Por Carolina Julio y Seba A.C.; fotos por Carolina Julio.
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Sonará a cliché gastadísimo, pero no hay muchas formas de decirlo: cada día y minuto que pasa esta semana es parte de una cuenta regresiva, inexorable e inevitable. Nada que hacer al respecto. Este domingo 2 de agosto, en la sala SCD del Plaza Vespucio, será la presentación final de Jirafa Ardiendo. Catorce años de razones, viajes, anécdotas, historias, comparaciones afortunadas y otras no tanto. De todo eso hablamos con Alejandro Pino y Roberto Estay, dos miembros fundadores de una banda que hizo del amor a la música su emblema.
¿Cómo plantear una entrevista sobre el fin de una banda? Los lugares comunes son tentaciones muy difíciles de evitar. Hay preguntas absolutamente necesarias en función al contexto: todo lo relativo al último show es tema fijo en la lista. Si es ése el caso, lo mejor es comenzar de inmediato con la interrogante más inevitable de todas.
DOMINGO, PARTE 1
¿Por qué se separan, en definitiva? ¿Y por qué ahora, no antes ni después?
Alejandro: El 2008 fue muy agitado para Jirafa. Incluyó el lanzamiento de Pulmonía y lo que trae consigo, hacer show tras show, promocionarlo. En octubre fuimos de gira por España y Francia. Viajamos a Buenos Aires, también. Muchos ensayos… Todo eso amerita una carga de intensidad. Fue un muy buen año, que nos hizo gastar cantidades enormes de energía. Y de vuelta vimos que esa energía, al parecer, la habíamos usado toda. Esa curva que iba en ascenso, empezó a descender. Eso coincide con cuentos personales, cambios de vida, proyectos que surgían y ameritaban atención. Entonces la banda no tenía todos los ojos puestos como merecía, y nos dimos cuenta que si no teníamos ese ímpetu que siempre tratamos de llevar, era un buen momento para ser francos. De buena forma, todos de acuerdo en lo mismo: Jirafa se tenía que terminar para dedicarnos a otras cosas. Temas personales, musicales, muchos otros.
Roberto: En algunas partes dicen que nos separan los proyectos solistas. Para nada, de hecho los proyectos siempre han existido. Quizás es más fácil explicarlo así, pero no. Es más complejo.
¿Es una metamorfosis, más que una disolución?
R: Podría verse desde ese punto de vista perfectamente.
A: Hay grupos a los que les puede suceder lo mismo, y uno o dos deciden continuar la banda. Pero sabíamos que en esta formación, después de tres años juntos, se iba uno y perdíamos la dinámica que había sido tan buena para nosotros durante todo el 2008. Entonces, fuimos francos.
R: Seguir después ya sería algo demasiado Frankenstein, andar como con una muleta. Así, no. Quisimos respetar el proyecto. Obviamente, vamos a seguir haciendo música. La mayoría de nosotros, por lo menos. Ahora eso, claro, cambia. Todo lo que haga de aquí en adelante va a ser con otra mirada que antes no tenía. Sé lo que no está: ese marco, algo que no suena muy concreto, pero existía.
¿Cómo ven el balance de los últimos 14 años?
R: El balance es súper personal. Han pasado 15 o 14 integrantes por Jirafa. Los que están hace 3 años tienen un balance; nosotros, que estamos desde el principio, otro. Hemos sido una banda que se ha mantenido por amor a la música, a hacer cosas, no por un asunto comercial. Sabemos que es un lugar difícil para este estilo, le pasa a mucha a mucha gente, músicos amigos. Pero si fuera por eso, hubiéramos terminado a los… dos años.
A: Probablemente.
R: Claro, cuando empezamos la segunda formación, a los ¿dos años? ¿O tres?
A: Dos años.
