La plataforma de streaming musical Spotify lanzó hoy su primer podcast original sobre música en español, llamado Una a la Semana, un espacio en donde cuatro panelistas contarán las historias que se esconden detrás de las más populares canciones en nuestro idioma, permitiéndole a la gente participar de este espacio a través de WhatsApp, informa hoy CNN Chile. El movimiento de la empresa parece bastante atractivo e interesante para el público final, no obstante, denota también un par de cosas que ameritan una reflexión un poco más larga y profunda.
Lo primero es la centralización de factores que la marca sueca pretende establecer en el largo plazo, comenzando con el streaming musical, incluyendo también a los creadores más pequeños de podcasts que inundan Internet desde hace varios años, para luego continuar con su propio programa radial. Lo interesante de esta frase, es que desde ya podemos identificar a varios damnificados, comenzando con aquellos artistas independientes que no siempre tienen un acceso económico suficiente como para colgar sus composiciones en esta plataforma. Pocas personas saben que, para formar parte de Spotify, los músicos y/o sellos deben pagar una cuota anual -o mensual, dependiendo del plan- a los llamados “agregadores digitales”, empresas externas a Spotify que agregan -obvio- todas las canciones que se publican en el servicio, las cuales ofrecen diversos métodos de pago por reproducción (podríamos mencionar que las formas de pago nunca están claras y suelen ser ínfimas, pero eso es harina de otro costal). Lo mismo corre para aquellas personas que tengan un podcast y deseen una mayor exposición, lo cual podría sonar injusto para aquellos que, derechamente, no tienen plata para gastar en estas cosas, pero sí muchas ganas de “hacer algo por la causa”.
En un mercado en el que el teléfono móvil está presente en todo momento en nuestras vidas, la radio también podría ver un descenso en su uso en el sector más joven. Si bien debemos ser justos y decir que la muerte -o necesaria transformación / redefinición- de este medio no se encuentra en el futuro a corto o mediano plazo, sí es fácil prever que contará con un fuerte competidor en los años venideros: las nuevas posibilidades que actualmente Internet le ofrece al mundo, sobre todo con una generación que ya no encuentra un espacio dentro de la frecuencia modulada (no así las generaciones anteriores). En Chile, este escenario nos es bastante familiar, ya que en los últimos años hemos sido testigos preferenciales del cierre de Radio Horizonte, unas cuantas radios digitales que aún no logran tener la masividad que nos prometieron hace varios años, ciertos cambios en las líneas editoriales de espacios como Rock & Pop, y la estandarización de las demás emisoras, que, por estos días, sólo le dan cabida a los artistas del mainstream. Y acá es donde entra Spotify, ya que no contentos con ofrecernos un amplio catálogo musical, también nos están comenzando a ofrecer programas que llenan esos espacios que las radios dejaron vacíos.
Son varios los puntos negativos respecto a que la empresa tome más y más fuerza dentro de la escena musical. Lo que más salta a la vista es el poco espacio que deja a los competidores más chicos -entre muchas comillas-, como las radios locales, emisoras en línea, u otros servicios relacionados a la distribución de música en pequeña escala, dado que los suecos cuentan con recursos e infraestructura evidentemente superiores a los de su competencia más cercana, sin mencionar nuevamente que la app está instalada en una buena cantidad de dispositivos móviles en todo el mundo (actualmente está presente en cerca de 170 millones de dispositivos en todo el mundo, llegando a ser la aplicación más descargada de iOS en los Estados Unidos en 2017). En el caso de los podcasts, podemos mencionar plataformas como Ivoox, Mixcloud, o incluso Soundcloud, quienes no hace mucho tiempo estaban bordeando la bancarrota, por lo que la irrupción de un servicio de streaming tan grande como Spotify en esta área, es siempre una mala noticia para ellos.
El futuro se ve prometedor para la marca sueca y sus infinitas posibilidades de dominar el mercado musical, no obstante, este es el momento en donde los creadores de contenido, músicos, sellos independientes y todos los colectivos que por estos días están haciendo cosas por la música chilena deben estar más atentos, porque la contienda que se viene dentro de los próximos años será desigual si no nos ponemos al corriente ahora mismo. Ojo con esto.