Uno de los problemas en la música trasandina es encasillar a las bandas en el alter ego del rock, cuando sus búsquedas están por un camino lejano. Es una forma de no sentir vergüenza al decir que escuchan pop o electrónica, por ejemplo. Aquello le sucede a Barco, oriundos del norte de Buenos Aires, barajan un sonido donde el sintetizador es el alma y la guitarra un adorno rítmico.
Luego de lanzar en 2013 Antes del desmayo, el disco debut, su aparición en la vitrina bonaerense empezó a crecer como el mar, en noches de luna llena. Antes, dieron un primer paso con el EP Ultraliviano de 2011, donde la estructura era más simple, un trio compuesto de guitarra, bajo y batería o samplers, dependiendo el sonido que necesitaban. En este lapso de un material a otro, se incluyó el sinte en su sonoridad, de ahí en más, se transforman en un cuarteto.
Letras cargadas a pasajes submarinos, mimetizados con la idea de un barco que naufraga en los cuentos de Cortázar, a un ritmo pop. Frases cortas y repetitivas (‘El no lugar’) que producen una resonancia en el cerebro, más allá del final de la canción. En su totalidad, están escritas por Alejandro Álvarez (guitarra y voz), líder de Barco que en instantes puede recordar tanto a Cerati como a Federico Moura.
Desde esas veredas se desprenden sonidos característicos de los proyectos madres de aquellos músicos argentinos -Soda Stereo y Virus- aunque conectan más con estos últimos. Existen momentos en Antes del desmayo que emulan aires de la banda de Gustavo. Sin embargo, es en la composición de las canciones en que se aprecia versión más fresca y dinámica de la banda platense. Influencias directas desde el mismo país antes de salir a encontrarlas al exterior.
«Esa sensación de conocernos/ esa sensación, mil lenguas» canta Ale al comienzo de ‘Atravesarnos’, el single que lanzaron el año pasado. Una melodía que baja las revoluciones del synth pop, mostrando una evolución constante entre una publicación y otra, manteniendo la estructura de canciones breves –menos de tres minutos- y sin solos o instrumentales largos, que la fuerza sean las letras y los ritmos cortos.
En noviembre harán su primer concierto a gran escala en Buenos Aires, en el Teatro Vorterix para presentar el nuevo álbum Era, Es, Será, aunque en sus últimas presentaciones ya han ido adelantando parte del material (‘Los dos en el taxi’ y la canción que le da nombre al disco). Además, en octubre serán uno de los shows en el Festival Bue. Ahora que estamos a días de conocer el line up de Lollapalooza Chile 2017, tenerlos en el cartel y presentándose en la Cúpula –como lo hizo Onda Vaga en 2014-, sería la primera vez de verlos en el país. Perry, ya sabes.