R: Ahí dijimos “Ya, aquí tenemos que seguir, seguir, seguir”. Todo tenía ese enfoque, esa energía, hasta ahora. Pero creo que es destacable que Jirafa siguió a pesar de todas las cosas, priorizando siempre el trabajo musical creativo. La cosa comunitaria, también: harta gente, aunque se haya ido, sigue cerca. Va a haber ex-integrantes ahora en la tocata, que tienen sus bandas y algunos hemos trabajado con ellos. Los mismos discos, todos con músicos invitados de todos lados. Lo encontramos increíble, cómo aportan a conformar ese sonido.
A: A veces esa comunidad te hace recobrar fuerzas cuando estás en períodos bajos. La historia de Jirafa es como una montaña rusa, muy de altos y bajos. Y encuentras apoyo en quienes han sido verdaderos soportes: amigos, músicos. Es un punto alto constante, muy importante. Son hallazgos. También hay otro tipo de hallazgos que te revitalizan: cuando se iba a gente, los que ingresaban traían nuevos atributos que iban quedando plasmados en los discos. O cuando íbamos a grabar a algún lado, como en Buenos Aires, donde la gente de Karamelo Santo nos ofreció sus instrumentos. Eso era otro horizonte, para dar un paso más, atrevernos, experimentar, jugar. El sentido lúdico es importante en Jirafa, creo que lo ha mostrado desde sus inicios. Siempre hay pequeñas vueltas de tuerca que hacen que valga la pena seguir, siempre con la música -y tratar de crear- por delante.
El domingo, ¿qué amigos los van acompañar (que no se haya dicho)?
A: De los ex integrantes va a estar Juan (Manuel Méndez, ex guitarrista); Emilio Guillén, el primer baterista, va a estar en un tema que grabó; Vicente Rosati, también baterista del último período; Peter Estay, que puso el chin-chin en una canción (Frágil, del disco Pulmonía). Los otros nombres son los que avisamos por la prensa.
R: Son invitaciones a una canción: van, tocan y seguimos. Va a ser tan largo que tampoco podemos hacer mucho. Además habrá dos músicos en cuerdas y dos en bronces, que han tocado antes con nosotros. En total son como 20 personas. O sea, va a haber un camarín de 20 invitados.
A: Hay uno por ahí, al final, pero…
R: Es como esas contrataciones de último minuto.
¿Qué fue a qué: el setlist a los invitados, o los invitados al setlist?
A: Tuvimos en cuenta el setlist representativo, canciones que queríamos revisitar y no podemos dejar de tocar por última vez. Porque fueron video, o por otros aspectos. Estoy seguro que hay un par que ni conocen, pero tienen otro motivo para estar. Así llegó la gente que las grabó, y otras personas que tienen que ver nuestra historia y tienen que estar. Lo hablamos, ensayamos, y bien. Javier Barría, por ejemplo: Javier no grabó nunca con nosotros. Va a tocar una canción de las primeras, media acústica, que tiene que ver con lo que hace.
¿Cuánta diferencia ha tenido el trabajo de ensayo para el último show?
R: Tenemos muy poco tiempo para ensayar, ojalá tuviéramos más. Hemos hecho un timing preciso, no va una persona un día y se desparrama todo. Podía haber sido engorroso, pero no ha habido problemas.
A: Además veníamos con un training de tocatas que nos tenía bien. Pero tuvimos que adecuarnos, sobre todo con las canciones que no tocábamos hace mucho.
R: Tuvimos que sacar nuestras propias canciones.
A: Claro. A veces llegaba un invitado y se las sabía mejor que nosotros.
R: “Ah, verdad que había un LA menor ahí.”
A: Llegan súper estudiados. Pero ha estado entretenido. Además hay jornadas largas, seis u ocho horas. Si un día coinciden muchos invitados, hay que hacerlo, nomás. Éste es el último esfuerzo, siempre va a valer la pena.
R: Lo vemos así. Además, en el último ensayo ya hablamos que vamos a hacer algo.
A: Que no se nos pase la mano, nomás…
R: Claro, para estar en condiciones el domingo.
EL LADO B DE JIRAFA
Pero tampoco es necesario que todo sean obviedades. Siempre hay aspectos más interesantes por preguntar, muchas veces omitidos en función a los lugares comunes. Es hora de repasar parte de la historia (no tan) conocida de Jirafa Ardiendo.
