El fotógrafo Pepo Fernández y el periodista Nico Castro son, además djs. Y juntos forman Aeróbica, un dúo que ya se encuentra encaminado en crear sus propias noches de fiesta con un público cada más fiel y creciente. Este sábado celebran su tercer aniversario y conversamos con ellos.
El periodista y DJ Nico Castro dice, tanto él como Pepo, tienen muy marcado el recuerdo del almuerzo en donde se les ocurrió el nombre Aeróbica, hace un poco más de tres años. “Habíamos pasado cuatro o cinco meses tocando juntos esporádicamente, desde la primera vez que lo hicimos funcionó muy bien. En ese tiempo yo trabajaba programando agenda en el club Noa Noa y era residente de una de la noches y se nos ocurrió hacer una noche que fuera los primeros sábados de cada mes donde tocáramos juntos toda la noche, que son seis horas. Eso es un set muy largo para lo que se acostumbra. En general se toca una o dos, porque los promotores prefieren llenar de muchos djs un cartel para que ojalá llegue más gente”.
Pero ellos dijeron “privilegiemos la noche. Toquemos toda la noche, desde la hora en que nadie quiere tocar, que es cuando se abre el club. Y el concepto Aeróbica se nos ocurrió porque sonaban muchas cosas que tenían una estética ochentera, aunque fueran canciones más recientes, y existía esta energía de clase de aeróbica. Y se transformó en la fecha que más esperábamos cada mes. Ese primer sábado se llenó y así siguió, se quedaba gente afuera, abríamos a las once y a la media hora estaba lleno. Fueron cosas que empezamos a notar que eran muy atípicas de la fiesta normal, que tanto el Pepo como yo hacíamos y como todo el mundo hace, que se llenan a las dos de la mañana, que tienes que estar rogando para que la gente entre. Acá era al revés, era como llega temprano, te vas a quedar fuera y. Yo llevo hartos años en esto y no había sentido algo igual”, dice Nico.
Pepo dice que Aeróbica nació por instinto y también necesidad. “Era un sentimiento en común que nos faltaba escuchar lo que nosotros queríamos escuchar en una fiesta, que no fuera techno, básicamente porque en la escena ya había mucho techno y a mí me gusta el techno, pero quería escuchar otras cosas. Y ahí fuimos hilando conceptos. Dentro del house, lo deportivo siempre ha sido como un motif. Se hacen muchas canciones con samples o con ciertas líricas relacionadas con el sweat y que también se relaciona con el club. Esta cuestión del movimiento y el sudor, la pasión de la noche, es algo que convive en el gimnasio y el club.
Nico dice también que esa aguja apuntando al techno no era algo azaroso. “La noche yo creo que pedía oscuridad, porque afuera… Esto era agosto del 2019, todos sabemos lo que se estaba cocinando, el ruido ambiente que había.
“También fue evolucionando hacia algo mucho más grande de lo que nosotros esperábamos. Creo que también porque era como el tipo de música que se tocaba, que era mucho más festiva y alegre, que se inspiraba mucho más en la felicidad o en la comunión, como esas cosas que generalmente yo no encontraba en el techno, que es como mucho más mental o mucho más oscuro. Es otro tipo de escapismo con el techno que con el disco. Con el house estás mucho más alerta y mucho más despierto, no tienes que estar en alguna sustancia para poder enganchar con la música. Nos gustaba mucho la idea de que como que podíamos invitar a nuestros amigos pero también a nuestras mamás, hacer una fiesta donde nos sintiéramos seguros, que supiéramos que ambas personas tan distintas la iban a pasar bien”, dice Pepo.
El club Noa Noa, ya cerrado, estaba ubicado a metros de Plaza Baquedano, por Merced, frente al Parque Forestal, el epicentro de las protestas y de la represión policial en la capital, a partir del 18 de octubre del 2019.
“Muchas veces Noa Noa no podía abrir. Tuvimos que cancelar una Aeróbica porque había una micro cruzada en la mitad de Merced. Entonces, la música que nosotros tocábamos o donde nos inspirábamos, creo que fue muy a la par con lo que la gente necesitaba. Un poco de contención, un poquito de felicidad. Obviamente está la persona que con el estallido quería ir a bailar techno como para como echar la rabia, pero había mucha gente que necesitaba completamente lo opuesto”, dice Pepo.
