Cuando corría el 2006 y Annie Clark preparaba su EP de tres canciones para vender después de los espectáculos de Sufjan Stevens, en el que participó como telonera, difícil era imaginar que nueve años después llegaría a nuestro país en el marco de la nueva edición del Lollapalooza bajo el nombre de St. Vincent.
La intérprete, que se inspiró en el Centro Médico Católico Saint Vincent donde falleció el poeta galés Dylan Thomas para posicionar su apodo, llegará a nuestro país con una carrera que, por el momento, sólo ha sabido de gratas entregas y merecidos reconocimientos. Con 2 corta duración y 5 LP en su maleta, la oriunda de Tulsa promete darnos una clase de cómo hacer las cosas con una base lo suficientemente firme para que perduren en el tiempo.
A pesar de la sensación de novedad y frescura que nos trae Clark, no se puede negar que la cantante nos visitará con una serie de logros tanto musicales como personales: Durante el 2009, su segundo disco de estudio Actor, terminó de demostrar que St. Vincent no estaba dispuesta a ser una artista de medio pelo. Siguió el 2011 con Strange Mercy, hasta llegar a Love This Giant, que al año siguiente vio la luz de la mano de David Byrne de Talking Heads, donde conocimos canciones como ‘The Forest Awake’, ‘Optimist’, y ‘Who’.
El espectáculo que podremos ver en el escenario Acer Windows 8 promete aún más, puesto que la guitarrista llega con su último trabajo de estudio titulado tal como su seudónimo, ¿El motivo? “Leí en la biografía de Miles Davis que la tarea más difícil para un músico es sonar como sí mismo. He conseguido que este disco suene a mí, por eso lo titulé con mi nombre”, como relató en una entrevista con Rolling Stone.
Este sábado 14 de marzo, Annie Clark no llegará siendo el show previo de bandas como The National, Arcade Fire, o Television, sino que como la cantante y compositora que por casi una década ha construido su camino lleno de estéticas llamativas, sencillos imposibles de no tararear, y por sobre todo, sonidos bien cuidados.