Músicos extranjeros: ¿de dónde surge la relación con España, y por qué?
R: Han sido cosas del momento. Como dijo una vez Ale en otra entrevista, no hay plan maestro, para nada. Tampoco en esto. Me acuerdo de Maga… ¿cómo fue eso?
A: Oh, Maga, ésa es una bonita historia. Curioseando, googleo Jirafa Ardiendo. Me metí a un foro español: españoles viendo música chilena y comentando a Jirafa. Ya eso es raro, ¿cómo llegaron a la banda? Caminos misteriosos. Pero además hacían mención a un grupo: “Uy, sí, los encontré muy Maga”. Otro, más abajo, “Sí, muy Maga”. Parece que es un grupo. Googleo a Maga: son de Sevilla, probablemente lo más top de la escena under. Les comenté a Roberto y a Nico (Moreno, actual bajista) que sería bueno contactarlos. Nosotros veníamos de la experiencia de Karamelo Santo, no veíamos muy lejano juntarse. Si surgía, surgía.
Después, el 2004, Mat-urano (ex Karamelo Santo) nos invita a tocar a Buenos Aires. Arriba del avión, hablando de intercambios de bandas, nos acordamos de Maga y quedamos de llamarlos a la vuelta. Llegamos a Argentina, y nos ponemos a ver la cartelera de Página 12 para ver si aparecíamos: Jirafa Ardiendo, el tanto… Maga en Buenos Aires, ese mismo día. María Paz, nuestra mánager, se puso a llamar de un teléfono público en la Plaza San Telmo al mánager de Leo García, que tocaba con los Maga. Nos contactó con el mánager de ellos, argentino, “Ya, ok, vayan a la prueba de sonido”. Fuimos, charlamos un poco, nos invitan al show. Termina, y el mánager nos manda a un restaurant donde están tomando cervezas. Ahí sí conversamos unas cuantas Quilmes, nos sacamos fotos. Quedó el compromiso de un nexo, sobre todo con el mánager. Dos años después surge la posibilidad de que Maga venga como parte del Rock en Ñ, un festival con sede en varios países latinoamericanos, y a nosotros se nos encargó Santiago.
R: Ya nos conocíamos como banda, nos escuchábamos. La María Paz siguió en contacto.
A: Fue un trabajo de fidelización, de confianza. Y el 2006 los tuvimos acá. Hicieron un show fabuloso, nos hicimos muy cercanos – sorprendidos porque la gente se sabía sus canciones, cosa que no les pasó en ningún otro país.
R: Quedaron para adentro. El mejor recital de la gira fue el que tuvieron ese día acá.
A: Me tocó hacerles el tour por el centro de Santiago, el guía turístico…
Músicos extranjeros, parte 2: gira por España, Xoel López y Karamelo Santo
A: Están todos conectados. Se pasan el dato, te van a ver…
R: Así es la escena allá. Una persona clave fue el mánager de Maga, Miguel Ángel. Él gestionó nuestra gira a España.
A: Allá se portaron muy bien. La sociedad que es como su SCD puso una van a nuestra disposición para recorrer el país, con una banda de soporte que iba en su propio vehículo.
R: El primer día llegamos a un hotel todo incluído. Y después, la van. Nosotros decíamos “Oye, ¿qué onda? Qué buena producción”.
A: Antes de partir a España tocamos con Deluxe acá, la banda de Xoel (López) con Miguel, de Maga. Venía de bajista. Todo va conectado: Xoel nos fue a ver cuando tocamos en Madrid, creamos onda y pudimos traerlo. Vamos ocupando las oportunidades del momento, no planificamos, siempre a corto plazo y en medida de lo que se vaya dando.
R: Algo parecido con los Karamelo. No voy a contar la historia completa, porque estaría como 3 horas acá. Pero de la misma manera: contactos. Y ellos son una banda como para decir “Nunca en la vida me va a tocar compartir con ellos, son otra cosa”.
