Babasónicos: Encontrarnos nunca está demás

Un mix entre éxitos radiales, clásicos y novedades extraídas de su última placa, Trinchera. A pesar de ser el show con peor sonido de todas las jornadas, la característica expresividad interpretativa de los hermanos Diego y Adrián quedó bien para curiosos, fanáticos, y Pulpistas. También nos dejó con ganas de tener carteles con más números bajo propuestas especiales. ¿Cómo hubiese quedado la jornada con un “Babasónicos celebra 30 años de Infame” o revisitando algún disco de forma completa?


En palabras del propio Adrián Dárgelos: grato. Con Babasónicos la cosa ya se siente como viejos amigos. Son reconocidos, reconocibles y queridos por la audiencia de Fauna Primavera, un lugar que ganaron siendo una de las carreras más importantes del rock vecino. Tienen una discografía contundente y variada: ventiscas punk con estampa latina, rock psicodélico, incursiones electrónicas, boleros, pop radial, poemas e historias hechas canción.

Cada músico sobre escena sabe qué hacer, cuándo hacerlo. Show probado de una banda activa en estudio, en vivo, en festivales, en salas llenas por su cuenta. El setlist podría considerarse tibio a ratos, porque es en esta misma gracia de la abundancia y variedad, que se va perdiendo una línea que seguir. El eje conductor es nada más –y nada menos– que Babasónicos. No fue un concierto para promocionar su más reciente disco Trinchera, ni nostálgico como se sentía la mayoría del público con la eminente llegada de Pulp.

Si bien hubo repaso por la placa, con varios temas como ‘Mimos Son Mimos’, ‘Paradoja’, ‘Anubis’ o la increíble ‘La Izquierda de la Noche’, el concierto se sintió mucho más como un grandes éxitos. ‘¿Y Qué?’, ‘Microdancing’, ‘Vampi’, ‘Sin Mi Diablo’, ‘El Colmo’, ‘Carismático’, ‘Yegua’, ‘La Lanza’, ‘Putita’, ‘Irresponsables’, hasta ‘Deléctrico’ son canciones populares, muchas de ellas radiales, orejas, sensuales, bien construidas en lo musical y lo literario.

Las canciones de Babasónicos se disfrutan, agitan el alma cuando el canto se vuelve masivo, cuando se recitan como verdades universales. El concierto tuvo bastante de eso, demostrando varias veces con el impulsivo y estudiable hábito de levantar celulares para registrar segundos del coro del hit que suena. Para mala suerte de estas canciones, de todo lo que tuvimos la posibilidad de ver en las dos jornadas de Fauna Primavera, esta fue una de las pasadas con peor sonido. Y más doloroso aún, bajo.

Nos quedamos con la tranquilidad de saber que son una banda que volverá, que acudiremos al encuentro con el mismo entusiasmo de siempre. Tal como reuniones con amigos, no siempre son delirios de euforia, ni profundidades de la humanidad. A veces es sólo tomar el fresco con un buen disco de fondo, una tarde grata. De esta jornada agradable, nos llevamos como gran recuerdo el poder vivir la experiencia en-vivo-en-festival de ‘La Pregunta’, una de los puntos más altos que ha tenido el rock latino en décadas.

Sí nos quedamos con las ganas y cosquillas de poder complejizar lo que vemos en un festival. Las bandas, como es el caso de Babasónicos, ya dan bastante de sí con su performance, interpretación, energía, trayectoria. Sería entretenido y refrescante ver más shows especiales, agrupaciones que celebran algún disco de forma íntegra, colaboraciones inéditas en escena preparadas para nada más que una ocasión. Cuando eres Babasónicos no parece nada de descabellado leer tu nombre al lado de propuestas como “celebrando los 30 años de Infame” o “revisitando Pasto”. En pedir no hay engaño.