“El día que le dispararon a Fabiola Campillay. Algo terrible. ¿Cómo seguir trabajando en ese contexto? Cuando comenzó el estallido dejamos de hacer fiestas, pero después de un tiempo teníamos que trabajar”, continúa. “Lo que nosotros queríamos era, musicalmente, hacer una selección de canciones que pudieran calmar, tranquilizar o entregarle un momento de felicidad a la gente, sabiendo todo lo que estaba pasando afuera, literal. A veces estábamos tocando y los pacos pasaban a las tres de la mañana a paquear a la gente que se estaba fumando un cigarro en la puerta y la gente corría a resguardarse adentro. O el guanaco tiraba agua hacia el Noa Noa”.
La última fiesta Aeróbica se hizo en el Teatro Coliseo, en julio. Arriba del escenario estaba el dúo de djs, integrantes de House of Keller dándolo todo con su baile y además, un grupo de gente que parecía ser la mamá, el papá y la hermana de alguien, al fondo, bailando felices.
“Era mi mamá”, dice Nico. “Estaba de cumpleaños al día siguiente, o sea, a las doce de la noche. Entonces fue con mi papá, fue con mi hermana, fue con una prima. No es primera vez. Y es muy divertido porque de repente se me acercaba y me decía ‘yo conozco eso, yo bailaba esa’. Eso es muy lindo. La fuerza que tiene eso, que te aparezca una canción puntual que tiene que ver con tu memoria emotiva y te haga bailar, te cambia el mood completo y puede que alguien no haya conocido el resto de las canciones que sonaron, pero te acuerdas de la que sí y nosotros nos damos cuenta porque al día siguiente, quizá esos momentos más emotivos son los que más aparecen en la historias de Instagram que la gente sube. Nos encanta tocar también para que la gente se lleve momentos inolvidables y al final muchos djs tocan para sí mismos y está bien, pero a nosotros nos gusta la gracia de esta retroalimentación que hay con la gente”.
—¿De qué forma ustedes que la noche habla sobre el contexto en el que vivimos?
—Nico: Yo creo que hay dos cosas que pasan. Una, que la noche sola te dice cosas y hay otras que tú también puedes moldear. La noche acelera cambios y esto viene con la historia de la música de baile desde los setenta en adelante. Era el lugar donde se encontraban todas las personas que no tenían mucha cabida en la sociedad de lunes a viernes y encontraban acá su espacio de aceptación, de comunidad, un lugar seguro. Y nosotros siempre, tanto en Aeróbica como en Paraíso, que es la otra fiesta que tenemos, buscamos que sea un lugar que acelere cambios que se están dando de manera natural pero lenta. Hacer que mucha gente que quizá no se siente tan en confianza o tan protegida por la sociedad en la semana, pueda encontrar acá un espacio donde se exprese, donde no reciba burlas, donde nadie la mire raro. Entonces, hemos ido generando algunas cosas a pulso, con medidas que pueden parecer muy controladoras para algunas personas. Hemos tenido que echar gente que no está siguiendo los lineamientos de la fiesta, que pasa a llevar a una mujer o que tiene transfobia en el baño. Esa gente no es bienvenida a la fiesta. También tenemos un rincón seguro, donde hay monitoras que ayudan a la gente por diferentes motivos: si le cayó mal a alguien cualquier cosa que hayan consumido o si se vieron violentados por algún tipo de fobia.
—Pepo: Tenemos un protocolo hecho por nuestra amiga Fran Mellado, que hizo una recopilación de distintos lineamientos de festivales, fiestas y clubes de otros países. Era demasiado importante para nosotros, incluso desde Noa Noa, la experiencia de la gente. Ahí era más musical porque estábamos en un club y lo que había que hacer era mover la fiesta, pero comenzaron a entrar muchos otros factores desde que empezamos nosotros a producir nuestros propios eventos. Empezamos a recoger muchas cosas de experiencias de las fiestas que habíamos hecho antes o de problemas en general en relación a la noche más under, como por ejemplo, estructuras precarias, mal sonido, copetes malos o los baños en mal estado.
—Nico: Ser mujer e ir a una fiesta más under es incómodo, porque simplemente no puedes hacer algo tan básico como ir a un baño.
—Pepo: O que nadie se hace responsable por nada. Entonces nosotros queríamos, si realmente íbamos a tener el control de crear una noche de principio a fin, poder hacer que la gente que viniera se sintiera bienvenida en todo sentido.