A: Absolutamente otro mundo.
R: Y no. Al final, son mundos que se pueden complementar totalmente. Si estás encerrado en el tuyo, no vas a tener acceso a nada. Siempre hay que ver opciones.
A: Son historias de casualidad, pero también de perseverancia. Si me interesa establecer vínculos, hacerlo. Si hay voluntad del otro lado, perfecto. No dejar las cosas en el aire: concretemos, hagamos cosas.
Músicos extranjeros, parte 3: Yani Como
A: Los Yani Como estuvieron aquí, en esta misma sala (SCD Bellavista) haciendo un taller de cómo se gestiona una banda independiente en España. Cuando fuimos allá se portaron fabuloso.
R: Uno de ellos es dueño de una viña en España, un genio del vino. Era tan increíble que hasta nos dieron unas botellas etiquetadas con Jirafas. Tuvimos una tocata con tres bandas, OVNI -la banda soporte de la gira-, nosotros y Yani Como, en su tierra natal, Aranda de Duero.
A: Tienen el concepto de unir música, cultura y solidaridad. De hecho, esa fiesta iba en beneficio de un colegio rural de ahí. Muy apegados a la comunidad de la que pertenecen.
La conexión con el entorno
A: Aquí mismo vinieron un par de veces con un stand los de Ánima Natural a mostrarse. Son nexos que se hacen: ¿cómo expresar lo que piensas, más allá de la música?
R: En parte se canaliza en los temas. Hay canciones de vegetarianismo, letras de Ale súper claras. Pero no queremos dar ese mensaje específico. Eso cambia en 14 años, tu enfoque sobre las cosas, tus puntos de vista. Nuestra música no es sólo un vehículo: es un fin en sí misma.
A: Y existen otras instancias para decir nuestro pensamiento frente a ciertos fenómenos. Oportunidades, como lo de las bicicletas. En Jirafa no todos son vegetarianos, pero aceptaron tener una agrupación pro derechos de los animales aquí, en los shows. Eso es fantástico, son momentos de respeto y solidaridad para con el pensamiento de los otros.
R: Nosotros tampoco buscamos ser parte de la bicicultura, fue una invitación. Aceptamos altiro, pero no es que estemos buscando ese tipo de cosas. Si hubiera llegado una invitación de un banco, o de Almacenes París, hubieramos dicho que no, probablemente. Hacemos cosas más cercanas a lo que pensamos.
A: Históricamente no hemos sido panfletarios. Hay grupos que en sus letras se expresan directa y claramente. Lo nuestro es más metafórico, críptico.
R: Hay mensajes para quien los quiera leer, pero no es un objetivo ser vocero de algo.
La interpretación de las letras y la interacción con los fans
R: Cuando hacemos letras, suelen tener varias desviaciones. Eso nos gusta, que el trabajo quede por parte de quien escucha, que tenga que interpretarla. Aunque sea algo distinto a lo que pensé cuando la hice. El caso de Espín es un ejemplo súper claro, de eso y de la cercanía con la gente.
A: Desde un principio. Una vez, por ejemplo, hicimos un concurso: Nico Farías y Diego Muñoz eran nuestros roadies, estaban arriba del escenario y parecían uno más. La gente que iba a los conciertos los conocía. Un día inventamos una historia con ellos de protagonistas, y las personas tenían que completarla. Era de extraterrestres, ciencia ficción. Y llegaron muchas completadas (de historia), tuvimos una premiación, resultó muy choro. Así que seguimos relacionándonos con la gente que escuchaba Jirafa con concursos. Así salió lo de ponerle nombre a Espín, cuando estaba hecha la letra… no estaba claro de que se trataba.
R: Ese proceso creativo fueron dos letras, una parte mía y una parte del Ale, y las juntamos. Claro, entera tenía sentidos distintos, para mí era una cosa y para el Ale, otra. Para quien le puso nombre, Felipe -es de una banda de Quilpué, Adhesivo, siempre me encuentro con él, tocamos con ellos en Valparaíso-, era algo más. Fue genial. Tuvo que fundamentar todo el nombre, y puso una explicación científica muy entretenida.
