sobre el amor, pero ahora veo que va sobre…”. Esa es gente que no tiene ni puta idea sobre lo que está escribiendo. Es gente a la que le da miedo mojarse.
—¿Cuál es el concierto más extraño que han dado?
Martín: Hicimos un concierto para influencers. Todo el mundo grabando, todo el mundo con móviles en la mano, todos haciendo sus historias. Fue muy raro. Un concierto entero. Ni siquiera era un evento. Era un festival…un festival para influencers.
(Andrés habla sobre otro concierto, realizado en la calle).
Martín: Sí, sí, pero eso era más como la presentación del disco, la presentación del single. Hicimos un concierto en la calle, en la Gran Vía ¿no? Fue sorpresa, unos 20 minutos, antes de que llegara la policía. No teníamos ningún tipo de licencia.
—Los dos extremos de los conciertos extraños
Martín: Concierto en la calle y concierto de influencers: para todo el mundo y solo para high class.
—Me pasa que al escucharlos, creo que tienen un equilibrio -a falta de palabras mejores- entre el profesionalismo y el no tomarse tan en serio.
(En ese minuto Andrés suelta un globo que estaba inflando, el globo resuena por toda la habitación y cae cerca de donde estamos sentados todos. No hay forma más simple de decirlo: Juan explota en risa).
Juan: ¡Lo tenía preparado!
Martín: (También con risa) Nos gusta decir que somos profesionalmente amateurs.
Diego: Realmente esa frase es de Adrián.
Martin: Sí, hay que ser pro, pero no mucho. Y hay que ser como guarrillo pero no tanto. Profesionalmente amateurs.
—¿Cómo vivieron la pandemia como banda? Creo que igual pudieron mantener a Carolina Durante bastante vivo durante ese tiempo.
Martín: Yo creo que hemos zafado bastante más que otros grupos.
Diego: Yo creo que palmamos.
Martín: ¿Tú crees que palmamos?
—¿Qué es palmar?
Juan: M O R I R .
Diego: La pandemia pudo beneficiar a todos los proyectos que son un poco más tranquilos, tipo de streaming y que no se benefician tanto del directo como nosotros.
Martín: Pero de entre todas las bandas que se benefician del directo, creo que no lo hemos palmado tanto como otras. Ni de coña tío.
Diego: Bueno, te digo: Depende de lo que consideres palmar…
Martín: Para empezar, los que han palmado son los que sacaron disco justo cuando llegaba la pandemia.
Diego: Total. Pero yo te digo que si tienes un grupo como hobby, entendiéndose como que no te dedicas a la música, de alguna manera has palmado a lo más seis conciertos. Venga cabrón. Nosotros hemos palmado a lo mejor 60 conciertos que hacemos en un año, 70 u 80. Una gira europea, una gira Latinoamérica ¡Venga hombre!
Martín: Hemos podido seguir dedicándonos a esto. Hay bandas que dejaron su trabajo para dedicarse a la música, sacaron un disco y con la pandemia se lo tuvieron que comer.
Diego (visiblemente molesto): Vale, a nivel de crecimiento creo que la nuestra es una palmada mayor. No digas que…venga ya está, ya está.
Martín: A nivel global o a nivel grupo, no a nivel personal.
Diego: Y a nivel personal, por ejemplo, yo me lo he llevado muy mal. Vamos, que ya basta de lágrimas. Estamos aquí en Chile, cabrón, y de puta madre…
Martín: Si eres tú el que está…
Diego: No, pero tío es que me mosquea, me mosquea que venga alguien y diga (en este punto Diego se levanta de su cómoda posición en el sofá y comienza a hacer gestos como imitando a alguien, con voz chillona y todo) “vosotros al menos blablabla. Nosotros que estábamos empezando”, pues seguís empezando cabrón, nosotros también seguimos en el mismo punto.
Martín: Se levantó eh. Se encaró con los fantasmas.
Diego: Es que tío voy a dar una hostia ¿Cómo se dice aquí?
—En muchas entrevistas los he escuchado hablar de Bestia Bebé ¿Conocen algo de música chilena?
Diego: Muy poco, muy poco, por no decir…. Joder, que mira, de Latinoamérica tenía muy poca idea. Y de hecho cuando salió el documental en Netflix este de Rompan Todo, claro, yo hablaba con Santi de Él Mató, con Tom de Bestia y les preguntaba sobre el documental y me decían que era una mierda. Sí, pero a mí me servía para conocer, porque al final es lo básico, pero es que yo ni lo básico conozco. Me sirvió para conocer muchas bandas de aquí, porque en España tampoco te creas que llega demasiado. Me resulta extraño, sí es verdad que de España a Latinoamérica llegan cosas ¿Pero a la inversa? No.
Martín: Yo, ni una freakin banda chilena. Conozco a Javiera Mena, pero Javiera Mena ya es española.
—Sí, la gran exportación de Chile fue pop a España, todo muy electropop.
Martín: La escena aquí se parece mucho a todos esos grupos de dos personas, tecladito y bases. Suena a eso. Me hace más sentido Cariño en Chile que nosotros.
Diego: Pero aquí lo que más gustaba de España eran grupos como La Polla, Eskorbuto…
—Yo vine a ver a Cariño aquí en Metronomo, pero estaba a la mitad de la capacidad.
Martín: Bueno. Hoy va a estar igual.
—No creo.
Diego: ¡Qué va! Ya te lo digo.
—O sea, no creo tampoco que esté lleno, pero creo que va a ser más que con Cariño.
Juan: O menos.
—Apostemos, apostemos.
Juan: Apostar o callar.
—¿Qué apostamos?
Andrés: Una camiseta. Yo estuve en Cariño así que puedo corroborar.
Juan: ¡Hay datos oficiales!
Adrián: Cariño tenía más amigos en Chile y más invitados.
—No, pero en Cariño las entradas costaban $28 mil y ustedes están a $17 mil. Y son más bandas, en Cariño eran dos y con ustedes son tres.
Juan: Somos baratos
Diego: No, pero ya te digo. La cosa es que Cariño, en Latinoamérica, salvo en Argentina, tienen muchos más fans. En España ganamos nosotros.
Martín (en voz baja a Adrián): ¿28 mil es mucho, no?
Diego: En España ganamos, pero aquí no te creas. O sea, yo creo que aquí nos cuesta más que a ellas. Pero Argentina es nuestro.
Martín: A nosotros nos funciona mucho venir, tocar y a la siguiente que vengamos, ya te digo que vienen más.
Diego: Y no es nada contra Cariño. Son amigas.
—Volviendo a las bandas chilenas, actualmente hay una escena en reconstrucción no solo por la pandemia, sino que también por las funas o cancelaciones.
Diego: ¿Grupos que nos puedan molar a nosotros? Cancelados y no cancelados, da igual.
Adrián: A mi me molaba mucho Dënver. Tenían un tema que hablaba de Los Planetas, que te los traigo o algo así .Esa canción me gustaba mucho. Pero eso fue hace años.
—Se llama ‘Lo que quieras’. En su momento entrevisté a Dënver y me cayeron mal.
Diego: Sí, tienen esa pinta como de indie… como de indies endiosados.
Adrián: Sí, pero en el indie igual hay mucha gente guay.
Martín: El indie es una mierda.
—Voy a hacer todo lo posible porque ese no sea el titular de esta entrevista. Pero no prometo nada.
(Risas)
Martín: No pasa nada. Puedes ponerlo.
—Creo que lo haré.
Diego: De puta madre.
(Hasta el día de hoy, este humilde periodista sigue esperando la camiseta ganada en buena ley).