—Nico: (Sobre el contexto) Yo creo que también es un reflejo de muchas cosas que uno ve, quizá más claramente en música que tú y yo cubrimos Javi, más de bandas y tocatas, que hemos visto cómo también la gente, el mismo público le pide más accountability a su artista. Ya no da lo mismo cómo piensan, cómo operan. Si un artista no detiene una estampida o no detiene un abuso, eso se habla. Nosotros desde que volvimos en este como limbo post encierro, que no es post pandemia sino post encierro, igual nos hicimos cargo de que la fiesta no tenía que bajar de nivel, sino que tenían que subir tanto en temas técnicos, pero en términos sociales también. Hacemos una fiesta que pasó desde las 200, 300 personas, a 500, 700 y ojalá más de mil en el aniversario, nosotros seguimos siendo quienes respondemos cada uno de los mensajes de las redes sociales. Si alguien tiene una situación complicada, si alguien nos da feedback, Pepo y yo leemos el mensaje, lo comentamos entre nosotros, le damos una respuesta, le damos una solución.
—Pepo: La gente sabe eso, sabe que somos nosotros los que monitoreamos la cuenta. Al final, igual nosotros somos la cara de la cuestión. Entonces como que por lo mismo nosotros damos la cara como cuando alguien necesita algo. Nos van a ver muchas veces a mí o al Nico resolviendo alguna situación que particularmente haya tenido alguien, si es que llega a haber algo.
Les cuento que, sin buscarlo, el 2022 ha sido el año en que más se ha repetido una conversación específica al entrevistar a artistas locales: cómo el placer y el goce se castigan en Chile. Les pregunto a Pepo y Nico qué piensan de eso, al ser ellos creadores de un espacio que apunta al disfrute.
—Nico: Yo creo que se castiga incluso desde los mismos músicos y músicas. Yo, que he cubierto música “seria” toda mi vida, de instrumentistas y gente muy talentosa, veo que hay muchas trancas que arrastramos de la dictadura. Venimos hace tres años hablando extensamente del daño que ha hecho la dictadura en un montón de cosas que son muy tangibles. Que son muy obvias e incluso mucho más urgentes que esta conversación. Se ha castigado mucho el goce y el uso de espacios públicos. Creo que son dos de los daños más grandes que se le ha hecho a más de una generación. Y hoy día uno ve que entre los mismos pares, entre los mismos djs, que quizás creen que nos tomamos menos en serio lo que hacemos, porque lo pasamos muy bien haciéndolo y porque nos reímos de eso. Desde algo tan de nicho como ese mini conflicto, hasta músicos mirando en menos a gente que hace una música electrónica, porque no tocan el instrumento, sino que tocan un sintetizador y que eso tiene un secuenciador, entonces ni siquiera tienes que tocarlo.
Ese enemigo que uno cree que está afuera y que es como gente externa, si está. Pero incluso dentro del mundo cultural el baile es mal visto, la entretención es mal vista y eso es algo que tiene que cambiar. Y siento que habiendo estado en todas esas veredas, nada me ha reflejado más la sociedad que yo quiero que estas fiestas. No hay lugar donde yo sienta más esperanza que ahí. En el resto, e incluso viendo cómo se conducen artistas, bandas, managers, promotores, medios de comunicación, etcétera, siento desesperanza muchas veces. Pero acá se siente como que la sociedad va cinco o diez años adelantada a lo que pasa afuera de ese espacio. Y esa gente que lo mira en menos o que lo castiga, me encantaría que fueran ahí, porque yo mismo estuve fuera de ahí o haciendo bailar en otra instancia y la liberación que sentí es impresionante.
—Pepo: Hay algo de lo que nos dimos cuenta cuando fuimos a Brasil. Amamos Brasil por diversas razones, pero una de las cosas que nos marcó harto fue que allá los artistas que conocimos estaban muy emocionados de ver a todos tocar, independientemente de si eras local y querías ver a otro loca. Había un sentimiento de hermandad o apoyo casi que inmediato. Y algo que hemos sentido recientemente, ahora que la fiesta agarró mucho vuelo, es que nos sentimos un poquito como fuera de la escena, entre comillas. O sea, en un momento como que como que nos distanciamos un poquito de la escena, por nuestra postura del pase de movilidad. Nosotros creíamos que era algo bueno y queríamos fomentar que la gente se vacunara. Eso versus a la mayoría de las fiestas de la escena en Santiago que no querían pedir pase. Y yo en lo personal no quería ir a ninguna fiesta donde no pidieran pase, porque no me sentía seguro. Y tampoco quería hacer que alguien viniera a mi fiesta si no tenía pase porque yo no quería obligar a gente que sí vacunó a estar con gente que no, porque es una decisión importante para alguien. Entonces como que tuvimos cierto distanciamiento con la escena de la música electrónica. Pero es algo que me gustaría mucho que sucediera en Chile, que los artistas se apoyaran como yo lo vi en Brasil. Queremos que a todos nos vaya bien.