A: Científico-cuántico-metafórico. Eso es puro juego.
R: Ahí nos encontramos sentido. Después de todos esos procesos y partes, tú le das forma y construyes de eso,de todos los aportes.
A: Pasó algo parecido con Pulmonía. Cuando la gente se acercó a hacer el video y querían representar la letra, llegaron con una explicación súper fundamentada.
R: Era parte de una tesis que tenía que explicar toda la apuesta gráfica de un video. Estudiaban algún tipo de diseño, tenían que detallar cómo hacían las texturas – y entre eso tenían que analizar la letra. Hicieron una lectura, y fue buenísima.
A: Resultó que tenían toda la razón.
R: Sí. Yo, cuando la leía, tenía una interpretación que venía de experiencias que me habían pasado. Tenía súper claro para dónde iba, la puse de esa forma. Pero si tú borras eso, era otra cosa. Evidente. Lo que yo ponía eran construcciones súper personales. Ellos le dieron toda la lógica, y fue genial.
Relación vs. Comparación con Radiohead: las influencias de Jirafa Ardiendo
R: Antes nos han preguntado por las influencias. Y yo creo que muchas veces no son tan claras. Uno oye cierta música, y en nuestro caso no está directa en lo que hacemos. Si te contáramos todo lo que escuchamos, los diferentes estilos, estarías de acuerdo. Tendría que ser algo demasiado abstracto – ya Jirafa es abstracto, bastante ecléctico, pero con una coherencia que se ve de lejos. Radiohead ha sido uno de los grupos que han influido, pero no en el sonido. Creo que el sonido es, casi, de consecuencia: tú vas ensayando y vas sacando, descubriendo formas de hacer música, equipos, efectos, software. Sí pienso que es una influencia de libertad a nivel creativo, de cómo hacer formato pop de canción. En ese sentido, muy bien. Ahora, esa sensibilidad sensiblera media Yorke… hay bandas que me habían dado eso mucho antes de conocer a Radiohead, Mercus Rev y varias más. Hay influencia, pero no la principal, para nada.
A: O sea, escucha La Canción del Emprendedor (del Pulmonía) y dime si se parece a Radiohead. O Motosierra (del EP Jirafa Ardiendo), y ve. Nuestros temas son tan diversos que es probable encontrar guiños. Ahora, cuando se habla de parecidos no te dicen que te pareces a, sino que le copias a. George Harrison tuvo, ante un juez, que tocar My Sweet Lord no sé cuántas veces para demostrar que no era un plagio -porque lo estaban acusando, una canción que tú escuchabas y era igual-. Creo que las ideas están en un momento, están en el aire, los artilugios para hacer música y generar sonido son contemporáneos. Las influencias de Jirafa están ancladas bastante atrás y también bastante adelante: ahí tienes mucho para descubrir.
R: En las críticas de discos, siempre sale The Beach Boys y The Beatles, como base.
A: Uno compara con lo que tiene más a mano. Nos han relacionado con bandas que no son nuestros grupos de cabecera, pero nos encuentran parecidos. ¿Cómo explicas eso? Por quien lo escucha, y porque somos hijos de un momento, también.
R: Nos comparaban con Primal Scream, y en ese momento (’98) no los había escuchado nunca. Podemos contarte que para nosotros es más influencia Genesis antiguo, con Peter Gabriel, por las estructuras de canción. Pero nadie se podría imaginar eso, dentro de lo que hacemos.
A: No lo tienen a mano, además.
R: Quizás, los menos, pueden intuir. Pero los demás, tampoco tienen por qué.
A: R.E.M., desde el principio hasta el ’89. Y podemos seguir: Midnight Oil, XTC, Maiden…
R: Rush antiguo, también.
A: Inti-Illimani… Hay una cantera bastante más rica que un par de grupos que pueden estar de moda en un momento.
