N°3: Valet, Psicodélia Dura
Antes que nada, una breve introducción a Kranky.
En 1993 Bruce Adams y Joe Leoschke (que trabajaban en los sellos Touch & Go y Cargo respectivamente) se toparon con un siete pulgadas de una extraña banda llamada Labradford, era una música con la que nunca se habían enfrentado en sus vidas, y que estaba a eones luz de los cerros de discos indie rock que tenían amontonados sobre sus escritorios, así que contactaron a esta banda, les preguntaron si estaban pensando en la realización de un LP, y se ofrecieron ellos mismos para grabarlos y editarlos; cuento corto: Labradford aceptó, la dupla Adams-Leoschke renunció a sus respectivos trabajos, y así nació el sello Kranky instalado en pleno Chicago.
Hoy, 15 años después, este sello ha desarrollado un sorprendente y muy selectivo catalogo de bandas, definido por una estética reconocible pero no predecible, y donde se da prioridad a formaciones nuevas y desconocidas. Intentando definir un poco los márgenes que abarca Kranky, podría decir que en él predomina un sonido que circula entre lo experimental, lo electrónico y el rock tradicional, sin caer en lo demasiado rockero, ni lo demasiado electrónico, ni lo demasiado experimental (bueno, eso sólo a veces). Por Kranky han pasado toda una gama de importantísimas bandas, algunas han logrado cierta fama (sobretodo Low y Godspeed You Black Emperor!) y otras no demasiada que digamos, de las que destaco con especial emoción a los ya mencionados Labradford, …y a Jessamine. ¡Oh Jessamine!
Con el tiempo entonces, Kranky se ha transformado en parte fundamental de la música independiente más arriesgada, y es sin duda, aún hoy, un referente obligado para estar al tanto de qué es lo que está proponiendo aquella escena.
…Llegué a descubrir a Valet por myspace, y cuando supe que era de los nuevos fichajes de Kranky, me saqué el sombrero y empecé a escuchar con más atención.
Contextualizando un poco, Honey Owens, la mujer detrás de Valet (y la que se suma también a mi imposible lista de amores platónicos) es una figura importante en el underground experimental de la ciudad de Pórtland, Oregon; lleva ya unos 10 años colaborando en bandas locales como World, Nudge, Dark Yoga, Atlas Sound y Jackie-O Motherfucker, co-fundó también un pequeño sello y un espacio musical.
Bueno, volviendo, después de pillarla en el myspace, bajé su primer disco, Blood is Clean (2007), y fue toda una experiencia. En ese tiempo escribía mi tesis sin fin y escuchar la música de Valet fue como vivir una especie de extraño ritual; cosa que consideré después de forma más racional al leer una entrevista a Honey, donde ella expresaba que en el proceso de grabación de aquél disco, más que querer hacer su propia música, quería servir como una especie de “médium canalizador de sonidos llegados de algún lugar desconocido”, o sea, Valet, más que querer imponerse como una compositora auto-conciente, quería funcionar como un puente de energías anónimas para expresarlas en música. Su método de grabación fue entonces una especie de ritual en sí mismo, donde el registro de los temas salieron de una sola toma, en directo, a los que escásamente se les agregaron pistas complementarias en una que otra parte.
El resultado es de una música de oscuras texturas, ambientes espaciales y atmósferas hipnóticas, abundan la manipulación de voces, efectos de guitarras alienígenas, sutiles percusiones primitivistas (inspiradas, según leí, en los tambores Voodoo), y todo este universo propuesto es complementado con unas letras herméticas cantadas por una voz que es sensual, frágil y dolida al mismo tiempo; mis temas favoritos son “My Volcano”, “Tame All the Lions” y “Blood is Clean”, de esta última canción en especial hay un fragmento de su letra que circuló por mi cerebro por varias semanas: “My blood is clean/But the devil is in me”, fragmento que justo da paso a un solo de guitarra apocalíptico. Cuidado.
Más allá de entrar en el discurso chamánico-místico de Honey, el valor de Valet está en la soltura, profundidad y originalidad de su música, que considero, personalmente, como una de las propuestas más interesantes, comprometidas y vitales del último tiempo. Hay que aclarar que no es una música fácil, aunque engañosamente parezca creada con simpleza, va mucho más adentro en sus composiciones, y hay que escucharla de forma activa para entrar en su vivo trasfondo, por lo que es importante no quedarse con la impresión de su primera escuchada, ya que implica varías.
Recomiendo especialmente su disco debut Blood is Clean, porque recién ando digiriendo su segundo LP, Naked Acid (Kranky, 2008), y mi alma aún no da un veredicto al respecto.
Vídeo: Valet – The Eye (1/2)
Vídeo: Valet – The Eye (2/2)
Advertencia al lector: No vayan, por nada del mundo, a tomar un acido escuchando a Valet, o entrarán en un viaje del que nunca regresarán. Ojo.
“Me gustaría algún día recrear la banda sonora de mis tiempos de sueño. Me encantaría sonar como un chamán sentado en una galería tocando la misma nota una y otra vez mientras pienso en los futuros secretos de los próximos días”.
Honey Owens
Eso es todo por hoy
Salud – Saludos
Hermano Buensaber
Links de interés
Kranky Records:http://www.kranky.net/
Myspace de Valet:http://www.myspace.com/honeyowens
Página oficial Valet: http://www.yarnlazer.com/valet/