—Nico: Y mientras más se profesionaliza y la vara esté más alta, la gente, el público, tendrá un estándar distinto de comodidad y experiencia. Para nosotros el estándar técnico no cambia si hay un internacional o un nacional. Hemos hecho la mayoría de la fiesta solo con artistas nacionales y el estándar técnico de sonido de escenario de todo es igual a como cuando vino Hercules and Love Affair. Ojalá artistas de acá y allá toquen con las mismas condiciones, porque el público se da cuenta cuando ve a alguien tocar en esas condiciones dice wow, no había cachado. Me comentaban cómo no habían cachado lo increíble que es la Lorelei o la Kamila Govorcin. Es un hándicap la diferencia de la técnica con la que toca un artista local en una fiesta under, versus con el que toca un artista internacional cuando viene a un evento de superproducción. Es una desventaja demasiado grande. Nosotros tratamos de esforzarnos mucho por derribar esa barrera y porque toquemos con el mismo estándar.
—Pepo: Algo que nos interesó mucho también fue poder darle plataforma a distintos artistas, nombres que como que ya están en la escena que sabemos que pueden montar un show increíble si es que uno les da un rider técnico bueno o simplemente les preguntas ¿qué necesitas? ¿Con qué quieres tocar? Casi nunca te preguntan. Entonces yo creo que ahí también está la diferencia entre alguien que hace fiestas porque les gusta hacer fiesta y alguien que un DJ que hace fiestas. Hay una diferencia cuando hay un músico, una música detrás de la producción o del concepto.
—Nico: Una de las cosas que más nos emociona del estado al que ha llegado Aeróbica es que, por ejemplo, la fiesta de aniversario va a durar once horas y eso nos permite usar nuestra plataforma al servicio de artistas en que nosotros creemos un montón que nos encantan y que por ejemplo viene el colectivo de Brasil Gop Tun y también Giu Nunez. Decidimos abrir nuestra plataforma a gente local y regional, con el deseo de unir a esa escena. Y finalmente conversando en estos viajes que hicimos a tocar este año, con gente de Colombia, Perú, Argentina, nos dimos cuenta de que estamos todos en las mismas problemáticas. Cada país es muy diferente, pero las problemáticas y los anhelos son los mismos, entonces poder usar esta plataforma que ya sabemos que hay un piso de gente que va a ir, que contamos con más o menos recursos para poder hacerlo, vamos a buscar a ese artista de otro país que nos encanta y que quizá no tiene público todavía aquí, pero que creemos en él.
—Pepo: Estamos todos con el sentimiento de que post pandemia el interés en común que tenemos, así como muy fervorosamente, es que queremos demasiado crear puentes o el lazo entre todos los países latinos más allá de Europa o Estados Unidos. Creamos una edición de Aeróbica que se llama Unión Latinoamericana, donde traemos a una fiesta o colectivo latinoamericano. En el aniversario de este sábado, va a ser la segunda edición. La primera fue hace un par de meses atrás con Por Detroit, que es un colectivo y una fiesta queer, que también es un sello en México. Y ahora vamos a traer a Gop Tun, que son estos cuatro amigos que nos llevaron a su festival ahora en abril a tocar a Sao Paulo. Tenemos una lista de colectivos o fiestas que queremos traer bajo la premisa de Unión Latinoamericana, donde podamos hacer un showcase de distintas fiestas de Latinoamérica que están pasando y que dan mucho que hablar.
—Algo que he hablado con artistas electrónicas chilenas es lo aburridas que se sienten del panorama. Están chatas de las conductas misóginas en algunas partes de la escena electrónica chilena. O también de discriminación de clase. ¿Ustedes ven algo de eso? ¿En qué contexto se inserta Aeróbica en la escena local, pensando en esas problemáticas?
