Pablo Drexler –así es, de la dinastía Drexler– pavimenta una carrera 50% estímulos en eras sintéticas y 50% honestidad de cantautor. Con un largo homónimo en la cartera, y un reciente sencillo con Guitarricadelafuente en el maletero, pablopablo nos invita a recorrer la carretera mientras tratamos de descifrar el inmenso sentimiento del amor.
Algo hay en el aire español de los últimos años –impulsado por innegables nombres como Rosalía–, y después de cambiar los paradigmas de lo que entendemos por música urbana y montar una escena madre para todo Iberoamérica, pareciera que la ola se retrae con la misma potencia con la que explotó. Del barrio y la discoteca, pasamos a la habitación con jóvenes que exploran en sus computadores y biografías para dar con baladas, pop, indie, rock, trap con una estampa sumamente personal.
Quizás pablopablo no es un nombre identificable de buenas a primeras, pero está cocinando unos pasteles que valen la pena. Lo conocimos en Avida Dollars acompañando a C. Tangana en el track encargado de cerrar el disco, ‘Estrecho/Alvarado’, y ya en 2022 salta al grupo discográfico con el debut que lleva su nombre artístico.
En los 9 tracks el además hijo de Jorge Drexler, despliega su talento en la composición, producción e interpretación. El uso de detalles y capas que entrega el LP es de un deleite reflexivo, ampliando atmósferas mientras su voz se esconde entre recuerdos y dolores. ‘Números Rojos’, ‘Lamento’, ‘Perfume’, ‘Mandela Place’ –en inglés– y ‘The Mask’ responden perfectamente a la escuela de Frank Ocean sin limitarse al referente; la exploración inquieta logra armar su propia identidad más allá de la obviedad de contar sus aventuras cotidianas.
Este 2024 viene con sorpresas entre manos, y como primer single nos regala ‘Sidekick’, junto a otro buen nombre español: Guitarricadelafuente. “No es algo que hago muy a menudo, pero las veces que lo he hecho me ha gustado mucho. Con Álvaro fue súper guay y creo que es una coincidencia muy grande que funcione tan bien lo que los dos queremos contar. Fue muy especial eso”, cuenta Pablo sobre la colaboración con Álvaro Lafuente.
Quizás es un solitario en el arte de crear, sin embargo el resultado en dúo es tan íntimo y vulnerable como lo que se logra solo. ‘Sidekick’ es fresca y tradicional, coreable pero difusa, ideal para la carretera, para la madrugada o la mañana nublada. Dos personalidades que se complementan encajando en este puzzle minimalista donde la voz, la guitarra y la marimba, además de los elementos electrónicos, logran una complicidad elegante y estimulante.
¿Cómo suma Guitarricadelafuente en el sencillo? Para Pablo suma un todo. “La hicimos a medias. Tenía una idea de los acordes y la letra y melodía, pero pinceladas. La empecé a tocar y a Álvaro le gustó. En un par de horas hicimos toda la letra. Fue muy guay el cómo escribe sus canciones porque es súper libre y me encanta. Se atreve a jugar con la estructura, dar vuelta cosas, de repente usa palabras raras. Cuando escribo con él me siento súper confiado, me ayuda mucho, es un crack. Genera un ambiente muy especial, la gente que mejor lo hace tiene ese don: no sólo estás haciendo algo que está guay, sino que a su alrededor, en la habitación, se genera una sensación de querer atreverse a hacer cosas raras”.
Apunta al mexicano José Alfredo Jiménez como una inspiración de sus primeros días consciente de querer ser músico. “Su ángulo de letras me interesó muchísimo. Esa sinceridad un poco desgarradora que tienen sus rancheras, también colocarse en la figura de malo, no quejarse del más abandonado, sino también como el de no haber sabido hacerlo bien. Me recuerda a Leonard Cohen que tiene mucho eso también, esto de decir ‘mira yo no soy una persona perfecta, todos estamos intentando aprender a querer y es muy difícil. Eso me inspiró mucho”.
Esa honestidad sin espacio a impostar perfección chorrea en pablopablo, pero también tiene la estampa electro-digital de las nuevas generaciones. “MGMT tiene una mezcla de sonidos que me flipa, una energía joven”, cuenta agregando otros proyectos como Jockstrap y Black Country, New Road.
Canciones sencillas que se cuelan por la piel, se graban en el cerebro y obligan al repeat. Lo que trae Pablo Drexler entre manos es una búsqueda de escritura para dar con aquellas respuestas que todos buscamos: cómo queremos, cómo nos relacionamos con el amor en esta época con tantos estímulos, con la distorsión de Instagram a la orden del día. A veces sólo necesitamos una compañía que nos anime a la vulnerabilidad, dejar el celular en modo avión y entregarnos a donde la noche se entremezcla. Desentrampar la figura del sidekick, esa que nos hace pensar cuáles son nuestros esfuerzos y respuestas al inevitable sentimiento de amar.