Quizá seas muy aficionado a la música, quizá hayas visto o verás a muchas de las bandas que actuarán allí o, incluso, quizás lo hayas visto escrito y tengas una ligera idea de qué es, pero no lo sabes de manera concreta. Entonces, ¿qué es el South By South West (SXSW)?
El SXSW es un festival de música, cine y tecnología que se realiza en marzo de cada año, en Austin. Es uno de los más grande del planeta pero, además, es mucho más que eso. Es la mayor feria musical junto a MIDEM en Cannes. Es un mercado musical en el que se cierran muchos de los contratos de sellos, editoriales, managements y programadores de festivales de todo el mundo para este y el próximo año.
Aquí se reúnen agentes, intermediarios, productores, periodistas y, claro, bandas y músicos. Muchos. Los números de la edición 2014 lo reflejan: 2.371 conciertos, 27.991 participantes en las conferencias sobre música y un impacto económico en la ciudad de 315,3 millones de dólares. No está mal el crecimiento si se tiene en cuenta que en su primera edición en 1987 fueron 700 los inscritos para participar.
La idea del festival es mostrar muchos de los actos más relevantes del momento, por eso este año habrá actuaciones de The Dodos, Jessie Ware, bandas míticas del post-punk como The Pop Group o Gang of Four, la revelación australiana Twerps, Moon Duo, Carl Barat, Thee Oh Sees, la autora de uno de los discos del año de manera indiscutible Natalie Prass, Best Coast, los enérgicos Viet Cong, maravillas indie-pop como Alvvays, Marina and The Diamonds, el cantante de Arcade Fire en solitario Will Butler (que también participará de una conferencia), los resucitados iconos del shoegaze Swervedriver, Sophie, Surfer Blood, Kelela…la lista es agobiante.
La delegación chilena este año no se queda atrás con una amplia representación que va desde Prefiero Fernandez a Melié, de Intimate Stranger a Tunacola, de Marineros a La Guacha, de Pía Zapata a Fotogramas, Coffehouse, Matías Cena, Mon Laferte o Matías Aguayo. Estos últimos, eso sí, aparecen como parte de las agrupaciones visitantes desde México y Alemania, respectivamente. El combo local que participará en esta edición se caracteriza por su diversidad estilística, que da cuenta del fresco momento que pasa la música en nuestro país y que esperan, de una forma u otra, ser descubiertos y asentar sus lazos con los grandes nombres del industria.
¿De verdad se generan lazos en un ambiente tan recargado de personas, idiomas y actividades? La respuesta es un sí rotundo. El día martes 17 de marzo, el Consejo de la Cultura realizó un showcase abierto en un parque -Brush Park- frente al Centro de Convenciones de Austin, que es el punto central de SXSW. A media tarde, se presentaron Adelaida, Marineros, Pía Zapata y La Guacha. La carpa se llenó, había una fila en la entrada, con muchas personas esperando poder entrar. Músicos latinoamericanos estaban entre la audiencia, como Cristina Valentina, cantante peruana cercana al pop y al R&B que también se presentará en el festival; periodistas, managers y programadores, entre otros.
Músicos conociendo a otros músicos. Periodistas conociendo a otros periodistas. Chicos de sellos independientes contactando artistas de otras latitudes del mundo, para generar lazos. Jon Pareles del New York Times conversando con Soledad de La Guacha sobre las ideas de sus canciones y puestas en escena. Postal.
La industria chilena -sé cuánto algunos odian llamarle industria- necesita bastantes cambios para seguir creciendo. La asistencia a eventos de este tipo, si están bien planificadas, pueden dar muchos frutos. El principal, en mi opinión, es la creación de redes a nivel de músicos. El lobby de negocios existe y esta es una de las principales citas anuales para realizarlo, pero es aún más fundamental que entre pares artistas se conozcan, compartan su música y compartan visiones de la actividad diferentes. Luego de la caída de las discográficas multinacionales, los músicos deben saber cómo conducir sus carreras desde las fases iniciales. No pueden esperar que alguien los fiche para poder tocar o editar discos. Salir a buscar nuevas estructuras es lo único que ayudará a que la música se pueda plantear con alternativas.
Chile es una escena lejana. Atractiva, pero lejana, que tampoco recibe tantos proyectos latinoamericanos como se esperaría, dadas las facilidades que existen gracias a internet. Salir a mostrar la música -y también a recibirla- en instancias como esta sólo puede dar frutos a mediano y largo plazo.
Cristina de Perú, decía que le costaba mucho mover su disco en su país, porque prácticamente no existen los medios especializados. Y de vuelta, comentábamos que desde Chile se palpaba un síntoma similar sobre el país vecino. Los pocos que salían reseñados eran en sitios especializados extranjeros y, para conocer más de esas bandas era necesario escribirles directamente. El martes, la peruana conoció a sellos chilenos con los que se podrá mantener en contacto. Y yo también iré a su concierto, para explicar más detalles de su proyecto. Jon Pareles comentaba lo impresionado que estaba con la puesta en escena de La Guacha. Pía Zapata reseñada en la prensa local como destacada e invitada a una radio de Austin, para tocar una sesión en vivo. Finalizaba el showcase y una periodista de una radio de Atlanta se llevaba el disco de Adelaida, luego de verlos tocar.
Una de las características del SXSW es que no paga nada a los participantes. Cada banda debe costear sus pasajes, alojamiento y comidas. En el caso de nueve artistas chilenos presentes en la edición 2015, están siendo apoyados por el Fondo de Fomento de la Música para disminuir esos gastos. La idea fundamental de estar acá es el empujón en la carrera de una banda si es vista por la persona correcta, en el momento adecuado. Y, a tres días de festival, estos empujones son palpables.