—Nico: Es una súper pregunta porque creo que hay muchas problemáticas y muchos puntos que a mí no me gustan y no me hacen sentirme tan parte. Por ejemplo, como que pese a que algunas de las exponentes más bacanes son mujeres, hay muchos carteles en los que no entran o ni siquiera se dan cuenta de que no hay mujeres ahí. Creo que esas problemáticas que te han comentado sí, hay algo de eso. Pero también es cierto que la escena electrónica chilena, como insinuaba el Pepo, a diferencia de otras que hemos visto, es súper fragmentada. Son pequeñas islas tratando de agarrar un botín que no es grande. Ravers activos o gente que salga periódicamente de clubbing todos los fines de semana es poca. Y hay una especie de canibalismo por llevarse a ese público, entonces, siento que de cierta forma hemos intentado captar gente que no esté necesariamente o activamente de clubbing, porque no nos interesa canibalizarla, nos interesa agrandarla. Esa es una de las cosas que me da un poco de lata que sea tan fragmentada, tan de pandilla, tan de gente que al final está trabajando para ella misma y sus amigos y no para construir una escena.
—Pepo: El Nico una vez me dijo algo que nunca se me olvidó. Dijo que hoy tenemos muchas más cosas que nos unen que las que nos separan. En relación a todos los artistas, como en una mirada más global de la escena chilena, yo creo que perdemos demasiado tiempo concentrándonos en todas esas cosas que nos dividen, que no son tantas, que son importantes en ciertos casos, como por ejemplo, es como el factor de clase, que obviamente en Chile siempre va a ser un gran tema, porque somos un país muy, muy, muy desigual, entonces, yo creo que la problemática va mucho más allá de nosotros, pero si bien, viniendo desde un lugar de privilegio, creo que siempre hemos sido súper conscientes de eso y siempre hemos intentado ocupar ese lugar y abrir puertas para otra gente. Yo vengo desde una vereda súper gay. Nunca pasé piola y no me interesa pasar piola y por lo mismo siempre me ha interesado abrir puertas desde lo queer, desde el factor de clase.
Tiene que venir acompañado de acciones concretas, por supuesto. De poder completar la misión, en parte, social que tiene la pista de baile. Que realmente sea un lugar donde convergen muchas personas y que se sientan seguras viniendo de la vereda de donde vengan. Por ejemplo, algo que ya empezamos a implementar en nuestra fiesta es una lista trans no bionaria gratis. Entendiendo que hay distintas comunidades que están mucho más vulnerables que otras, la idea es poder abrir espacios. Hay otras fiestas también como por ejemplo la Fiesta Dame, que es mucho más techno y ahí la gente ya sabe que tienes que ir y respetar al otro, si no, no hay cabida no más. Al principio, cuando estábamos haciendo Paraíso, nos pasaba mucho que venía gente en las primeras fiestas veían que había mucha gente gay y como que se iban porque decían yo no quiero estar acá. Y hubo un recambio de gente demasiado importante. Hay gente que simplemente no quiere ver tanta diversidad, ¡que no entiendo cómo puede eso ser un problema! Pero la gente que no quiere ver eso, simplemente decide no venir. Y como que mucha gente después de eso no vino y la energía cambió. Es una cuestión impresionante. La energía de la gente era muy distinta.
—Nico: Hay una cosa que a los dos nunca se nos olvidó. En abril hicimos una Paraíso con Avalon Emerson, que es una dj de primera división. Cuando terminó ella su set de tres horas fuimos a conversar atrás y ella me dijo que le había pasado algo que no le pasaba hace mucho tiempo: que durante todo el set miró a la primera fila y veía pegadas a la reja todo el tiempo a mujeres u hombres con demasiada feminidad expresada. Así sintió ella la fiesta y que no pasaba siempre, en las primeras filas suelen haber hombres, mirando si tocó bien el mixer, mirando si no está marcando rojo, mirando para corregir algo, sin bailar.
Y le dije que no sabía lo importante que era para nosotros lo que nos estaba diciendo, porque llevamos calibrando a mano este ambiente de la fiesta desde que empezamos y creo que hasta el día de hoy es lo más bacán que alguien externo a la fiesta nos ha dicho. O que una dj local que nos diga ‘yo ya no estaba saliendo, pero cuando ustedes me invitan a tocar acá me quiero quedar, no quiero llegar a tocar e irme, sino que quiero llegar temprano a ver al resto, tocar y quedarme a bailar’, porque ya no le estaba pasando. Ese tipo de cosas para nosotros como promotores, pero al mismo tiempo, djs, es el mejor indicador de que vamos bien.
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