La semana pasada la realizadora chilena estrenó cuatro videoclips con diferentes artistas. En solo seis años, se ha convertido en una de las directoras más requeridas por músicos y músicas tanto en Chile como afuera. Por algo será.
Antes de hacer un videoclip, la realizadora chilena Camila Grandi escucha las canciones e imagina colores. Desde que era una niña hacía clips con lo que tenía en su casa: una Sony Cyber Shot y Windows Movie Maker. “Desde los once años agarraba imágenes de YouTube, les ponía música y hacía mis propios videos. Ahora lo pienso y lo encuentro heavy”, dice.
Corte directo a la semana pasada. Camila Grandi estrenó cuatro videoclips, prácticamente, el mismo día: ‘No+sad’ de Mon Laferte, ‘El correcto’ de Reik, ‘Copy Paste’ de Paloma Mami y ‘Extraño’ de Francisca Valenzuela. Y si vamos mirando desde este momento hacia atrás, encontraremos más trabajos junto a Young Cister, Vesta Lugg, Denise Rosenthal, Silvana Estrada, Los Bunkers, Cami, Drefquila y Bronko Yotte, entre otros artistas. Y un poco, solo un poco más atrás, las preciosas Sesiones Piola de Solo Artistas Chilenos. En el transcurso de solo seis años, Camila se ha convertido en una de las directoras de videoclips más requeridas por músicos y músicas. Por algo será.
“Lo que más me gusta del formato es poder mezclar imagen y música. Es muy bonito traducir la música a imágenes. Es una pega súper intuitiva lo de poder traducir imágenes de la música a algo concreto” dice.
Obviamente cada proyecto es diferente, depende de cada artista y de cada canción. “Lo que más me importa es, primero, que al artista le guste y también es una prioridad poder sacarle el rollo al artista también. Creo que lo más difícil es hacer que lo que tengo en la cabeza le guste al artista, que se sienta cómodo e identificado con la idea, con la estructura, con los colores”, nos cuenta.
Desde hace un tiempo, cada vez que le escribo a Camila por WhatsApp, no sé dónde está. Puede estar en México o Chile y ruego por no despertarla cuando le doy al botón de enviar. Estas preguntas las respondió desde México, país en el que existe una industria musical mucho más robusta que la chilena y que permite, incluso, que profesionales del audiovisual vivan del videoclip.
Me cuenta que su momento favorito del rodaje es cuando comienza. “Cuando estamos todo felices por eso, porque comenzamos. También cuando vemos un plano y vemos que resultó bacán. Y del proceso en general, mis momentos favoritos son cuando aprueban las ideas y después cuando termino y lo veo coloreado. La parte del color es lo que más me gusta de todo”.
Y que nadie diga que lo que a veces aprendemos en el oficio no se puede aplicar para la vida, porque me explica que algo que ha aprendido es a “soltar los videos. Creo que desde que empecé, he tenido la idea de que los videoclips independientemente de que yo los dirija, siempre son del artista. Yo me he dado cuenta a nivel de industria que a veces a los directores les cuesta un poco eso, porque claro, lo sienten muy propio, pero he aprendido a soltar y desprenderme de esa idea. Y también a no frustrarme con respecto a las cosas que no funcionan o que no resultan, porque es obvio que en un rodaje es muy difícil que te resulte todo. Al principio claramente me frustraba si es que no me resultaba perfecto todo y ahora da igual la verdad. Eso también me ha permitido fluir mejor, poder dirigir mejor, adaptarme a lo que haya. Es un ejercicio personal y laboral”.