En la escena de la música, existe una gigantesca cantidad de personajes narcisistas y confiados en su talento. Pocos se presentan con un sentido de humildad, y aún menor es la cantidad que demuestra inseguridad ante el éxito.
Courtney Barnett pertenece a los de este último grupo. “Nunca pensé que mis canciones serían pegajosas, o que la gente encontraría divertido las mismas cosas que yo”, son sus palabras. Utilizando dinero prestado de su abuela creó el sello “Milk Records” y lanzó dos EPS que, para su sorpresa, fueron aclamados por la crítica internacional. Su voz neutra pero inquieta calza con sus letras sarcásticas e ingeniosas sobre situaciones corrientes, que gracias a sus rimas se convierten en escenas de humor negro o altamente filosóficas. Todo esto con una base instrumental simple, siempre tomando un segundo plano ante la voz. Sus dotes con la guitarra expresándose en raros momentos, como se puede apreciar en la canción ‘Kims Caravan’.
Marzo 2015: Courtney Barnett lanza su primer LP titulado Sometimes I Sit, And Think, Sometimes I Just Sit. Una frase se repetiría impulsivamente en cada reseña: “volver a la época de grunge”, situándola como una especie de resucitadora de la corriente, pero la música de Courtney Barnett no se limita a esto. No existe una continuación imitando paradigmas ni sonidos, sino que agrega. El paso evolutivo siguiente. No es la salvadora, sino la innovadora. Una luz nueva a un género que ya algunos daban por muerto.