Todos los policías son bastardos. Tu tío simpático, la paca quemada. La institución policial es el enemigo del pueblo, el faldero de las esferas de poder que nos quieren pasivos y obedientes. Todos los policías son bastardos, hace rato lo tenemos claro, pero el último mes hemos sido testigos de pacos enajenados, violadores, represores, abusadores de poder, desclasados con chipe libre.
¿A quién llamamos cuando la policía mata? A otros como nosotros y nosotras, porque en estos últimos 30 días tenemos registro de sobra para que esta rabia interna mute a odio: los pacos violan mujeres, los pacos humillan abuelos, se ríen de gente en silla de ruedas, matan a lumazos, nos dejan ciegos.
Ni todas las leyes de protección hará que carabineros sea una institución a respetar, no después de ver cómo entraron a un liceo a balear a secundarias, escuchar sus indolentes declaraciones respecto a lacrimógenas vencidas o supuestos perdigones de goma, estudiantes abusados, poblaciones reventadas. Carabineros de Chile mata a Chile. Chile sabe que todos ustedes son unos bastardos.
A 30 días de ese viernes caótico que nos tiene sobreviviendo entre impotencia y muertos, una selección de canciones para mantener entereza de la lucha con un motor claro, como el canto que se escucha todas las tardes en el centro de las ciudades: “las balas que nos tiraron van a volver”.