La noticia del regreso a Chile de Axl Rose y compañía para este año, no dejó indiferente a nadie. Mi muro de Facebook se llenó de comentarios desde todos lados y de todo tipo: que ya no canta como antes, que se reunieron solo por la plata, que falta Izzy Stradlin, qué aquí y qué allá. Esa mañana de la confirmación, le comenté a mi vieja por mensaje que volvían los Guns. Ella, casi tan extasiada como yo, me dice que “hagamos una locura” y vayamos al concierto y de la nada, casi como por arte de magia, en el cable justo pasan el video de ‘Estranged’. Una verdadera joyita audiovisual.
La banda más peligrosa del mundo siempre ha estado ligada a pasajes de mi vida. Quizás el primer recuerdo que se me viene a la cabeza es de hace unos años atrás, visitando a mi amigo Héctor que en ese tiempo vivía en la población Santo Tomás, cuando estaba el boom entre Los Guarenes y Los Phillips. En ese sector pasan muy pocas micros, por lo que hay que andar en taxi para salir hasta Santa Rosa o a Vicuña Mackenna para tomar micro. En una de esas largas tardes de jugar Play 2, ver películas o leer cómics, se me hizo tarde para devolverme en micro, por lo que mi amigo me acompañó a tomar un auto.
No pasaron ni diez minutos cuando Los Guarenes se agarraron a balazos con sus rivales, a lo que en ese momento pasa un taxi escuchando a todo volumen ‘Welcome To The Jungle’. Me subí más que rápido y el Héctor se despide con un “bienvenido a la selva weón”, en una suerte de bautizo a fuego con la Santo Tomás.
El recuerdo más nerd que tengo con la banda (y me imagino el de muchos de ustedes) es con Terminator 2 y John Connor arrancando en moto al ritmo de ‘You Could Be Mine’. ¿Quién no soñó con tener un robot que lo protegiera, o con una Atari Portfolio para hackear sistemas de seguridad? Aparte de ser una de las mejores películas del universo, la banda californiana estaba en la cresta de la ola en su carrera musical, con el disco Use Your Illusion sonando en todo el mundo, álbum con el que debutaron en el país.
La primera vez que escuché el Use Your Illusion fue en un viaje de vacaciones a Coronel. Tenía once años y el aburrimiento me consumía por las tardes. Sin videojuegos, con capítulos repetidos de Dragon Ball Z por la tele y mi primo favorito haciendo el Servicio Militar, el sur ya no tenía la misma gracia que en años anteriores. Hasta que llegó su hermano, al que poco y nada conocía en ese momento. En realidad lo conocí cuando tenía 5 años, pero poco y nada me acordaba de él.
El Iván había vuelto recién del Servicio Militar y siempre fue muy introvertido, pero en ese momento, notando mi aburrimiento, me invitó escuchar a su banda favorita de la vida. Agarró la radio, la instaló en la pieza, sacó el cd original del Use Your Illusion II y lo echó a andar. A esa edad escuchar los niveles épicos que llegan ‘Civil War’, ‘Knockin’ on Heaven’s Door’ o la misma ‘Estranged’, es algo que marca a fuego y más aún si se estrechan lazos inquebrantables con tu familia. Desde ese instante, ese álbum pasó a convertirse en uno de esos discos que se deben mostrar a alguien que esté en busca de su camino musical. Ese disco simplemente puede cambiar tu vida para siempre.
Los Guns siempre han estado en mi órbita. El primer cassette que tuve de ellos fue el Appetite for Destruction, que venía en una caja de zapatos llena de cassettes que me regaló el hijo del patrón de la pega de mi vieja. Era una caja llena de puras gemas noventeras, al que igual que sus presentaciones: carátulas muy artesanales con dibujos hechos a mano. En esa caja venía Nevermind de Nirvana con una portada muy ordinaria (que me arrepiento tanto de haber botado por vergüenza ajena), Fear of The Dark de Iron Maiden, Big Hits de Aerosmith, Flesh & Blood de Poison, un mixtape de Marilyn Manson junto a The Smashing Pumpkins, entre otros más. El Appetite fue uno de mis cassettes de cabecera cuando estaba en séptimo básico, lo escuchaba en mi personal estéreo cada vez que podía, me pasaba tardes enteras tratando de pillar algún video clip en el Canal 2 o en el UCV, buscaba las letras durante las clases de Computación y me convertí en un maestro tocando batería en el aire gracias a ‘Mr. Brownstone’.
Conozco gente que siente vergüenza que le hayan gustado los Guns durante la niñez/adolescencia, en mí caso fue una ventana que me llevó a conocer a muchas otras bandas que al final del día te ayudan a conocer más de la música en general, pero que solo algunas llegaron a trascender en mi formación personal, y más aún en ese momento de búsqueda musical por el que todo joven pasa en su vida.
En uno de sus tantos arranques de locura, Felipe Avello en su podcast comenzó a gritar como loco “¡volvieron los Gunners!”, con ‘Welcome To The Jungle’ sonando de fondo, a modo de volver a las raíces, a los orígenes. Este regreso de los Guns n’ Roses al país también significó una vuelta a mis propios orígenes, a hacer el ejercicio del porqué te gusta tal grupo o cantante, en donde cada canción de equis banda guarda un añorado recuerdo y que se mantendrá en nuestra memoria por la eternidad.
Han pasado 24 años desde ese histórico debut y para mi será la primera vez que los vea, y espero que también lo sea para el Iván, para el Héctor, para mi vieja o para el Harry Potter con quien golpeábamos la mesa imaginando ser Steven Adler en el colegio, o para mi profe de inglés que me enseñó en clases ‘Sweet Child O’ Mine’. El show será una verdadera fiesta familiar y eso es lo lindo que puede provocar una instancia como esta. La invitación a reencontrarse con nuestra historia ya está hecha, porque en la jungla de nuestra memoria la lluvia del 29 de octubre será para siempre.