Enriquecimiento musical con otros instrumentos: el eclecticismo de Jirafa
R: Es una marca genética. Cuando empezamos con el Ale a hacer música, si teníamos algo a la mano, lo usábamos. Si se nos ocurría otra cosa, la buscábamos. Nunca nos limitamos, ni que no suena, ni que el estilo. Nosotros felices de tocar con lo que sea. Totalmente.
A: Ha sido interesante, conocí un montón de instrumentos que nunca me imaginé estar tocando. Vueltas y momentos, las coyunturas siempre van a estar presentes y no aprovecharlas es raro. El caso de ‘Frágil’: Peter Estay, uno de nuestros bateristas es un estudioso de la percusión. Se metió en el tema de los organillos y el chin-chin -de hecho fue secretario general de la Asociación de Chin-Chineros de Chile-. Él guardaba su organillo y su chin-chin en Primate (Estudios Primate, de propiedad de Juan Manuel Méndez y Nicolás Moreno), los teníamos ahí, ¿cuál es más fácil de usar? Había que ocuparlos, cómo no hacerlo. Nico tenía una canción preciosa, y en conjunto con Peter trabajó la adaptación del chinchín.
R: Trato de recordar cómo surgió la idea, creo que fue cuando Nico estaba probando ritmos con la batería y no le cerraba. Ahí se le ocurrió, se juntaron con Peter y ensayaron mucho. Cuentan que al principio no funcionaba, eran ritmos distintos. Pero es así. El trabajo “duro” viene después: amarrar, definir, darle corte a la canción en un disco, pega mucho más pesada. Pero todo desde un proceso creativo súper libre.
Los chicles Jirafa
A: Esta vez vamos a tirar chicles sólo si los piden (risas). No sabemos ni en qué canción los vamos a tirar. Es una idea de hace mucho tiempo atrás.
R: Alguien llegó con un chicle Jirafa, lo vimos, pensamos en comprarlos. Luego pensamos en tirarlos en las tocatas –no los íbamos a dejar en los sillones-, lo hicimos un tiempo, y después se perdió hasta que alguien lo empezó a pedir de nuevo.
A: Tocamos en El Living, la primera vez que ví gente haciendo cola para ver a Jirafa (risas). Un gallo me dice “Mira”, me muestra un chicle que tiene guardado en su billetera, aplastado, y me cuenta que lo agarró un par de años atrás.
R: Eso es súper claro y simbólico. Adquirió otro valor inmediatamente. De hecho, al tirarlos ya le damos otro significado.
A: En el último tiempo los tirábamos en Paliza (del disco Pulmonía), a propósito de la letra: “Lo que comes te hablará”. Te decía algo de lo que estabas comiendo.
R: ¡Pero no se entendía nada, hueón!
A: Pero si te sabías la canción podías interpretarla. Va todo agarrado, es entretenido, un momento lúdico. Nada muy producido ni muy pensado, así surgen oportunidades.
Las anécdotas que le vuelan la cabeza a Jirafa Ardiendo
R: La tocata en el Minotauro. Ahí lanzamos ‘Sopa’ como single, el ’99, con mucha prensa. Estábamos ahí, ¡y se pone a llover! Imagínate. Minotauro Night Club, en Vicuña Mackenna, y las niñas ahí, con sus cosas al aire.
A: Esperando que saliéramos, tenían que trabajar más tarde. Había escenario con caño, espejos atrás, todo estilo caribeño, con palmeras pegadas. Al frente casetas con cortinas, para que las niñas estuvieran ahí. No sé por qué fue mucha, mucha gente, estaba repleto. Prensa, amigos, otros grupos. Llovía, llovía, llovía… y se cortó la luz como una hora.
