Una de las violencias más grandes a las que nos enfrentamos durante el final de octubre, fue escuchar a Sebastián Piñera asegurando que nos encontrábamos en una guerra. Según Piñera, la cabeza al mando de las decisiones que han desembocado en heridxs, muertxs, violadxs y reprimidxs, estábamos en una lucha armada, nosotros contra un peligroso y poderoso enemigo.
La cosa es que nunca vimos tal enemigo en las calles, ni entre nosotras y nosotros. Nuestras manos no portaron más armas que ollas y cacerolas, cucharas de palo, banderas, pitos, y carteles; mientras ellos, los peligrosos y poderosos en serio, se enfrentaron a su pueblo a punta de gases, perdigones, balas, lumas, amenazas.
Chile no está en guerra, no en la que creó en su mente. Modismo, el netlabel conformado durante el 2007 por un grupo de amigos y amigas productores de Santiago y la Quinta, levantó una serie de compilados titulados Chile No Está En Guerra, tirada conformada de cinco volúmenes con una curatoría que abarca diversas sombras y luces de la electrónica local.
“La idea se gestó el día de la intensa jornada de manifestaciones en todo el país. El presidente Piñera dijo que ‘estábamos en guerra contra un enemigo poderoso, implacable, que no respeta a nada ni a nadie, que está dispuesto a usar la violencia y la delincuencia sin ningún límite. Ese día sacó a los militares a la calle e instauró el toque de queda. No le dimos muchas vueltas, lo conversamos con el equipo Modismo y nos pusimos a trabajar. Había que actuar en protesta ante esta frase y toda la violencia desmedida que provocó”, nos cuenta la directora del netlabel, Alisú.
Mediante una convocatoria abierta a todas y todos los productores de música electrónica, Modismo invitó a la lista de artistas que, a partir de una consigna, presentaron temas “inéditos con samples y ambientes de todo lo que está pasando en Chile”. Hasta la fecha límite llegaron un montón de piezas, eligieron sesenta y le dieron vida a lo que hoy se puede escuchar en su Bandcamp.
Cinco volúmenes, cada uno compuesto por 12 canciones. En la urgencia de aquellos días que parecen lejanos pero que están lejos de acabar, Alisú, André Baradit y Miguel Jauregui crearon una línea editorial para toda la serie: “los dos primeros son más bailables y muy contingentes con samples de ambientes, combativos y energéticos”. En estos, abundan los “Piñera culiao”, “Piñera conchetumadre”, “fuera los milicos”, “el pueblo unido, jamás será vencido”; al ritmo de beats intensos, apresurados, algunos más latinos, otros más calmos, siempre directos, de excelente puntería sonora y compositiva.
“El Tercer compilado es más dubby, con muchas texturas exquisitas”. Lanzado el 25 de noviembre, esta pasada que contempla proyectos como Oscilador, Manglus, Pirada, Allpa Puruma y Breadman, entre otros, evoluciona tal como lo hizo la calle. La desesperación se apodera de la música dándole matices en los que nos podemos refugiar, tal como las plazas que ya llevaban un mes albergándonos. En ese lugar, virtual en el caso del V.3 o geográfico en el caso de nuestro territorio, el relato comenzó a mutar y dentro de tanta pena, injusticia e impunidad, nos encontramos con tracks como ‘Nunca es malo un cambio’, ‘Amor a la primera línea’ y ‘Sol y Mar’.
En su cuarta y quinta entrega, nos encontramos con lo experimental, el ambient y el downtempo. Tratamientos depurados de los primeros sentimientos, tracks que bucean en el hastío, la repetición, la putrefacción, pero también por la dignidad, la evasión como sinónimo de liberación, nuestra tierra, las plazas, las piedras.
La última parte, estrenada el pasado 9 de diciembre, viene a cerrar -por el momento- esta serie de sonidos y composiciones que retratan el horror que hemos vivido en los últimos casi dos meses. Un trabajo que abraza recordándonos lo que significó llegar hasta acá. “Por ahora estamos enfocados en difundir este material y juntar dinero vía Bandcamp para ayudar a los jóvenes valientes que han sufrido daño ocular en las marchas pacíficas”, nos cuentan desde el label, no sin antes recordarnos por qué estamos acá, haciendo esto, aunque a veces parezca un sinsentido, aunque a veces sintamos que las palabras y los sonidos son nada al lado de las armas y la impunidad.
“Hacer música, ahora, con contenido político, es un acto de anti-sometimiento a lo que este gobierno nos impone. Es expresar y visibilizar lo que estamos viviendo como país y dejar en evidencia las violaciones sistemáticas a los derechos humanos. No es fácil componer y expresarnos en este ambiente tan hostil, sin embargo, lo hicimos y nos unimos con diversxs productorxs, de distintos países, para en conjunto y poder ayudar a las víctimas de la represión”.
*La foto es de Pablo Tomasello, fotógrafo que registró las marchas en Valparaíso. El arte está a cargo de Alisú, menos el segundo compilado, a cargo de Anis Estrella.