R: Toda la prensa ahí, y el single era importante para nosotros. Fue terrible. A algunos amigos les corrieron mano. Otro se quedó encerrado en el baño cuando se cortó la luz, no podía salir, no veía nada. Después armamos el escenario con jabas de bebida y unas tablas encima, muy precario, imagínate cuando se movía. La voz sonaba en un ampli de guitarra de 30 watts, y sin luz no teníamos sonido…
A: Todo porque era raro hacerlo ahí, nomás. No fue muy consciente, tampoco. Poca experiencia. Tuvimos que conseguir sonido rápido. Juan Manuel (Méndez) salió con un terno blanco, tipo Sandro, todo muy extraño. No se ha olvidado nunca, haya sonado como haya sonado. Siempre sale Minotauro, fue muy divertido, una experiencia súper rara. Anécdotas hay muchas: Nico (Moreno) detenido en Francia, llegando a París se lo llevan para revisarlo. Un malentendido. Le hicieron sacar todo, él pedía perdón por la ropa sucia. Le pasó de todo en ese viaje: durmió una noche en una terraza, en Barcelona, le dio amigdalitis y estuvo no sé cuántos días internado, con inyecciones, jeringas para sacarle pus de las amígdalas. Hay más, pero algunas son muy cochinas. Quizás salgan en el documental que están haciendo por ahí.
DOMINGO, PARTE 2
Para redondear: este domingo, ¿qué podemos esperar?
A: El show va a ser largo, 30 canciones, muchos invitados. Conscientes de antemano que va a ser emotivo y esperamos estar a la altura de la interpretación. Hay mucha energía contenida, que no sé si vaya a explotar… pero va a ser muy intenso.
R: La procesión va a ir por dentro, no sabemos que va a pasar.
A: Creo que la gente va a hacer la diferencia, se va a crear un buen ambiente de comunión. Conversado, no tocar los 30 temas de largo. De hecho, va a haber dos bloques, eléctrico y acústico, con un intermedio.
R: Como es el último, nos podemos dar licencias, tocar tantos temas, pero queremos que sea entretenido. Viene gente de Conce, Serena, Valpo…
A: Mucha gente que probablemente va a ver por primera y última vez a Jirafa. Va a ser una experiencia curiosa, distinta para nosotros, en un horario no muy usual que va a permitir que mucha gente venga. Además, imagínate la cantidad de invitados, ¡el camarín! Va a ser una fiesta en sí mismo.
¿Tienen clara cuál va a ser la última canción de la última tocata de Jirafa?
A: Si -pero no la vamos a decir-. El setlist está hecho hace mucho tiempo, elegidas las 30 canciones y el orden. No vamos a tocar todo lo antiguo de Jirafa.
R: Las canciones que no tocamos hace tiempo son del Persona, sobre todo. De hecho, partimos con una Canción Fantasma. Se van a sorprender – yo me voy a sorprender con el show (risas).
A: El repertorio va a estar repartido. Es súper representativo de todos los momentos, todos los estados de ánimo de Jirafa. Yo creo que ustedes terminarán chatos y se van a empezar a ir antes.
COMPAÑEROS EN EL FINAL
Está claro, el domingo va a ser un día especial, por todo lo mencionado y más aún. A la carga emocional inmensa del show para la banda se van a sumar no sólo las sensaciones de todos los presentes como público, sino también las de aquellos que estarán como invitados. Inevitable averiguar, entonces, las reacciones previas de al menos un par de ellos, sobre Jirafa y sobre la oportunidad de estar en su última vez:
Javier Barría, cantautor
“Para mí, Jirafa es un ejemplo de perseverancia y cariño por la música y los fans, a lo largo de sus 14 años de trayectoria. Toda mi admiración por eso, se merecen este final apoteósico. Y el hecho de que me hayan invitado, pues, ¡muy agradecido! Compartimos escenario una vez el año pasado, y fue la raja.”
Manuel Burgos, bajista de Golem
“Tuve un primer acercamiento con el baterista de Jirafa en Balmaceda 1215, en un taller. Pasaron los años y con Golem, nos encontramos con Jirafa como banda afín. En eso, Javier Huerta (manager de De Saloon), nos propone tocar juntos en Sala Master, donde nos conocemos. A ellos les gustó nuestra música. ¿Mi sensación sobre el final? Como amigo, siento que es algo que tienen que hacer, es una decisión que respetamos. Como colegas, es una pérdida para la escena. Pensaba que tenían cuerda para largo.”